El presidente Sebastián Piñera anunció en cadena nacional las reformas al actual sistema de pensiones, medida que previo al discurso calificó como “Mega Reforma”, ya que su costo será cercano a los 3 mil 500 millones de dólares.
La modificación está enfocada en cuatro puntos principales, como los son el aporte de un 4% por parte de los empleadores, el fortalecimiento al Pilar Solidario y nuevos aportes por parte del Estado.
Una de las novedades es que los trabajadores podrán elegir quién administrará el 4% adicional, con la creación de nuevas instituciones y que podrán ser con o sin retiro de utilidades. Dicha administración no necesariamente quedará en manos de las AFP.
El aporte del 4% se implementará de forma gradual, para no afectar la creación de nuevos empleos y significaría un aumento del 40% en las pensiones de los trabajadores.
El Pilar Solidario pasará del 0,8% actual a un 1,12% del PIB, significando un incremento del gasto público cercano a los USD 1.000 millones.
El Estado entregará recursos para financiar nuevos aportes a los pensionados de clase media, que superen un mínimo de cotizaciones. Dicho aporte será mayor para las mujeres.
Además se harán aportes adicionales a quienes posterguen su permanencia en el trabajo y edad de jubilación.
No va en la línea
Uno de los primeros en mostrar su disconformidad con el proyecto fue Luis Mesina, coordinador del movimiento No+AFP.
Destacó que sigue la capitalización individual y el lucro por parte de las instituciones que manejan los dineros de los ahorrantes.
El dirigente dijo que no habrá mejoras si se mantiene esa capitalización porque funciona y que la gradualidad de la que se habla no se especifica lo que puede ser a largo tiempo.
En su opinión no se consideró el sistema mixto de fondos que permite mejorar las pensiones.
En tanto Andrés Santa Cruz, presidente de las AFP, dijo que el proyecto no era suficiente y que la cotización debiera ser al menos el 19% siguiendo las normas de la OCDE.