Oh I'm just counting

Senador Iván Flores a Cambio21: “Chile no tiene ni la institucionalidad necesaria ni una Democracia robusta como para enfrentar al crimen organizado, pero aún estamos a tiempo”

Por Alfredo Peña R.

El presidente de la comisión de Seguridad del Senado, Iván Flores, (DC) aboga por cambios institucionales que “cierren espacio a la impunidad y la corrupción, fenómenos en los que se apoya el crimen organizado para avanzar”.

El senador y expresidente de la Cámara, insiste en dotar de tecnologías y equipamientos a las policías y para ello propone un “fast track administrativo que permita desburocratizar el gasto y la inversión en Seguridad”.

Flores, asegura que el combate al crimen organizado “no requiere sólo leyes, sino recursos contundentes, compromisos transversales y una sociedad más igualitaria que no ceda terreno a los verdaderos holding de bandas que capturan territorios y personas”.

Para el ex presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores, el combate al crimen organizado debe ser prioridad nacional y no solo para el Gobierno, sino para el Estado de Chile. Es lo que ha venido repitiendo una y otra vez, en todas las instancias posibles, incluyendo la reciente cumbre de Seguridad con el Presidente de la República en Cerro Castillo.

 A lo anterior, suma el perfeccionamiento de las instituciones y el imperativo de entregar los recursos que se requiere, desburocratizando los procesos. “No hay tiempo que perder, el crimen organizado entró a nuestro país con camión y carro y encontró el terreno ideal para avanzar copando territorios”.

 Usted ha señalado que las instituciones chilenas no estaban preparadas para advertir, enfrentar y detener al crimen organizado...

 “Las instituciones del Estado podrán tener mucho ánimo para poder enfrentar y combatir al crimen organizado, yo creo que así es, pero claramente, si no tienen el equipamiento necesario, el presupuesto necesario, incluso, el presupuesto hasta veces el más básico, como para tener municiones o para tener bencina para los vehículos, la verdad es que va a ser bien difícil.

Mucho más complejo ha sido el tener equipamiento especializado y también algunas atribuciones para poder hacer investigaciones que sean un poquito más intrusivas, pero particularmente, hay una institución que de verdad no tiene las herramientas ni el presupuesto para poder hacerlo y me refiero a la Agencia Nacional de Inteligencia. La Agencia Nacional necesita hoy día presupuesto, yo creo que hay una mala convicción respecto de la ANI, no son todos analistas de prensa, son gente que tiene experiencia y cruza información con otras instituciones, necesita tener respaldo y eso es ley de presupuesto. Claramente, hoy día las instituciones podrán tener toda la gana de combatir el crimen organizado, pero no cuentan con el presupuesto ni las herramientas tecnológicas.

Lamentablemente lo mismo ocurre con otras instituciones, en un estado muy precario.

Nuestra democracia ha mostrado ser permeable a la corrupción, instalándose la percepción de impunidad en muchos casos. ¿Cómo influye esto en el avance del crimen organizado?

El crimen organizado se apoya en algunas condiciones que tienen los países donde pretende instalarse. Una de las más importantes para el crimen organizado es la impunidad, o sea, en un país donde se cometen crímenes y la cantidad de delitos que quedan sin investigar o sin nadie preso, la verdad es que entonces se genera impunidad. Y en Chile hemos venido teniendo, dentro de la sobrecarga que tienen los fiscales en todas las regiones de Chile, cifras que van entre el 40 y el 70% de casos archivados sin imputado conocido. Dicho de otra manera, como no encuentran a nadie culpable, finalmente la causa se archiva.
Incluso, hay regiones dónde se ha archivado entre el 60 y el 70% de las causas, y eso, sin considerar los delitos bagatela que ni siquiera se investigan, aquellos delitos muy menores, como el robo de un celular o alguien le dio una golpiza a otra persona, en fin, que ni siquiera se investigan por cuanto se considera que vienen a sobrecargar más aún el número de causas que tiene cada fiscal, que son ya cerca de 2.900 causas por fiscal, debiendo tener alrededor de 1.200, teniendo Chile uno de los indicadores más bajos de América respecto del número de fiscales. La verdad es que el Ministerio Público está absolutamente sobrepasado.

