El general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, defendió el rol que jugó la institución durante la ola de protestas de 2019, época en que ejercía como encargado nacional de Orden y Seguridad.
"Hicimos todo lo que podíamos hacer con las herramientas que el Estado nos había entregado, con los carabineros que la institución contaba, con un tremendo corazón, con un tremendo cariño por nuestro país", dijo el jefe policial en entrevista con Mega, horas después de comandar la ceremonia del 97° aniversario de Carabineros.
Yáñez, que concluye su periodo en noviembre, será formalizado a inicios de octubre por el delito omisivo de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio, por hechos ocurridos en las manifestaciones entre octubre de 2019 y el 31 de marzo de 2020.
Según el general, "los carabineros estuvieron a la altura de los desafíos, más allá de errores puntuales que puedan haber cometido; de excesos que puedan haber ocurrido y que están siendo investigados".
"Si no hubiese sido por Carabineros, no habríamos tenido una transición de un mando presidencial a otro, no habríamos tenido dos asambleas constituyentes y no tendríamos un país en democracia como el que tenemos hoy día", teorizó.
Consultado por su eventual salida anticipada del cargo, Yáñez insistió en que "es una decisión muy personal que la tomaré en su minuto. Llegará el momento en que yo decida dar un paso al costado y lo haré, tal como lo ha dicho el propio Presidente, con él, cuando llegue ese minuto".
"Lo que sí le puedo garantizar", agregó, "es que yo no voy a ser una piedra en el zapato para mi institución. No me quiero transformar en un problema ni quiero tampoco contaminar a Carabineros de Chile".
Por otro lado, el director de Carabineros calificó como "una ofensa muy grande" la figura del "Negro Matapacos", uno de los símbolos de las protestas de 2019.
El debate en torno al ícono se ha generado tras la reflexión realizada por el Presidente Gabriel Boric, quien tachó de "ofensiva" y "denigrante" la imagen del perro callejero, recordado por acompañar a los manifestantes durante las movilizaciones estudiantiles de 2011, lo que lo transformó póstumamente en emblema del estallido social.
Yáñez señaló que la figura de este perro es "una ofensa muy grande" para la institución y que "afectó a nuestros carabineros, sus familias y a sus hijos".
"Sufrimos mucho como institución, nuestros carabineros particularmente, esta ofensa, esta violencia, que se expresaba a través de este tipo de símbolos", enfatizó.