Por Alfredo Peña
El senador por la Región de O Higgins, Juan Pablo Letelier (PS) está muy preocupado por la situación sanitaria del país que va ligado a la situación económica que se le vendrá encima a millones de chilenos y chilenas en los próximos meses.
Letelier, economista de profesión quiere apoyar en todos los proyectos que presente el Gobierno en el parlamento, pero deja entrever que la mayoría de los proyectos, llegan con "letra chica". "Con el gobierno nuestra gran discrepancia es que queremos medidas más fuertes, queremos menos economía y más protección social y sanitaria, pero ahí tenemos una discrepancia política, pero en el marco de esa discrepancia vamos a colaborar en todo lo que sea necesario", señala el senador Letelier a Cambio21.
¿Qué es lo primero que se le vino a la cabeza cuando supo que las Isapres iban a subir sus precios, en medio de la crisis de salud más grande de los últimos 100 años?
Más que lo que se vino a mi mente, es lo que sentí: ¡indignación!
¿Por qué cree usted que Piñera no usó sus prerrogativas de Catástrofe para parar esas alzas?
Porque Piñera en esta catástrofe sanitaria ha expresado de cuerpo entero su convicción de cuál es el resultado de la ecuación entre economía y salud; una ecuación donde el accionar de los privados no se restringen lo suficiente. Él no hizo y no ha hecho lo que puede hacer, que es incidir en un control de precios y dar una señal tajante respecto a que no se aceptarán alzas de precios, no solamente de las Isapres, sino que de nadie, porque seamos claros ¡hay muchos otros abusando! Y por el contrario, prefirió la opción de la conversación, la autorregulación del sector; es decir, una mirada muy propia de un sector de nuestro país -más bien de la derecha-, que no cree que el Estado tiene que actuar con más fuerza y con un mayor un rol en este tipo de crisis.
¿Cuál es su evaluación del trabajo realizado por el Gobierno en esta crisis sanitaria?
Yo diría que hay dos dimensiones; una, que es lo propiamente sanitario y la otra, que se refiere a materias socioeconómicas. En el área sanitaria -más allá de otras consideraciones donde a uno le gustaría que las medidas fueran más estrictas, más celeras-, vemos que se han dado pasos que al parecer van en la dirección correcta. Existe una base sobre la que hay que actuar, que es una Red de Salud que se ha construido durante décadas en nuestro país, donde los trabajadores de la salud han resistido hasta hora muy bien –más allá de todos los casos con los que ya contamos en el país y frente a todas las dificultades que han tenido-. El que esté constituida la Mesa Social COVID-19, con la participación del Colegio Médico son también aspectos que nos permiten pensar que hay acciones bien dirigidas. Pero, no cabe duda que quienes más han colaborado en este esfuerzo son la mayoría de los chilenos y chilenas que, voluntariamente han ido estableciendo cuarentenas parciales, aunque nunca faltan los descriteriados como aquellos que creen que no les pasará nada y salen fuera de sus ciudades o no siguen las instrucciones exponiéndonos a todos y todas.
Pero, como hoy no es tiempo de estar en una gran disputa, yo diría que hay que mirar el vaso medio lleno en lo sanitario, por el momento…
En lo socioeconómico, podemos ver que este es un Gobierno evidentemente de derecha, que no está dispuesto a que el Estado asuma un rol de protección más activo. Nos encontramos con una mirada que busca que esta crisis se pague con los ahorros privados de las personas y no con los ahorros públicos como lo han hecho en casi todos los países del mundo.
Actualmente, un gran número de chilenas y chilenos tienen la sensación que están solos frente a un gobierno que, tal como lo dice usted, responde a la mirada propia de la derecha y donde insisten en abordar este momento a través de recursos privados y no desde lo público ¿Cuál es su mirada al respecto?
Objetivamente, en una crisis sanitaria quien lleva todo el control es el Gobierno central. Los municipios de todos los colores han buscado todo tipo de respuestas, el Congreso ha buscado todo tipo de respuestas, pero en un estado de emergencia como en el que estamos es el Gobierno quien lleva la batuta y es evidente que las soluciones conocidas, hasta ahora, son del todo insuficientes. Estas no ponen el énfasis en lo social, sino que ponen harto énfasis en la economía, para que la economía no sufra, para que las empresas no sufran, etc. Pero, en el subpaquete de ayuda económica, la gente, el y la ciudadana está quedando ni siquiera en un segundo lugar, sino que en un tercero y cuarto lugar y, por cierto, en ese sentido, muchos sentimos que hay un abandono.
Hemos hablado del Gobierno en lo general, pero ¿cómo evalúa el trabajo del Presidente Piñera, en lo particular?
