El Presidente Sebastián Piñera publicó hoy una columna en la que se refiere a un nuevo aniversario del 11 de septiembre. En ella, reitera su condena a las violaciones de los derechos humanos y lamenta los hechos que "agravaron" el estado de la democracia previo al derrocamiento de Salvador Allende.
"Hoy conmemoramos 45 años del 11 de septiembre de 1973. Una fecha que tiene significados y vivencias diferentes para distintos grupos de chilenos. Para algunos significa dolor, enfrentamiento, división y muerte. Para otros, el desenlace previsible, aunque no inevitable, de un gobierno que quiso llevar a Chile por un camino resistido por la mayoría de los chilenos. Para todos, el lamentable quiebre de nuestra democracia y el advenimiento de un gobierno militar y no democrático", señala el Mandatario.
"Ninguna circunstancia o contexto justifica las graves, crueles, sistemáticas e inaceptables violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante el Régimen Militar". En esa línea, agrega: "Una vez más, quiero expresar en forma clara y categórica que nada, ninguna circunstancia o contexto justifica las graves, crueles, sistemáticas e inaceptables violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante el Régimen Militar. El hecho de que muchas de estas violaciones fueran cometidas por agentes del Estado solo incrementa su gravedad y el rechazo que merecen".
"Sin embargo, -sostiene- es bueno y necesario recordar que nuestra democracia no terminó por muerte súbita ese 11 de septiembre de 1973. Venía gravemente enferma desde mucho antes y por distintas razones".
Piñera sostiene que "desde fines de la década de los 60 comenzaron a erosionarse los valores y pilares básicos de nuestra convivencia y democracia, como el valor de la unidad, la amistad cívica, el diálogo, el Estado de Derecho, el espíritu republicano y el sentido de misión compartida".
"A ello contribuyeron actitudes intolerantes, dogmáticas y confrontacionales, proyectos ideológicos fundacionales y excluyentes. La validación de la violencia política como instrumento legítimo de lucha. El desprecio por la democracia representativa, calificada despectivamente por algunos como democracia burguesa. El clima de odiosidad y enfrentamiento que llevó a tratar a quienes pensaban distinto no como adversarios a convencer, sino como enemigos a eliminar. La proliferación de consignas y descalificaciones. Y sin duda, la grave crisis política, económica y social a la que nos condujo el gobierno de la Unidad Popular", agrega el Mandatario.
Así, a 45 años del golpe, el Mandatario reflexiona: "Todos, o casi todos, hemos aprendido de nuestra historia. La izquierda ha aprendido a condenar toda violencia en política y a respetar la democracia. La derecha ha aprendido a condenar todo atentado a los Derechos Humanos y a respetar nuestra democracia".