Piñera sale a justificar las “metidas de patas” en los 100 días y la sequía legislativa
“A los gobiernos no se les debe juzgar por cuántas leyes mandan, sino por mejorar la calidad de vida de sus compatriotas”, dijo, al paso que vuelve a anunciar que enviará “una batería de proyectos de ley” al Congreso. Ya el 1 de junio había dicho que sería “antes de un mes”, lo que no sucedió y es más, retiró proyectos emblemáticos como el de protección a los glaciares, poniendo en duda el recurso hídrico.
También aplica la política norteamericana de el “palo o la zanahoria” con la oposición. A unos los acusa de “obstruccionistas” y a otros los alaba por “colaboracionistas”, jugando al malo y al bueno. Hay sectores de la oposición que tienen “una genuina y auténtica voluntad de colaborar”, y hay otros grupos “en el camino de la obstrucción”, acusa.
Lo mismo hace con la derecha de Chile Vamos. Por un lado alaba la “lealtad” y otra serie de calificativos que le asigna a sus seguidores obsecuentes y por otro advierte que avanzará en temas como el valórico más allá de los que piensen algunos en el conglomerado, en clara alusión a la UDI. También reconoce que ha habido desunión en ese sector: “No somos un regimiento”, señala.
Como críticas a estos más de cien días en La Moneda, reconoce que “Ha habido declaraciones imprudentes, innecesarias, que han generado mucho ruido de parte de algunos ministros y también de parte de algunos parlamentarios, pero dejando de lado el mundanal ruido, lo que Lagos llama las hojarascas, y viendo el cuadro general, creo que el gabinete está cumpliendo una gran labor. Los errores, imprudencias, los hablo con los ministros directamente y creo que ellos tienen una gran voluntad, capacidad e inteligencia, y creo que aprendieron de sus propios errores”, dijo en relación a sus colaboradores.
“También es cierto que ha habido otros ruidos, críticas de algunos parlamentarios, pero sumando y restando, quiero decir que aprecio, agradezco y valoro el apoyo leal, generoso y permanente que Chile Vamos le está entregando al gobierno. Algunos parlamentarios se quejan, son situaciones excepcionales, pero a mí lo que me preocupa es la naturaleza de la queja, porque la queja está básicamente asociada a que los cargos designados por el Presidente no eran exactamente lo que los parlamentarios querían”, dice, aludiendo a la lucha de poder al interior del gobierno por apoderarse de cuotas en los cargos de la administración pública.
¿Y la sequía legislativa?
“Ahora estamos preparados”, dice Piñera, “Algunos creen que los países avanzan solo con leyes. Las leyes son importantes, pero también es importante la actitud, la voluntad, la calidad de gestión del gobierno, de los poderes del Estado y de la sociedad civil. Esto de la sequía legislativa es un invento del Partido Socialista”, acusa. “Sí, ellos son los que han establecido este criterio de la sequía legislativa. Antes se hablaba del frenesí legislativo, ahora se habla de la sequía legislativa. Le quiero decir que durante estos primeros tres meses hemos presentado 21 iniciativas legislativas, 17 proyectos de ley y hemos establecido 45 urgencias legislativas. También le digo que hemos tenido una dificultad con el Congreso, porque las urgencias que el gobierno pone para que estos proyectos se tramiten en el Congreso no están siendo debidamente respetadas”, se justifica.
También vuelve con el mismo ofertón de la Cuenta Pública: “Le voy a mencionar los más importantes para no aburrirla: la modernización de Carabineros, indispensable para poder combatir con eficacia la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Vamos a privilegiar el trabajo preventivo en la calle. En estos primeros 90 días, 2.600 carabineros que estaban cumpliendo labores administrativas ya están en la calle protegiendo y cuidando a los chilenos. Además, les vamos a entregar herramientas e instrumentos como el sistema táctico de operación policial y el banco único de datos compartidos por todas las organizaciones que combaten la delincuencia. A eso se suma la ley que combate las conductas antisociales. Esto supone dos cosas: tipificar como delito conductas que antes eran consideradas faltas, pero que provocaban graves problemas, como -por ejemplo- el consumo de alcohol en la calle, los rayados, los grafitis, la destrucción de inmobiliario o equipamiento en las plazas o parques públicos, etc. Le anticipo también que vamos a enviar el proyecto que establece la salacuna y la educación preescolar universal y gratuita para todos los niños de Chile; el proyecto de ley que crea el Ministerio de Familia y de Desarrollo Social; el proyecto que permite el trabajo a distancia; el proyecto que mejora las pensiones de los chilenos, pero con prioridad y preocupación especial por las mujeres, los más pobres y la clase media. Vamos a enviar el proyecto que moderniza el sistema de isapres, terminando con las preexistencias y estableciendo una forma más equitativa de distribuir el costo de la maternidad y de la tercera edad; el proyecto de modernización tributaria, que implica simplificar el sistema para que sea entendible para los seres humanos comunes y corrientes, y terminar con la arbitrariedad y discrecionalidad del Servicio de Impuestos Internos. Ahí tiene usted proyectos de ley que van a ir al Congreso en los próximos días y semanas”. El 1 de junio dijo que sería “dentro del mes que acaba”… habrá que seguir esperando.