Siento que su actitud no ha contribuido a lograr algo básico para enfrentar la crisis; es decir, generar un espacio de diálogo y unidad de propósitos. Y, el mejor ejemplo de esto fue verlo en la Plaza de la Dignidad, con una actitud que solo abre heridas y vuelve a polarizar sentimientos. Mire, independiente de las evidentes y enormes diferencias que tengamos con el Presidente Piñera, deberíamos mirarlo como un estadista. Sin embargo, en esta crisis, más que un estadista estamos viendo a alguien que sigue ‘pichangueando’, pensando en las encuestas a su favor e intereses bastante distintos de lo que uno esperaría.
Hoy hay una crisis de credibilidad, no solo del Gobierno, sino que de otras autoridades en los que también están incluidos los parlamentarios ¿Cómo se ve desde el Congreso esta crisis de credibilidad, en medio del COVID-19? ¿Cómo va a afectar de aquí en adelante a la situación país y cómo afecta hoy?
Antes de la pandemia, muchas democracias en el mundo estaban con cuestionamientos de legitimidad, por diversos motivos. Desde los cambios tecnológicos que se han producido, por la incapacidad de los estados de enfrentar la crisis climática o los problemas de inequidades, como también por las nuevas formas de representación que busca la sociedades; es decir, habían varias fenómenos en sociedades –incluyendo la nuestra- que ya establecían una fuerte inestabilidad, que es lo que algunos sociólogos llaman una ‘democracia muy líquida’.
La irrupción del conflicto sociopolítico en nuestro país que partió en octubre, sin duda estableció el mayor cuestionamiento a todas las autoridades, a todas las instituciones que estaban siendo fuertemente cuestionadas y, por cierto, a las políticas, al gobierno y al Jefe de Estado, muy en particular. En el marco de esa realidad se nos viene la crisis sanitaria, con una reacción ciudadana que concentra su esfuerzo en el problema principal que es la pandemia y el evitar el contagio. Cuando en ese contexto hay voces distintas, evidentemente genera confusión y si a eso se suman las noticias falsas de las redes sociales… se produce lo que hay que evitar a todo evento: confusión sobre el quehacer, más cuando existe poco diálogo frente a las decisiones que se toman. Un ejemplo de ello es si se deben adelantar las vacaciones o no, si se deben mantener las cuarentenas o no… y todo indica que lo que a los chilenos les gustaría es que el gobierno actuara más como se hizo en Asia, donde han logrado solucionar de buena forma la crisis, con acciones de cuarentena fuertes y totales y no a la forma de EEUU o Inglaterra, que reaccionaron con cierta ‘manga ancha’, lo que a todas luces demostró que fue una pésima decisión.
Nosotros como hemisferio estamos rezagados en un par de semanas o un mes, de lo que están viviendo en el norte. Lo que ellos están viviendo hoy día, lo viviremos en un mes y, por cierto, estamos muy preocupados de ver una situación crítica, con cientos o miles de muertos por día. Por otro lado, cuando uno ve los resultados que han dado aquellas medidas más estrictas, uno esperaría que el gobierno se inclinara por este tipo de soluciones, pero como no lo hace, creo que hay un mayor cuestionamiento a sus capacidades y a su conducción.
¿Qué le parecen las medidas que podrían favorecer o que buscan favorecer a los trabajadores según señala el Gobierno?
El primer paquete de medidas económicas, con el bono de 50 mil pesos por carga a las familias más empobrecidas, evidentemente no es lo que se necesita. Que ayuda a la gente… ¡claro que ayuda! Pero, no es lo que se necesita principalmente hoy. Lo que ahora necesitamos es un respaldo como una renta básica mensual, para enfrentar esta crisis durante los próximos 3 meses, el que debe ser suficiente para comprar la mercadería, pagar las cuentas y lo que millones de familias tienen que pagar para cumplir con sus necesidades básicas y, en eso, el primer paquete de medidas fue mucho más económico y significativo –en términos de impacto- para las empresas que para las personas.
En la ley de seguro de cesantía, creo que es una medida que va a servir por lo menos para que un grupo de trabajadores cuente con algunos ingresos en medio de esta crisis, porque lo que tenía como alternativa era contar con nada y quedar cesantes. Estas medidas, a lo menos van a defender el empleo, que es lo que se quiere para cuando pase la crisis. Pero, todavía quedan más de 3 millones de personas que quedan fuera de esa política y el enfoque que tiene el ejecutivo de ayuda a la gente, sigue siendo asistencialista; el bono de los 50 mil pesos y el uso de los ahorros privados, en vez del público es el mayor ejemplo de ello ¡Este es el gran problema que tenemos con este gobierno! que no entiende que en momentos como este es importante que el Estado reaccione. Si se tiene que endeudar, que se endeude; si es necesario recurrir al apoyo del Banco Central, que lo haga y lo digo más aún teniendo como contraste lo que Chile hizo en los 80’s, estando en dictadura. En ese momento, se hizo el salvataje a los bancos y se les permitió pagar de vuelta en más de 25, 30 años esa deuda.
