Por María Kovacz
El viaje de sus hijos y los negocios en China; la economía y el desempleo que han tenido una baja considerable comparado con el gobierno anterior y todo lo que ha implicado su exposición mediática.
La baja en los niveles de aprobación del Presidente Sebastián Piñera en las encuestas se ha ido consolidando como una tendencia desde hace ya algunos meses.
De hecho, la aprobación a la gestión del Presidente Sebastián Piñera volvió a retroceder y llegó al 33 por ciento en la “cariñosa” encuesta semanal Cadem -un punto porcentual por debajo del sondeo anterior-, alcanzando la cifra más baja de su segundo mandato, en una semana marcada por la polémica de sus hijos y el viaje a China en su pasada visita oficial.
Otro sondeo que apareció esta semana es el Barómetro de la política de la empresa CERC-MORI donde la aprobación de Piñera llega al 27% (ver crónica aparte)
“El polémico viaje”
El 2015, salía a la luz pública el bullado caso Caval, teniendo de protagonista a Sebastián Dávalos, referido a un supuesto tráfico de influencias ejercido por el hijo de la presidenta Michelle Bachelet, quien habría ayudado a la obtención de un crédito por más de US$ 10 millones, que finalmente fue aprobado por el Banco de Chile de Andrónico Luksic.
Las críticas no se hicieron esperar. Desde la derecha apuntaban a Bachelet como al principal responsable, pese a que no tenía alusión en el caso, sin embargo la respuesta de los opositores era clara: Ella era Mandataria y su hijo utilizó esa influencia para conseguir el crédito.
Las mismas figuras políticas hoy, ven otro caso que involucra a un hijo de un Mandatario de distinta forma: Cristóbal Piñera Morel y su viaje a China para asistir a reuniones con empresarios para favorecer su empresa cuyo nombre es Hopin.
Los dos viajes de Cristóbal Piñera que nadie reclama
Si en su primer gobierno fue el nombramiento de sus parientes en el gabinete, en esta segunda administración son los negocios de sus hijos lo que se ha convertido en el punto crítico del presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, una publicación del diario digital “Interferencia” dio a conocer que esta no se trataría de la primera vez y que durante el primer paso por La Moneda de Piñera, al menos Cristóbal Piñera Morel ya habría participado en un viaje presidencial.
Esa oportunidad se remite a una gira que el entonces mandatario realizó también en Asia en marzo de 2012, luego de que se cumpliera un año del terremoto en Japón, y que incluyó el paso por Vietnam, Corea del Sur, y por último, la nación nipona.
El psicólogo de la Universidad Diego Portales ya estaba incursionando en negocios relacionados con las tecnologías, y la publicación cita un artículo de revista Qué Pasa, que detalló que al final de la gira, Piñera Morel continuaría con su trayecto hacia India para reunirse con desarrolladores de software por un emprendimiento que recién estaba comenzando, y que precisamente era Hopin, la empresa de Cristóbal Piñera.
Se desconocen los detalles de las negociaciones que Cristóbal Piñera Morel tuvo en ese momento con expertos de India en nombre de Hopin, empresa que ha generado polémica durante las últimas semanas, dado que ha celebrado órdenes de compra con el Estado por $250 millones desde la llegada de Piñera a La Moneda a la fecha.
La empresa fue fundada en 2011 por Cristóbal Piñera Morel junto a sus amigos, José Tomás Daire, y Andrés Godoy, aunque el hijo menor del presidente ha aclarado que se desvinculó de Hopin en 2015. Sin embargo, aún aparece en los registros de la compañía en Estados Unidos, donde está domiciliada la matriz que posee una filial operadora en Chile
Ante esta polémica, el presidente expuso: “Toda esta campaña, que yo la considero de mucha maldad, con mucha mala intención, si es para atacarme a mí, háganlo, yo estoy preparado, por eso soy presidente de Chile, pero cargarle la mano a mi familia, de verdad, me parece injusto y me parece de una tremenda maldad” dijo el mandatario.
