Oh I'm just counting

Senadora Yasna Provoste a Cambio21 y su balance de dos años de mandato de Piñera: “No nos merecemos tan mal Gobierno”

Por Alfredo Peña

Después de un agitado fin de año principio de 2020 legislativo incluyendo la fallida acusación constitucional y en medio de visitas a las localidades afectadas por el aluvión del duro “invierno altiplánico” en Atacama, la senadora Yasna Provoste se dio un espacio para analizar la realidad política y social del país a cuatro meses del estallido social y tomando en cuenta los eventos electorales de abril y octubre que marcarán el escenario político este 2020.

La senadora Provoste se ha jugado en el Senado por la unidad opositora y con ella hicimos un balance sobre los desafíos que se abren para la centro-izquierda para este año 2020.

¿Usted cómo lee lo ocurrido desde el 18 de octubre en la sociedad chilena, es ya un reclamo que se canalizó institucionalmente?
Para mí la fecha más relevante y donde efectivamente se produce un quiebre fundamental, es el 25 de octubre cuando  familias completas, jóvenes, mujeres,  adultos mayores, llegaron  a la plaza de la dignidad, en un ambiente de festividad, auto convocados, más de un  millón de personas en Santiago, y cientos de miles más en regiones. Exigiendo respeto y dignidad.

La derecha lamentablemente lo quiere reducir a un problema de orden público y ha mostrado desinterés para entender el fenómeno social que estamos viviendo. Y otros de derecha pretenden instalar que esta crisis somos todos igual de responsables.

Seamos claros, acá no somos todos igual de responsables.
Hay una gran diferencia entre aquellos que están en el Gobierno y de aquellos que están gobernados, ¿o no hay diferencias o responsabilidades? ¿Por qué el poder legislativo debe responder por las responsabilides del Ejecutivo? Cuando se participa y triunfa en un proceso electoral hay que hacerse cargo de sus resultados, para lo bueno y lo malo.

Durante 30 años la derecha usó las trabas institucionales para mantener el statu quo económico y político con los senadores designados primero y con un sistema binominal en que un tercio de la votación valía lo mismo que dos tercios.

Nos impuso un modelo constitucional que no pudimos modificar.

Solo a modo de ejemplo entre los años 1990 y 2010 los distintos gobiernos de la entonces concertación presentaron 35 proyectos de ley en materias estructurales: 14 en educación, tres en pensiones, cuatro salud, ocho en Trabajo, seis descentralización.

En ninguno de esos proyectos fue posible avanzar por una minoría de derecha subsidiada y sobre representada. Que quede claro, no todos tenemos igual responsabilidad. No comparto el juicio de los 30 años perdidos y que en esta crisis somos todos iguales.

¿Pero ud cree que la crisis social se encauzó?
Claramente la gente sigue percibiendo las mismas miserables pensiones de las AFP’s, el salario mínimo sigue en $301.000 y ahora se reajustará automáticamente por una ley del 2018; siguen las listas de espera y postergaciones de prestaciones médicas en los hospitales públicos, los municipios dependientes del FCM siguen con las restricciones financieras; sigue insistiendo en tramitar un mal proyecto como el mal llamado sala Cuna Universal que no es Universal; la mal llamada agenda social del gobierno no funciona porque son soluciones “parches”, reducidas a bonos y trae más segregación social y eso no resuelve la desigualdad estructural.


En materia política no tenemos paridad para la Constituyente y ahora algunos señalan que “no hay condiciones” para el plebiscito de abril.

La tarea del 2020 es ganar el plebiscito de abril para que avancemos hacia una nueva Constitución y también tengamos reformas sociales más estructurales. 

¿Y qué balance hace del rol que ha jugado la directiva de su partido, la DC desde el 18 de octubre?
La Democracia Cristiana no se escapa de la situación que afecta a los demás partidos políticos y actores institucionales. Probablemente profundizada por una crisis de identidad mayor y, una seguidilla de muy malos resultados electorales en los últimos 10 años.

El Chile actual no entiende cuando durante meses una directiva de un partido se dedica a la construcción de acuerdos con el gobierno de Piñera y de un día para otro intenta transformarse en la cabeza de la oposición.
 
Seguir intentando ser un “partido bisagra” no traerá buenos resultados electorales, ya que hay profunda desconfianza en los partidos políticos y por cierto en la DC.
 