¿Cree usted que ha habido poca agilidad en las medidas que se han aplicado a los trabajadores?
Creo que el Gobierno está tratando de planificar. Ellos creen que hay que reservarse para los momentos más duros, siento que es parte de su diseño esperar las instancias más críticas, lo que puedo entender perfectamente. Pero, también creo que los instrumentos hay que instalarlos antes, no es necesario que los instrumentos hayan que instalarlos hoy, ahora ya, pero sí uno podría establecer previamente una renta básica para la crisis, para saber cómo funcionar y estar en condiciones de activarlas cuando se generan ciertas condiciones. Quizás hay que focalizar mejor el momento más crítico -y eso también lo puedo compartir-, pero desde ya hay decenas y miles de trabajadores que han perdido su trabajo, que están en condiciones de precariedad y que necesitan señales claras para resolver sus problemas. Por otro lado, los municipios necesitan las remezas para poder ayudar a sus familias desde ya, y eso es algo que todavía está desfasado.
Senador, va a haber mucho desempleo en los próximo meses ¿Qué medida tomaría usted si estuviera en el Gobierno?
Vamos a vivir mucho desempleo y una situación muy crítica. Yo creo que hoy debemos tomar conciencia que Chile se va a empobrecer, no vamos a volver a ser lo que éramos antes de esta crisis de forma inmediata, creo que es importante visualizar eso, no nos equivoquemos. En este marco, es evidente que -junto con impulsar ciertas medidas como facilitar liquidez para empresas que siguen y seguirán funcionando, con el objeto que puedan seguir dando empleo-, lo fundamental es dar proyección a las familias y para nosotros, la medida principal es generar la renta básica. Si la gente no tiene una renta básica garantizada, no va a respetar ninguna cuarentena y vamos a tener fenómenos brutales como se han vivido en parte de Europa y en EEUU.
Algunos Ministros y autoridades de gobierno han emplazado al Congreso para que cumpla con mayor celeridad la tarea de legislar, dejando la sensación que ustedes no se abocan a lo principal ¿Cómo responden ustedes como Congreso ante estos tipos de emplazamientos?
La verdad es que han ingresado muy pocos proyectos, ¡¿de qué hablan?!… para temas de las emergencia han ingresado muy pocos proyectos sustantivos… ¡acelerar qué proyectos! A este gobierno le ha faltado mucha humildad para generar espacios de trabajo colectivo, para dialogar. Dialogar no es solo: yo hablo, tú hablas, dialogar es intercambiar estrategias para enfrentar en común situaciones complejas ¡eso es lo que hace falta! Pero, además es importante que esa disposición al diálogo y soluciones conjuntas, no sean solo para la foto, sino que hace falta que sea más permanente. Por eso nos preocupa tanto y estamos al pendiente de lo que ocurre en la mesa social. Necesitamos que escuchen más a los especialistas en la materia, a lo científicos, para ver cómo enfrentamos los temas. Yo diría que más que estar generando espacios de conflicto , busquemos esfuerzos de colaboración, que es lo que todos necesitamos en esta crisis.
Esa “foto” de la que usted habla ¿también la sacan en el parlamento?, porque a ratos se ven trabajando colaborativamente… ¿eso también es parte de la foto?
Algunos hemos hecho el esfuerzo por establecer una estrategia colaborativa, sincera, sin segundas intenciones; porque entendemos que es nuestra obligación política y ética en esta coyuntura, no siempre sentimos esa reciprocidad de parte del Gobierno. Eso no va a cambiar nuestra convicción de que hay que trabajar colectivamente.
Lo que se nos viene ¡es muy grave! y cuando uno relativiza la gravedad de lo que se viene, ¡claro que se puede dar ciertas licencias! Hoy no nos debemos dar ese tipo de licencias, creo que debemos asumir y tomar conciencia de que se debe trabajar juntos.
Con el gobierno nuestra gran discrepancia es que queremos medidas más fuertes, queremos menos economía y más protección social y sanitaria, pero ahí tenemos una discrepancia política, pero en el marco de esa discrepancia vamos a colaborar en todo lo que sea necesario. Aún así llamamos al gobierno a tener humildad para entender cuál es la razón de nuestra disposición, no es porque queramos apoyar al gobierno porque sí, es porque estamos preocupados de los chilenos y chilenas.
Respecto a lo que ocurrió la semana pasada en la mesa de la Cámara de Diputados ¿Qué opinión le merece? ¿Cree que esa sea una señal de cómo se viene la mano para más adelante?
