“La fórmula del plebiscito a Pinochet siempre iba a perder, y siempre perdió. Eso yo siempre se lo dije al general Pinochet y él nunca me creyó, tanto que, cuando ya se decide finalmente por la fórmula ésa, yo tengo que salir del gabinete, por esa razón”.
Con esas palabras, el ex ministro secretario general de Gobierno y ex embajador del régimen militar, Francisco Javier Cuadra, aseguró a Radio Duna que, de acuerdo a la información que él manejaba por encuestas, Augusto Pinochet nunca estuvo en condiciones de ganar el plebiscito, responsabilizando al equipo político de esa época por llevarlo a un escenario donde el resultado era imposible de que fuera positivo para el gobernante.
Cuadra aseguró que él mismo apostó, entre los años 1985 y 1986, por convencer a Pinochet de no ir a un plebiscito, y en vez de ello presentarse como candidato en una elección abierta. “En el trabajo de análisis, llegamos a la conclusión de que había que estar abierto a otras posibilidades. Esa posibilidad se discutió a fines del año 86, y era la posibilidad de pasar a elección directa, no porque se nos hubiera ocurrido a nosotros, sino que porque en ese momento, en las transiciones paralelas, y particularmente en la del Brasil, el tema de las “diréitas já” estaba absolutamente en línea, en moda. Por lo tanto, era un mecanismo con el cual nosotros podíamos mejorar la opción electoral sin quedarnos en lo que a mí me parecía la más restrictiva de todas y que nos llevaba inevitablemente al fracaso, como me constaba en la estadística mensual que nosotros preparábamos”, señaló.
“La fórmula que yo propuse en noviembre del 86, después del atentado y viendo el efecto sicológico del atentado en el presidente de la República, fue combinar dos elementos, dos mecanismos: plebiscito o elección directa, y dos candidatos, Pinochet u otro”, planteó.
Según Cuadra, la estrategia no se aplicó porque era rechazada por “Pinochet y el grupo de personas que lo acompañaron en la campaña, que, digámoslo con toda sinceridad, es el nuevo gabinete, compuesto en lo político por el ministro (Sergio) Fernández, el ministro (Orlando) Poblete y un gran ideólogo de esa fórmula, que fue Sergio Melnick. Ellos lo llevaron inevitablemente a la derrota. Y yo tengo el placer intelectual de habérselo dicho en su cara al general Pinochet siempre, nunca algo contrario. Es más: él en julio del 88 me llamó a Roma (donde era embajador ante el Vaticano) para decirme que el plebiscito iba a ser el 5 de octubre, finalmente, y que me pedía que lo acompañara en la campaña. Vine. Lo primero que hizo fue mostrarme las encuestas. Le dije: ‘Presidente, las encuestas dicen que va a perder’. (Pinochet responde) ‘¿Pero cómo, si me dicen que va a ganar?’ Había una cuestión muy simple: después, entiendo, por lo que me explicaron alguna gente de la Presidencia, que habían algunos analistas que le sumaban al Sí el 4,5% del margen de error estadístico y se lo restaban al No, y con eso naturalmente el Sí siempre iba a ganar. Ése fue un error político enorme, y eso explica que no haya habido plan B”.
“En ese momento, la realidad era que el No iba a ganar. Yo esto se lo dije al general Pinochet a fines de agosto del 88, cuando ya estaba declarada la candidatura, en un té que a mí me sorprendió, porque me invitó a tomar té un día sábado, yo supuse que iba a estar todo el equipo de campaña, y estábamos los dos solos, y fue un té que comenzó a las 5 de la tarde en punto y terminó a las 9 de la noche. Debe haber sido el último sábado del mes de agosto del 88, reciém estaba lanzada la candidatura. Él me había pedido que yo lo acompañara en la campaña, a ‘campañar’. Le dije: ‘Presidente, vamos a perder, y lo que tiene que usted preparar es qué haría usted: o sea, primero cumplir la Constitución, reconocer el resultado, etcétera’. Me dijo: ‘Es que todos me dicen que voy a ganar’. ‘Presidente, no le están diciendo la verdad, va a perder’”, relató el ex ministro.
