Por María Cristina Prudant
El papa nombró al obispo capuchino de nacionalidad española Celestino Aós (foto de arriba) como administrador apostólico de la sede vacante de Santiago.
Las decenas de denuncias sobre encubrimientos de abusos sexuales que pesaban sobre el Cardenal Arzobispo Ricardo Ezzati, no dió para más y el Papa decidió sacarlo de la más importante diocesis del país.
La última acusación es sobre algunos hechos ocurridos en la propia Catedral de Santiago, donde el sacerdote Tito Rivera habría abusado de una persona indigente o en situación de calle. Otra acusación grave que pesaba sobre Ezzati es en contra del ex Canciller del Arzobispado, ex sacerdote Oscar Múñoz que también habría abusado de menores, entre ellos, algunos familiares del propio Múñoz. Estos hechos habrían sido conocidos por Ezzati y él no había adoptado decisiones drásticas.
Sólo este viernes, la Corte de Apelaciones de Santiago había determinado rechazar la solicitud de sobreseimiento de la causa por posibles encubrimientos de abusos sexuales cometidos por algunos sacerdotes de la diocesis de Ezzati.
Las otras graves acusaciones contra la Iglesia
Más de 100 mil víctimas aproximadamente serían los casos de niños abusados y violados por sacerdotes, religiosos y obispos en todo el mundo incluido Chile. La cifra no deja de asombrar, pero queda la duda sobre cuántos realmente son porque el cálculo se hizo únicamente teniendo en cuenta los casos comprobados e investigados por organismos independientes.
La organización de supervivientes del abuso clerical de todo el mundo ECA Global maneja esta cifra. Entre sus miembros se encuentran personajes tan conocidos como Peter Saunders, ex miembros de la Comisión Antipederastia del Vaticano; José Andrés Murillo, una de las víctimas de Karadima en Chile que fueron recibidas durante tres días por el Papa Francisco en el Vaticano; o Alberto Athié, uno de los primeros denunciantes del depredador Marcial Maciel.
Ellos, basándose en informes de comisiones estatales de investigación, datos de investigaciones judiciales o comisiones internas de la Iglesia han logrado cuantificar, pero sin duda que esta cifra en poco tiempo será superada.
"Resulta razonable pensar que hay centenares de miles de víctimas en todo el mundo", señaló Miguel Ángel Hurtado, víctima de abusos por parte de un sacerdote en Barcelona cuando tenía 16 años, y que hoy colabora como uno de los portavoces de ECA Global.
En estas últimas semanas, dos hechos puntuales volvieron a tocar este tema: el libro “Sodoma, poder y escándalo en el Vaticano”, del autor Frédéric Martel, sobre la homosexualidad en la curia romana; y las declaraciones que dio el sacerdote Tito Rivera, denunciado por una presunta violación en la Catedral Metropolitana, quien sostuvo que “un 50 % de los sacerdotes son homosexuales”.
Los escándalos de abuso sexual, perpetrados u ocultos por el clero, han sumido a la Iglesia Católica en una crisis sin precedentes en Europa, Estados Unidos, Chile y Australia.
En nuestro país un hombre de más de 40 años reveló en una entrevista en televisión que fue violado por el sacerdote Tito Rivera, quien deberá enfrentar cargos por abuso sexual.
Además, en paralelo, el caso sumó recientemente una demanda indemnizatoria por $350 millones dirigida contra el Arzobispado de Santiago y Rivera. En la acción, el denunciante detalla cómo altos personeros eclesiásticos -desde el cardenal Ricardo Ezzati hasta el excanciller del arzobispado Óscar Muñoz Toledo, -formalizado por estupro y abusos sexuales- habrían tenido conocimiento de los hechos.
En otro de los puntos, el denunciante también precisa que los presuntos abusos se los habría informado al deán de la Catedral, Juan de la Cruz Suárez, pero que "el sacerdote se ofuscó, lo acusó de blasfemo y expulsó con un par de guardias" al demandante.
De acuerdo a la acción judicial, en otra oportunidad en la que la supuesta víctima abordó a Ezzati, éste solo le respondió que "oraran por el cura" y, además, le habría dado $30 mil a través de otro sacerdote.
Rivera separado de sus funciones
El sacerdote Tito Rivera fue separado de sus funciones por sus "gravísimas afirmaciones contra víctimas de abusos", quien en una declaración pública aseguró que : "Existe una realidad de pecado indesmentible que se vive en la Iglesia todos los días, no reconocerlo es taparse los ojos con las dos manos", comenzó diciendo, acompañado de su abogada.