No, yo creo que eso es un episodio, un suceso dentro de un proceso que ha demostrado la constante incapacidad de la oposición de poner lo principal sobre lo secundario. Yo entiendo que algunos podrán tener algunas otras lecturas de cómo hacer las cosas… que no le guste un candidato y que le gusta otro, eso se entiende. Lo que no se entiende es la incapacidad que la política -que es el diálogo, el intercambio de opiniones- no haya llegado a un buen puerto y que la solución haya sido entregarle la conducción de la Cámara a la derecha. Y no es culpa del Presidente, el Diputado Diego Paulsen, ¡al contrario! Es ‘una ganada’ gratis para la derecha. Esto refleja la dificultad de la oposición de poner lo que une, por sobre lo que divide. Lo más lamentable es que todo esto ocurrió justo al día siguiente de que todos los partidos de la oposición sacaron una declaración sobre cómo el gobierno debería actuar para enfrentar esta coyuntura, pero como ves, en ‘la aterrizada’, en lo doméstico, en lo cotidiano, la oposición en la Cámara de Diputados todavía no encuentra su tono para lograr un accionar conjunto, que es lo que muchos queremos.
¿Cree que esa actitud en algún momento cambiará? Porque a estas alturas ya han habido diversas situaciones que podrían generar el aprendizaje necesario para evitar “sucesos” como estos…
Yo espero que cambien. Tengo confianza y esperanza de que sea así y trabajaremos para que así sea. Pero, en la Cámara de Diputados, durante el último tiempo ha costado mucho que la política, en el sentido mayúsculo de su significado, actúe. Es decir, lograr la construcción de los acuerdos entre diversos, donde uno entiende que no siempre se logra lo que quiere, porque hay otros actores que tienen otros propósitos y que uno construye acuerdos a partir de la diversidad. Siento que eso, en este último tiempo en la Cámara se ha perdido, sin medir las consecuencias.
¿Y, en el Senado, eso no ocurre?
En el Senado, no. Estamos actuando todos unidos, con el debate legítimo como siempre, pero la oposición se ha unido y no ha tenido dificultades en lo más mínimo.
AFP: Todos constatamos que el sistema de seguridad social, basado en el ahorro individual obligatorio ¡es un fracaso!
Senador, tras esta pandemia de seguro habrá una serie de cambios de paradigmas ¿Cómo ve al país una vez superada esta crisis? Y cuando tenga la posibilidad de mirar en retrospectiva ¿cómo cree que evaluará la participación de la oposición en este proceso? ¿Cree que su diagnóstico será que estuvieron a la altura?
Los paradigmas principales que se van a abrir y que estarán en medio de un proceso constituyente es, sin duda, lo público versus lo privado. El cómo se construye de mejor forma el bien común, cuáles son los instrumentos para avanzar en los propósitos del bien común y no me cabe la menor duda que dentro de los paradigmas que van a ser estos los aspectos que van a estar en debate y cambiando. Porque uno de los grandes derrotados es esta mirada tan liberal de cómo se resuelven las cosas en diferentes planos. Aquí está quedando en evidencia, tanto en el área de la salud como en las más diversas áreas, que el Estado tiene un rol que debe poder y debe saber cumplir de mejor forma, para proteger a sus ciudadanos. Y esto tiene expresiones muy concretas, no solamente en cómo el Estado ha tenido que tomar control de respiradores, cómo han tenido la oposición y la comunidad que enfrentarse a las isapres, a las especulaciones; sino que también en otros ámbitos. Porque cuando uno ve lo que ha pasado con las AFP’s y las pérdidas de los fondos, lo que uno constata es que el sistema de seguridad social, basado en el ahorro individual obligatorio ¡es un fracaso! Entonces, para nosotros suena con más fuerza que lo que hay que hacer es sociabilizar riesgos; es decir, hay que tener un sistema de seguridad social, donde lo colectivo juega un rol importante.
Todo lo que hemos mencionado, son todas expresiones de cambios de paradigmas entre lo público y lo privado o, el Estado y el Mercado -dirían otros- Yo creo que eso es algo que va a surgir mucho en el debate constituyente.
Y, por último ¿cómo ve su futuro en uno o dos años más?
Creo que hoy nuestra tarea es salir de esta pandemia. La crisis no va a desparecer en dos o tres meses, al contrario en ese período estaremos en el ‘peak’, sin duda. El coronavirus nos va a acompañar un par de años y eso es una realidad. Yo espero que estemos en dos o tres años con una nueva Constitución, con un país que haya aprendido de las lecciones de cómo enfrentar crisis de esta magnitud, en forma unida; que veamos lo positivo de nuestra sociedad y también detectemos aquello negativo, como ha sido el egoísmo de algunos que demostraron su incapacidad de empatizar con el resto de los chilenos. Espero que en dos años más estemos culminando un proceso constituyente e iniciando una nueva etapa de nuestra historia, con el aprendizaje de todo lo que hemos vivido en este 2019 y 2020.