Los partidos –no sólo la DC- deben abrirse a los independientes, a conversar con la sociedad civil y no encerrarse en Alameda 1460. Ojala que este 2020 de cara al plebiscito y a las elecciones seamos un partido que junto al resto de la oposición trabajemos juntos para representar a esa mayoría ciudadana que quiere un Chile más justo y más digno.

¿Qué espera de la oposición este 2020?
Voluntad política para hacer política de manera coordinada y unitaria, con capacidad de diálogo y de tener una estrategia común para representar a las mayorías ciudadanas en abril y octubre.

Pero debemos hacer una fuerte autocrítica ante la opinión pública.

Cuando la prioridad debiera estar en la unidad y construcción de propuestas comunes, hemos sido incapaces de proponer caminos claros y unitarios para la ciudadanía.

Con un gobierno que tiene sólo 10% de aprobación ciudadana somos incapaces de transformarnos en alternativa y hemos terminando legislando proyectos apurados y sin posiciones comunes. Lo más evidente, la agenda de orden público del gobierno, malos proyectos, innecesarios en su mayor parte y legislados a la rápida.

Si no somos capaces de ir avanzando en unidad sobre la base de los mínimos comunes, no tenemos ninguna oportunidad de re concursar ante la ciudadanía por conducir los destinos del país.

¿Cúal es el principal desafío para la oposición?
Reconstruir la unidad de la centroizquierda de cara al plebiscito de abril y de las elecciones de octubre. Hoy debemos decir que no a la postergación de las elecciones regionales como quiere la Subdere y La Moneda, decir no a los malos proyectos de ley como el mal llamado sala cuna que no es universal.

Debemos ir a la ciudadanía juntos –no en 4 comandos- a hacer campaña para que se apruebe la Nueva Constitución y en el Parlamento debemos actuar unidos para tener paridad de género en la constituyente y después en el Parlamento y en los Municipios.

¿Qué opinión tiene del intento del presidente Piñera de recuperar
protagonismo político con la hoja de ruta 2020 que anunció a fines de enero en la Moneda?

Este gobierno fracasó y su gestión es mediocre. Prometió Tiempos mejores, en el verano pasado habló de 4% de crecimiento y al final termina haciendo fiesta porque logró sólo 1,2% de crecimiento. Pero la realidad muestra que ha fracasado en cada una de sus promesas.

La más evidente, sus promesas económicas. Una economía mediocre y estancada, por cierto en un contexto internacional poco favorable pero no muy distinto al que le había tocado a otros gobiernos. Un gobierno políticamente incapaz. Sin dialogo real en el Congreso, poco creativo. La más evidente es en calidad educativa, en mejorar el sistema de salud; con ministros de salud que afirman mentiras como que tenemos “el mejor sistema de salud del planeta”.

Después del estallido social del 18 de octubre tenemos un gobierno quejumbroso. Se queja de la oposición; se queja de los organismos internacionales de derechos humanos; se queja también de los organismos nacionales de derechos humanos; se queja de no tener herramientas suficientes de represión y se queja de que no se le aprueben nuevos instrumentos.Se queja de demandas supuestamente imposibles de satisfacer.
 
Tenemos un gobierno incapaz. Y cuando se es incapaz, la única posibilidad que queda es quejarse de los demás. La culpa es del otro.

Este gobierno partió errando el diagnóstico y desde ahí, ha errado una vez tras otra en la propuesta de soluciones. No nos merecemos como país tan mal gobierno y ahora nos dicen que hay menos despidos y después sabemos que era todo lo contrario, papelón tras papelón es este gobierno piñerista.

Camino a la nueva Constitución y la paridad

¿Usted afirma que el plebiscito de abril es clave porque se abre un camino hacia una Nueva Constitución, que mensaje dará la DC y la oposición a la ciudadanía para que vote por el Apruebo?
Ojala no tengamos 4 campañas ni 4 comandos ni 4 franjas televisivas y seamos capaces de unirnos para invitar al país a aprobar una nueva Constitución. Tenemos la oportunidad histórica de construir un orden constitucional legitimado plenamente democrático y espero que haya mayoría para respaldar la Convención Constituyente.

La elaboración de la nueva Constitución, creemos, debe realizarse a partir de un órgano elegido especialmente para ello, así lo hemos planteado desde un comienzo.

Ante esta posibilidad la derecha activó el rechazo con propuestas poco serias como “rechazar para Reformar”, creyendo que el país es inculto cívicamente.