Además, abordó la denuncia en su contra de Daniel Rojas, quien sostiene que habría sido abusado por él al interior de la Catedral. Al respecto, manifestó: "La forma en que el señor Rojas ha presentado la denuncia más parece un montaje (...). Él parece gozar con las fantasías sexuales que relata". "Nunca imagine que ayudarlo con las mejores intenciones me llevaría a esta situación", agregó, relatando parte de su trayectoria.
"Después de 38 años de sacerdocio constato el abandono de quienes creí eran mi familia y de mis superiores", concluyó. Sin embargo, aun no se ha decidido quitarle la condición de religioso.
Sobre la situación judicial de Rivera, la audiencia de formalización quedó programada para el próximo viernes 29 de marzo. La cita, solicitada por la Fiscalía de Rancagua, será ante el 13° Juzgado de Garantía.
El sacerdote Tito Rivera que fue separado de sus funciones por sus "gravísimas afirmaciones contra víctimas de abusos", leyó una declaración pública en la que no aceptó preguntas.
"Existe una realidad de pecado indesmentible que se vive en la Iglesia todos los días, no reconocerlo es taparse los ojos con las dos manos", comenzó diciendo, acompañado de su abogada.
Además, abordó la denuncia en su contra de Daniel Rojas, quien sostiene que habría sido abusado por él al interior de la Catedral. al respecto, manifestó: "La forma en que el señor Rojas ha presentado la denuncia más parece un montaje (...). Él parece gozar con las fantasías sexuales que relata". "Nunca imagine que ayudarlo con las mejores intenciones me llevaría a esta situación", agregó, relatando parte de su trayectoria.
"Después de 38 años de sacerdocio constato el abandono de quienes creí eran mi familia y de mis superiores", concluyó.
Sobre la situación judicial de Rivera, la audiencia de formalización quedó programada para el próximo viernes 29 de marzo. La cita, solicitada por la Fiscalía de Rancagua, será ante el 13° Juzgado de Garantía.
Cabe recordar que en la iglesia católica muchas de estas autoridades eclesiásticas han encubierto la pederastía y por ello han surgido graves acusaciones contra ellos. Este fue uno de los reproches que el Papa Francisco les hizo a todos los obispos chilenos en mayo de 2018, cuando los citó al Vaticano y les entregó una carta, en la cual hizo hincapié en varios puntos deficitarios, basándose en el Informe Scicluna, sobre la situación de la Iglesia en Chile.
Hechos importantes
Amerita preguntarse si es verdad que el 90% de los curas son homosexuales, ¿Es tan así? Y si lo fuera, ¿resulta realmente relevante? ¿O problemático? ¿Pertenece a la vida privada de las personas, curas incluidos, o la institución religiosa debiera darle un nuevo vistazo a sus ejes fundacionales?
El sacerdote Francisco Walker, experto en derecho canónico, explica que “las normas de la Iglesia son claras: una persona con tendencias homosexuales no debe ser ordenada sacerdote. El ambiente masculino propio de los seminarios y del sacerdocio en general, más otros factores más largos de explicar, hacen que los riesgos sean muy grandes”
La clave en el mundo de la iglesia católica es que no se pueden admitir una doble vida en un sacerdote, y esto vale tanto para relaciones con varones como con mujeres. “Eso es una hipocresía tremenda. En general, estos temas deben ser enfrentados, y la Iglesia los debe abordar con valentía y transparencia, aplicando debidamente las normas que existen sobre estas materias” dijo Walker.
El debate crece y el tema no ha sido nunca precisamente cómodo para la jerarquía católica. Ejemplos sobran. En 2014, luego de aprobarse el Acuerdo de Vida en Pareja (APV) en el Senado, el propio cardenal Ricardo Ezzati afirmó que “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías entre las uniones homosexuales y el proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
Alejandro Álvarez, abogado canonista de la Fundación Voces Católicas, sobre si la orientación sexual es un “problema”, subraya que “más que problema, es un síntoma preocupante de una doble vida, que no solo puede llevar un homosexual, sino que también un heterosexual. Lo que todos esperamos de los sacerdotes es una vida coherente con la vocación que libre y, voluntariamente han abrazado en la Iglesia”.
Para entender la mirada doctrinaria sobre el asunto, el sacerdote Walker explica que “en lo que respecta a la homosexualidad, en general, la doctrina católica distingue entre la condición o tendencia, por un lado, y los actos homosexuales, por otro. En la Iglesia, al igual que en el resto de la sociedad, hay un número apreciable de personas que experimentan atracción hacia el mismo sexo, y la Iglesia mira a estas personas con pleno respeto, sin hacer un juicio moral sobre su tendencia”.