O sea, cuando Colombia tiene más de 11, cuando México tiene 11 y medio, cuando todos los países de la Unión Europea, los 27, tienen en promedio 11 y algo de fiscales por cada 100.000 habitantes, Chile tiene 3,6. Esa es una cifra escandalosa.

La segunda pata en la que se apoya el crimen organizado es la corrupción, permitiéndose que externos influyan en las decisiones que tienen que tomar los funcionarios públicos, cualquiera sea, en cualquier nivel. Y esto se hace muchas veces con plata, comprando el servicio o el retraso o hacer vista gorda, o la otra sencillamente, ejerciendo presiones o por extorsión, y por lo tanto por temor se hace. La corrupción tiene muchas caras; el crimen organizado lo sabe, la estimula y desde allí controla.

Si bien se ha avanzado en el fast track, y este acuerdo ha estado en el foco de interés mediático, ¿el crimen organizado se combate sólo con leyes?  ¿cual la relevancia de contar con los recursos?

No se combate sólo con leyes.

Por cierto, hemos tenido que despachar proyectos de ley que han tipificado delitos que no existían o han actualizado las respuestas del Estado a delitos que prácticamente no se conocían o se conocían con grados completamente distintos respecto a su violencia o su alcance. Tuvimos que legislar respecto de la extorsión, respecto del sicariato, suma y sigue. Y por lo tanto estamos dando una respuesta legislativa.

Pero nada sustituye ni reemplaza al Ejecutivo. Es el gobierno de turno el que lleva la voz cantante y la batuta para poder ordenar a toda la institucionalidad y a los poderes del Estado. Si bien es cierto, los poderes son autónomos, obedecen a un mismo esfuerzo para llegar a un mismo destino.

Hay que alinear al Poder Judicial para que no sigamos cometiendo errores garantistas como lo que hemos tenido con algunos jueces que han dejado, no solamente en ridículo, sino que han dejado una condición muy precaria al esfuerzo policial y también a los testigos. O tener algunos fiscales como hemos tenido con algunas semillas de corrupción, lo mismo que en el caso de las policías, donde también encontramos lo mismo. Necesitamos efectivamente que el Ejecutivo afine y afiate la institucionalidad, le dé los recursos necesarios y después los ordene.

Todos mirando para adelante y colaborándose unos con otros. Nosotros en el Legislativo también tenemos que apurar un poco más el tranco. Hay que hacer un mea culpa también.

Pero en el tema de los recursos lo central es desburocratizar los procesos en gastos e inversión de recursos en Seguridad, no puede ser que proyectos aprobados se demoren y dilaten eternamente para estar concretados. Al respecto, he propuesto un fast track administrativo. Ojalá Hacienda escuche.

Estamos frente a un problema complejo que requiere soluciones integrales. ¿Las desigualdades son un factor que incide?

Cualquier desigualdad en una comunidad produce tensión, produce resquemor y produce violencia, en el grado que sea.

Cuando el Estado no trata por igual a sus miembros, sean estos personas, comunidades o territorios, que al final siempre son personas, o incluso también a la respuesta que va a tener un medio ambiente, siempre va a tener una respuesta violenta. Si abusamos del medio ambiente en alguna región, esa región va a sufrir de manera distinta a lo que puede tener una región que es mucho más responsable desde el punto de vista de la dotación de agua, de la desertificación y de hacerle otras materias. Cuando se trata con comunidades humanas, el caso es mucho más complejo todavía.

Y por cierto, las respuestas tienen que ser más equitativas entre las regiones y entre las comunidades. No se puede tener una salud de una manera o una justicia de una manera o una protección policial de una manera en las comunas ricas, y a las pobres se las deja la indefensión con pérdida total de libertad.

Cuando la gente que vive en las poblaciones más humildes no puede llegar tarde desde su trabajo a la casa, y si lo hacen, lo hacen aterrados. O no pueden, una vez que llegan a su casa, salir ni siquiera a comprar el pan, porque no pueden dar vuelta a la cuadra sin ser asaltados, golpeados o amenazados. O esperando que en cualquier momento, en las horas de sueño, llegue una bala loca producto de las balaceras, suma y sigue. O sea, la igualdad es una necesidad que requiere una respuesta tal que se transforme en un imperativo ético.

Cuando llueve, todos se mojan, pero si solamente algunos tienen paraguas o tienen un techo protector, la verdad es que lo que genera es la molestia, la incomodidad y la desilusión de que finalmente no hubo acceso a la protección, claramente.