A la derecha les da temor perder la comodidad que les dio por casi 40 años la constitución de Pinochet y Guzmán.

Nosotros nos vamos a jugar por una nueva Constitución que proponga un nuevo esquema de valores que se contraponga al paradigma que se impuso en los 80’ donde la competencia y el individualismo son los motores sociales, donde cada uno “se salva solo”; yo me jugaré por un tipo de sociedad en que los principios de la colaboración, la solidaridad y el respeto a la dignidad de las personas sean la clave de esta nueva etapa para Chile.

¿El Gobierno insiste que Chile vive un problema de orden público, las distintas encuestas (CEP-Criteria) revelan que la ciudadanía por reformas sociales. Qué opinión se ha formado usted al respecto?

El Gobierno se equivoca otra vez al reducir el estallido social a un problema de orden público, incluso dice que el orden público es la base de los Derechos Humanos; pero que ignorancia del Subsecretario del Interior.

Sus soluciones sociales de bonos y más bonos planteadas en las últimas semanas son “parches” y no entran al fondo del problema.

Los chilenos/as siguen sufriendo la mala atención en los hospitales públicos colapsados por falta de profesionales y de financiamiento como lo mostró el caso del Barros Luco donde se operaba con linternas de los celulares. Se anuncia un apoyo a los municipios vulnerables vía incremento del Fondo Común Municipal el 22 de octubre y aún no ha pasado nada. Los municipios ricos deben aportar más al Fondo Común Municipal y debe duplicarse el pobre aporte fiscal al FCM que este 2020 son sólo US$ 70 millones.

Los 2 millones de pensionados de las AFP’s siguen recibiendo las miserables pensiones de las AFP’s que oscilan entre $120.000 a $180.000 mensuales.

O sea la desigualdad y las injusticias siguen ahí en la vida cotidiana de las familias chilenas y ahora debemos sumarle pérdida de empleo asalariado y menor actividad económica.

En marzo debemos darle prioridad a las Reformas Sociales.

La letra chica en proyecto de pensiones

AL Senado llegará en marzo el proyecto de pensiones, que en la Cámara fue aprobado con un acuerdo gobierno con diputados DC. ¿Uds respaldarán ese acuerdo?

En el Senado se optó por trabajar unitariamente con la oposición porque queremos que sistema previsional futuro tenga más solidaridad que sólo el 3% destinado al Fondo de Ahorro colectivo Solidario. Lo ocurrido en la Cámara de Diputados no nos condiciona.

La ciudadanía demanda una reforma de pensiones que ponga el foco en mejorar las actuales pensiones que dan las AFP’s y que son miserables ($160.000 mensuales de promedio en mujeres, $131.000 mensuales de mediana en mujeres y $201.000 mensuales para hombres).

La capitalización individual y las AFP’s han fracasado en generar buenas pensiones en Chile. Debemos transitar hacia un sistema mixto de pensiones donde coexistan ahorro personal, aporte fiscal y fondo ahorro colectivo y solidario.

Valoramos que se asigne 3% para el Fondo de Ahorro Colectivo Solidario, pero es completamente insuficiente. Además, el beneficio solidario de 2,7 UF para las mujeres y de 2 UF para los hombres, tiene letra chica, ya que su aplicación significa la reducción del Aporte Previsional Solidario o sea el beneficio solidario para los pensionados será menor.

Trabajaré para rechazar eso en el Senado. Los beneficios actuales no pueden reducir los beneficios creados el 2008 como es el APS ni menos significar un ahorro fiscal al año 2030 de casi US$ 200 millones. Se crea una pensión mínima garantizada de 10,6 UF, pero nada se dice que es en 10 años más porque exige 10 años de cotizaciones en Fondo Ahorro Colectivo Solidario. Encuentro inconcebible esta letra chica del gobierno para perjudicar a más de 2 millones de pensionados.

Propondré a la oposición unirnos para cambiar esta letra chica, para que haya más solidaridad previsional que el 3% actual. Queremos más Solidaridad y no seguir con la lógica de las AFP’s y sus cuentas de capitalización individual.

Las cuentas individuales y la lógica de las AFP’s han fracasado en el país, ya que después de 40 años de implementación sólo genera pensiones miserables para los 2,0 millones de mujeres y hombres que hoy reciben pensiones de las AFP’s.