El escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa pasó por Chile a fines de septiembre y aprovechó de darle una mano a uno de los grandes amigos que tiene por estos lares: el candidato presidencial de la oposición, Sebastián Piñera.

 

En primer lugar, le entregó al exmandatario el premio “Defensa de la Democracia y la Libertad”, en un acto que se efectuó en la casa central de la Universidad Católica. Y, además, en una entrevista concedida a Teletrece manifestó que los parlamentarios que rechazaron el proyecto de aborto en sus tres causales “representan a una derecha cavernaria”.

 

“Esa no es una derecha liberal. Es una absoluta necesidad si se cree en los derechos de las mujeres el que decidan si quieren tener niños o no. Una señora que es violada está obligada a tener el niño porque hay una derecha totalmente cavernaria que no permite el aborto. Es una estupidez, una barbaridad y hay que decírselo claramente a esa derecha que no entiende lo que son hoy los derechos humanos, lo que es conseguir que la mujer sea verdaderamente igual a un hombre. Para eso es fundamental que el aborto exista y se legalice”, explicó.

 

 

A ojos de expertos y analistas, la irrupción de Vargas Llosa busca reubicar a Piñera en el centro político y de esta forma alejarlo del sector más conservador de la UDI -que incluso está con él en la presente campaña electoral-, pero con mayor razón de quienes adscriben al candidato José Antonio Kast, que como se sabe es contrario al aborto y se muestra cercano a los grupos más católicos y cristianos que defienden el derecho a la vida.

 

Consultado por Cambio21, el sociólogo Juan Christian Jiménez manifestó que este tipo de “ayuda” consiste solo en una “línea mediática y cultural que sirve solo para quienes han leído a Vargas Llosa en Chile, que creo que son pocos o tal vez ninguno, por lo que políticamente su efecto es escaso”.

 

 

“Es curioso lo del escritor -añade el profesional-, toda vez que antes fue marxista y hoy aparece como liberal. Por eso que su contenido ‘intelectual’, si pretende llegar a las clases medias que andan en Transantiago y van a los malls, tendrá poca llegada. Primero habría que saber si lo conocen. Ahora, si es por buscar el centro político basado en la DC como argumento de seriedad política, el resultado tampoco será bueno”.

 

Con o sin el autor de “Pantaleón y las visitadoras” y “La ciudad y los perros” dando vueltas por ahí, Jiménez dice que la búsqueda del centro “no está tan perdida” para Piñera.

 

“Entendiendo que se trata del centro que se mueve hacia la derecha, es claro que la primera vuelta la tiene ganada. El tema es si podrá ganar la segunda vuelta sin hacer virajes hacia el centro o la derecha, como por ejemplo, mirando al sector pinochetista, que una de dos, votará por él porque no les quedará otra o se quedará en la casa”, remarcó.

 

 

Por su parte, Ricardo Israel, excandidato presidencial del PRI y consejero del comando de Piñera, aseguró a este medio que el exjefe de Estado “desde el principio se ha mostrado como hombre de centro, al punto que su gobierno fue rotulado como el quinto de la Concertación en vez del primero de derecha”.

 

“Es más, dos de sus ideas se vinculan a la reformulación de la democracia de los acuerdos y el rescate de clase media, ambas banderas de la centroizquierda”, insistió.

 

 

Según el abogado y académico, “el centro está vacío, toda vez que la Nueva Mayoría radicalizó su discurso y se alejó de las capas medias, sectores del voto tradicional que tiene que reconquistar si quiere ganar la elección presidencial”.

 

“No hay que olvidar que Piñera ganó los comicios de 2009 gracias a los desencantados y descorazonados de la Concertación que se fueron del arcoíris y votaron por él. Hoy esos mismos desencantados y descorazonados están en la Nueva Mayoría y los necesita para superar la segunda vuelta”, remató.