Sin embargo, los actos homosexuales son considerados pecaminosos, en cuanto no están orientados a los fines de la sexualidad humana, la cual supone una verdadera complementariedad, tanto física como psico-afectiva, y una apertura a la vida.
Y añade que “respecto de los sacerdotes, los casos de abuso han demostrado que efectivamente existe un porcentaje, cuyo número es muy difícil de conocer, pero ciertamente menor al señalado por Tito Rivera, de sacerdotes homosexuales. Aquí, debo señalar, en forma muy clara, que ser homosexual no es en ningún caso sinónimo de ser abusador. Son dos cosas totalmente diferentes. Pero es un hecho que en los casos de abusos cometidos por sacerdotes católicos, hay un muy alto porcentaje de víctimas varones”.
Denunciante de Karadima
Otra mirada la aporta el sacerdote Sergio Cobo, denunciante de Karadima, quien sostiene que el hecho de que haya presbíteros homosexuales es una cuestión “a estas alturas bastante evidente”. Sin embargo, señala que “no me parece que ser homosexual, necesariamente, por principio, tenga que ser algo contrario a un ministerio fecundo y entregado a la Iglesia. Más allá de que lo reconozca o lo quiera reconocer o no, me parece una decisión personal el admitirlo públicamente”.
El jesuita Tony Mifsud, director de la Revista Mensaje, no se atreve a dar una cifra sobre la dimensión de este tema. “Nunca se ha hecho una estadística sobre eso, pero sí está la imagen que vuelve una y otra vez, de que hay mucha gente homosexual que está en el clero”.
Pero Mifsud cree que la discusión es sobre el celibato y no sobre la orientación sexual: “Para mí, personalmente, no es ningún problema. A mí, lo que me parece, es que aquí hay un voto de celibato relacionado con el sacerdocio, por lo tanto, si un sacerdote es homosexual, pero mantiene el celibato, creo que no hay nada de malo. El problema sería si un homosexual o un heterosexual tiene una vida doble, eso no puede ser”, dice.
Para el sacerdote, “la condición sexual no define a la persona, lo que define a la persona es ser persona. Lo importante es que cada uno sea honesto, es que si cualquiera que sea heterosexual u homosexual que quiera entrar al seminario que sea fiel y honesto a su misión”.
Del círculo del Papa a la cárcel
En tanto, el escándalo que sacudió al Vaticano fue protagonizado por el cardenal australiano George Pell, número tres de la Iglesia Católica hasta hace poco, que fue condenado a seis años de cárcel por pederastia.
Un juez de Australia ha sentenciado a Pell por abusar sexualmente, hace más de 20 años, de dos menores integrantes del coro de una catedral de la ciudad australiana de Melbourne. Ha concretado que el cardenal caído en desgracia deberá cumplir un mínimo de tres años y ocho meses de cárcel de su sentencia general de seis años.
Las agresiones sexuales sucedieron pocos meses después de su nombramiento como arzobispo de Melbourne. Debido a una orden de la corte, la prensa no podía difundir noticias del caso hasta el mes pasado, lo que resultó en su destitución.
El Papa Francisco confirmó la prohibición, de manera cautelar, del ejercicio público sacerdotal y el contacto con menores de edad al cardenal George Pell, condenado por abuso sexual de menores. "Para garantizar el curso de la Justicia, el Papa ha confirmado las medidas cautelares ya dispuestas al cardenal Pell desde que regresó a Australia, o sea que en espera de que se confirmen definitivamente los hechos, a Pell se le prohíbe de manera cautelar el ejercicio público del ministerio sacerdotal y como norma el contacto en cualquier modo y forma con menores de edad", dijo el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti.
Se trata de una condena histórica, ya que por primera vez es juzgado por crímenes sexuales uno de los máximos exponentes de la Santa Sede."
El cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz también perdió su lugar en el grupo de asesores del Papa, por las acusaciones en su contra de haber encubierto actos de pederastia en nuestro país. Expertos señalan que Errázuriz aconsejó mal a Francisco, incitándole a defender a un obispo (Juan Barros) chileno, implicado en el escándalo de los abusos sexuales de la Iglesia chilena, una defensa que complicó mucho el viaje del Papa a Chile. Recordemos que, finalmente Barros salió de la iglesia.