Sin embargo, en el 2016 Piñera interrumpió sus vacaciones en Tantauco para abordar distintos temas de la contingencia nacional. Respecto de si hubiera sido una nuera suya la que lo implicara en una situación parecida al caso Caval siendo él presidente, respondió que "una de mis principales preocupaciones cuando era candidato y después cuando fui electo presidente, era la conducta de la gente que estaba en mi círculo familiar más cercano. Fui muy enfático en pedirles encarecidamente que tuvieran reglas de conducta mucho más exigentes que las de sus amigos. También se lo pedí a un hermano mío más bohemio". A lo que sentenció "Debo reconocer, y quiero agradecer que desde ese punto de vista, mi familia no me falló”.
La economía tampoco ayuda a las encuestas
Otro punto que afecta hoy en día al Mandatario es el crecimiento. Y también ha caído en su propia trampa con sus declaraciones. En el gobierno de Bachelet el crecimiento era de 1,9% y Piñera decía que el país se caía a pedazos y desde la derecha catalogaban el país de “Chilezuela”. Hoy el crecimiento es de 1,6%.
En cuanto al desempleo, las cifras que se manejaban durante el gobierno de la ex presidenta, era de 6,4%, con Piñera se aumentó al 7%. Y también era para la derecha, “Chilezuela”.
Desde su rol como decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Eugenio Guzmán es testigo privilegiado de la marcha política del país y, en especial, de la segunda administración Piñera. De hecho, en su plantel se confecciona el sondeo semanal que el gobierno encarga para medir el apoyo ciudadano a distintas medidas y figuras del Ejecutivo. Los resultados de esa encuesta se manejan con total hermetismo.
Guzmán, asegura que “la baja en los niveles de aprobación a la gestión del presidente, se debe principalmente a que el Ejecutivo no ha logrado satisfacer las expectativas de recuperación económica que la ciudadanía se hizo durante la campaña presidencial. Aclara, sin embargo, que esta disminución se dio de manera paulatina y que no se observa un hecho que por sí solo marque un punto de inflexión”.
Con todo, apunta que “es normal que durante los procesos de campañas políticas se generen expectativas en torno a las ventajas que se tienen como candidato o gobierno”, agregando que “el diseño inicial de gobierno proponía que la figura del Mandatario solo apareciera para los temas importantes, como los acuerdos nacionales o el anuncio de las grandes reformas, entre ellas la tributaria y la del sistema de pensiones, y que el resto de las vocerías estuvieran en manos de los diferentes ministros. Sin embargo, el plan ha ido mutando y Sebastián Piñera tiene un rol cada vez más omnipresente en la agenda pública”. “Piñera, en situaciones de tensión política, cree que tiene que salir a blindar a su propio gabinete porque de otro modo, tarde o temprano, se va a horadar más la figura presidencial”, sostuvo.
Frente a la crítica que se le hace al gobierno de Sebastián Piñera de que gobierna con las encuestas en la mano, Guzmán asegura que “en general todos los gobiernos usan los estudios de opinión pública para tomar decisiones políticas, lo que no necesariamente es algo bueno. Efectivamente se gobierna y se toman decisiones con encuestas, porque entregan información. Ahora, ojo, a veces mucha información agobia, entonces no sirve de mucho, porque finalmente igual se debe tomar una decisión”.
Eugenio Guzmán piensa que las voces que aseguran que el discurso del gobierno y el oficialismo se ha derechizado no están siendo lo suficientemente cuidadosos y profundos en ese análisis: “Este ha sido el año más denso desde el punto de vista de lo que llamamos agenda cultural valórica: ley de aborto, transgénero, en temas de mujeres y derechos humanos, y la postura que ha tenido el gobierno en muchos de esos temas no es la que la derecha tenía tradicionalmente (…). Por otro lado, tenemos a parlamentarios que se dicen pinochetistas y no reciben una respuesta contundente desde el gobierno consistente con esa otra agenda cultural y valórica en la cual sí ha tenido opinión y lo que ocurre es que el tema de valores, entre ellos el tema de derechos humanos, ha tensionado más de lo que creemos a todo el sistema político y en especial a la derecha”.
