La designación de Alejandra Bravo, presidenta del Partido Regionalista Independiente (PRI) como la próxima subsecretaria del ministerio de Bienes Nacionales, generó diversas reacciones.

 

Una de ellas fue particularmente dura y provino del analista del PS Axel Callís, quien señaló en La Segunda que este nombramiento “termina de enterrar al PRI”, dado que “llegaron a tener diputados y alcaldes hace diez años y ahora esto”.

 

La otra fue peor y corrió por cuenta de Pablo Ortúzar, antropólogo del Instituto de Estudios de la Sociedad, que en el mismo vespertino habló de “pagos de favores de campaña” hacia el “partido musgo del PRI”.

 

 

Eduardo Salas, secretario general del PRI, se defendió de las críticas. “Tenemos 55 concejales, 25 mil militantes, 3 alcaldes y 8 consejeros regionales. Por lo tanto, nuestra principal apuesta está en las regiones. Por esa razón, entendemos que nos va a corresponder jugar un importante rol en 5 o 6 gobernaciones, lo mismo que en materia de secretarías generales ministeriales, que son muy importantes dentro de un país que se está regionalizando más día a día”, declaró a Cambio21.

 

“Además, a nivel central nos importaba que nuestra principal líder, Alejandra Bravo, llegara a la subsecretaría de Bienes Nacionales, cartera que se desarrolla con la ciudadanía a través de una alta sensibilidad social, lo que asumimos con toda fuerza, porque es parte del espíritu de colaboración que tenemos con el nuevo gobierno, pensando en el aporte del PRI como alternativa de centro con una fuerte raíz socialcristiana. Estamos contentos”, añadió.

 

A juicio del excandidato a diputado, “el PRI es una experiencia que opera en el centro político, que es un sector que está bastante vacío y que cuesta llenar, distinto a lo que pasa en la izquierda y la derecha”.

 

“Claro que nos hubiera gustado asumir en algún ministerio o dos subsecretarías, pero es lo que es. Así que la calidad va a importar más que la cantidad”, insistió.

 

 

Para Tomás Duval, analista de RN, en la nominación de Bravo en Bienes Nacionales “primó la decisión de Chile Vamos de mantener a los partidos que participaban de la coalición, a pesar de que el PRI tuvo un mal resultado electoral”.

 

“Ellos debían aspirar a tener alguna representación, por lo que designar a su presidenta en esa cartera en particular era la manera de integrarlos a todos en el gabinete”, indicó a este medio.

 

Según el profesional, “el problema del PRI es que como partido casi tiene que desaparecer, porque no obtuvo los mínimos necesarios para subsistir, lo que le pasó a otros partidos en la última elección parlamentaria”.

 

“El PRI, si quiere competir en la próxima elección, tiene que fusionarse o reinscribirse o buscar algún tipo de mecanismo si quiere seguir sobreviviendo como entidad política. De otra manera, evidentemente va a desaparecer”, concluyó.