También siguió con las críticas al gobierno anterior, al momento de analizar que los cantos de sirena con la DC no le han resultado: “La DC está en busca de su destino. Lo han dicho ellos mismos. Saben lo que no quieren: formar parte otra vez de una Nueva Mayoría que condujo al país por el mal camino y que generó tanta frustración, estancamiento y sufrimiento a los chilenos. Pero no saben todavía hacia dónde quieren ir. Y, por tanto, yo espero que logren resolver esa disyuntiva lo antes posible”.
Respecto a la diferencia entre el primer periodo y el actual, Piñera dice “No soy el mismo: he aprendido de la experiencia y también de los errores. No hay mejor escuela para ser Presidente que La Moneda, no hay mejor experiencia para ser un buen Presidente que haber sido Presidente. Porque uno aprende: no solo de los aciertos, sino que también de los errores. Estos primeros tres meses han sido trabajar y dormir. Me despierto muy temprano, llamo a los ministros no tan temprano como antes, pero los llamo. Porque todo lo que he acumulado en pensamiento durante la noche, se los transmito con sugerencias e instrucciones. Tipo 8 de la mañana tomo desayuno con mi mujer y me vengo a La Moneda. Me quedo hasta muy, muy tarde. Afortunadamente, mi mujer también está trabajando mucho. Así que, a veces, cruzamos estos pasillos secretos de La Moneda y nos juntamos durante el día. Porque nos vemos más en La Moneda que en la casa”.
Aunque le da mil vueltas al tema antes de entregar una respuesta directa, dice que aprendió del caso Barrancones: “Presidentes intervienen muchas veces, pidiéndoles a los empresarios, a los trabajadores, a los funcionarios públicos, ciertas conductas, por ejemplo, recuerdo que durante el terremoto del año 2010 les pedí a los empresarios que cuidaran el empleo, que no recurrieran a los despidos como mecanismos de ajuste, y también en el caso particular de Barrancones, no interferí con la institucionalidad ambiental, lo que hice fue plantearle a la empresa lo que pensaba era un camino mejor, que en lugar de construir esa planta en ese lugar tan emblemático, lo construyera en un lugar menos vulnerable, y la empresa estuvo de acuerdo con la petición (…) Mire, sí creo que hay que, si uno aprende a respetar más la institucionalidad, actuar más a través de las instituciones, y eso es algo que he aprendido durante mi primer periodo como Presidente”, señala..
Sobre sus ministros es crítico, pero…: “Ha habido declaraciones imprudentes, innecesarias, que han generado mucho ruido de parte de algunos ministros y también de parte de algunos parlamentarios, pero dejando de lado el mundanal ruido, lo que Lagos llama las hojarascas, y viendo el cuadro general, creo que el gabinete está cumpliendo una gran labor. Los errores, imprudencias, los hablo con los ministros directamente y creo que ellos tienen una gran voluntad, capacidad e inteligencia, y creo que aprendieron de sus propios errores. También es cierto que ha habido otros ruidos, críticas de algunos parlamentarios, pero sumando y restando, quiero decir que aprecio, agradezco y valoro el apoyo leal, generoso y permanente que Chile Vamos le está entregando al gobierno. Algunos parlamentarios se quejan, son situaciones excepcionales, pero a mí lo que me preocupa es la naturaleza de la queja, porque la queja está básicamente asociada a que los cargos designados por el Presidente no eran exactamente lo que los parlamentarios querían, y les quiero decir que los criterios que seguimos para nombrar a los funcionarios públicos son cuatro: vocación de servicio público; capacidad y experiencia; compromiso con el programa de gobierno, y equilibrios entre los distintos sectores y partidos de Chile Vamos, pero dejando un espacio importante para los independientes. No vamos a caer en el cuoteo político, en poner a personas sin que tengan las capacidades, solamente por mérito partidario, porque eso lo hemos criticado siempre y le causa un tremendo daño a nuestro país”.
La “indignación” con Chahuán al decir que a una ministra suya haya que echarla a patadas: “Me provocó mucha indignación. Dejémoslo en el ámbito privado”, señaló de manera escueta.
Eso sí que no se arrepintió de su impasse con la presidenta de la Cámara: “No es ninguna ofensa para una mujer decirle que es bonita y también creo que cuando me refería a su dureza era porque ella se negó a integrar las comisiones de trabajo, de unidad a la cual fue invitada, y no ha colaborado con la agenda legislativa como presidenta de la Cámara, pero no hubo ninguna ofensa y hubo una afirmación respetuosa y franca”, señaló.
La entrevista de La Tercera revela a un Piñera convencido de la tarea comunicacional, de usar y abusar de los calificativos, de jugar al “Starsky y Hutch”, con cero reconocimiento de las falencias propias y del sector y sobre todo trasladando la culpa de todos los males a la administración anterior. No hay mucho cambio, al parecer.