Por su parte, el analista político de la Universidad de Chile Ricardo Montero, dijo que “Piñera en este gobierno, ha demostrado más soltura de lo que había mostrado, hace las cosas sin que nadie tenga que decirle algo, es así como ha lanzado sus proyectos de ley o que no haya un orden en el gobierno”.
“El electorado ya sabe cómo funciona un gobierno de Piñera, en su primer mandato más allá del nepotismo no existía más polémica, y si bien el viaje en sí de sus hijos no tiene mayor pecado, el que hayan aprovechado la instancia para beneficios propios con dinero del estado es lo grave”, agregando que “en el Gobierno existe plena conciencia de que la derecha no gana solo con ese electorado, los de derecha más dura, que ya sabemos cuánto pesa, sino que lo hace con la amplitud y la apertura y que es una derecha bastante más deslavada que la de los años noventa”, argumenta.
El análisis de las encuestas
Miguel Ángel López, académico del Instituto de Asuntos Públicos y el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, que tiene entre sus áreas de especialidad la de los estudios de opinión pública, comentó que “estas encuestas, que son de panel, son súper complicadas. Uno de los principales problemas es que se les aplica a personas con acceso a computadores o manejo de smartphones. Es decir, estamos hablando de gente más bien joven, con niveles educacionales más bien altos. Es gente que generalmente tiene mucho acceso a los nuevos medios y está muy afectada por ellos, que están en Twitter y la información que reciben proviene de comunidades o grupos muy específicos", dice.
"Los resultados tienen cierta lógica", asegura. "Hay una caída en la popularidad de Piñera que es esperable cuando termina lo que se conoce como la 'luna de miel' de todos los gobiernos".
El doctor en Ciencia Política, Kenneth Bunker, aseguró que la caída no es tal y puede ser una falla en el instrumento de medición". Sin embargo, agregó que “aunque los números no cuenten con su total confianza, hablan de un fenómeno que también han percibido: “Sí creo que hay una caída y creo que se explica por el personalismo de Piñera", asegura Bunker.
"Los meses pasados fueron dos meses donde el presidente se expuso bastante, en paneles televisivos y noticieros, y siempre que un presidente se expone, baja la aprobación". Arce es un poco más dura en su análisis. "Hay temas evidentes en los que el Gobierno lo ha hecho mal, y si lo haces mal, no puedes esperar tener una buena aprobación.
"Muchas veces los Gobiernos toman decisiones que no son populares ni respaldadas con datos. No es algo positivo, pero sucede, y la delincuencia es un punto importante para los chilenos, un gran ítem para tomar decisiones electorales. En ese sentido, Piñera tiene que mostrarse duro con la delincuencia. No sé si la mejor forma hacerlo sea a través de avanzar en temas que no tienen respaldo científico, pero sí creo que tiene que mandar una señal y eso lo hace correctamente", agrega Bunker.
Pero al igual que la preocupación por la delincuencia, también considera como un "predictor fundamental de preferencias electorales" a la percepción en torno a la economía. "Yo creo que mucha gente eligió a Piñera precisamente porque él prometía mejores condiciones económicas y creo que los datos lo respaldan, que la economía en Chile ha estado relativamente buena", opina. Por eso, para él, la baja en la percepción económica es una "falla comunicacional". "No encontrar la forma exacta en que se le puede mostrar a la gente que se está avanzando o que se puede estar mucho peor ha sido problemático para el Gobierno y eso también es un punto que tiene que solucionar hacia adelante", añade.