“Él habló con el equipo político. El equipo político le pidió que diera instrucciones de devolverme a Roma. Para ello, hicieron una etapa previa: que conversara yo con el general (Santiago) Sinclair, que en ese momento estaba en el equipo de campaña. Sinclair me dijo que estaba loco, que era imposible que el Sí perdiera, que todo el análisis que ellos habían hecho es que iba a ganar. Le dije: ‘Los locos son ustedes. Van a perder y veamos qué es lo que pasa el 5 de octubre en la noche’. Recibí la instrucción del presidente de volver a Roma. Lo hice en menos de 12 horas, y pedí una audiencia, al término de su siesta, un día lunes.Le dije: ‘Presidente, recibí su instrucción’. Me dijo: ‘Mire, así es la política, pero yo respeto su idea’”, agregó Cuadra.
“Yo tuve los resultados a las 7 de la tarde”
Cuadra además desclasificó un intercambio inédito con Pinochet en el marco de esa audiencia. “Le señalé: ‘Mire, le quiero decir una cosa súper directa, presidente: antes de venir, hablé con el cardenal secretario de Estado en Roma, y la Santa Sede tiene inquietud, como muchos países del mundo, de que usted no va a respetar los resultados. Yo creo que eso no es así, pero esas sensibilidades ajenas no dependen de nosotros. Ellos tienen sus opiniones, y nosotros lo que tenemos que hacer es acreditar que esto se va a cumplir. ¿Me autoriza a lo siguiente, que ya lo tengo coordinado con el cardenal (Ángelo) Sodano? A las 5 de la mañana del 6 de octubre de Roma, que son las 11 de la noche del 5 de octubre en Santiago, por favor autoríceme para entregarle formalmente los resultados del plebiscito al cardenal secretario de Estado, para que el Papa vea los resultados antes de que lea la información de prensa del secretario de Estado. ¿En qué términos? Primero, éstos son los resultados: el general Pinochet perdió, el general Pinochet reconoce los resultados, y, en tercer lugar, el general Pinochet se compromete a cumplir la Constitución Política tal cual está escrita, vale decir, elecciones presidenciales y parlamentarias en diciembre del año 89’. Me dijo: ‘¿Tan seguro está que vamos a perder?’ ‘Pero, presidente, ¡absolutamente seguro! Y le quiero decir otra cosa: los mismos que le dicen hoy día que va a ganar, en 40 días más van a estar llorando en La Moneda, y no van a saber darle explicaciones’. ‘Lo autorizo’”.
Siempre según su relato, el ex rector de la UDP dice que eso efectivamente ocurrió, y que los resultados no estuvieron a las 11 de la noche, sino que cuatro horas antes. “Yo tuve los resultados a las 7 de la tarde, hora de Chile, del 5 de octubre, vale decir, a las 1 de la mañana del 6 de octubre. Y entre las 1 de la mañana de Roma y las 5 de la mañana, vale decir, las 11 de la noche de Chile, tuve los resultados de parte del subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, y de los oficiales de la Secretaría General de la Presidencia, todo oficial. El Papa ya lo sabía (…) Había muchos chilenos que ya sabían. Y quienes de verdad informaron al general Pinochet de cuál fue el resultado real fueron los oficiales de Ejército de la Secretaría General de la Presidencia, que fueron los primeros en decirle la verdad a él, entre las 7 y las 8 de la noche”, aseguró.
“El equipo político Fernández-Poblete tenía otra impresión de lo que iba a ser el resultado, y se empezaron a dar cuenta ahí, grandes estrategas y tácticos, de que la verdad era otra, la que se les había dicho siempre (…) Yo, sinceramente, creo que estaban shockeados ante lo que era un fracaso evidente de una formulación de política completamente insensata. No quisieron ver la realidad. Y cuando se enfrentaron a la realidad, dudaron”, dijo por la demora en entregar los cómputos.
Además, Cuadra cuestionó al gobierno de Sebastián Piñera por conmemorar el triunfo del No. “La voltereta que ha hecho el gobierno me parece divertida, porque no tiene fundamento. O sea, yo supongo que una parte importante de la gente que votó por Piñera votó por el Sí. Y la gente votó por el Sí el 88 conforme a la información que tenía, o que quería tener, o que podía tener, o que le gustaba tener”, afirmó.