Cambio21 conversó con tres vocales que llevan varios procesos en el cuerpo, quienes a esta altura toman este deber con normalidad e incluso con humor.
Vocales que se volvieron a repetir el plato: no nos gusta trabajar con gente enojada
Por Equipo Cambio21
La primera reacción cuando una persona se entera que será vocal de mesa es sorpresa y rechazo. Involucra estar todo el día de una elección, desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde por la noche, ordenando los materiales, entregando y recibiendo los votos, contándolos después, discutir controversias e informar los resultados al Servel.
Por lo mismo, se hace lo humano e inhumano para tratar de saltarse este trabajo con alguna extraña justificación, lo que no siempre funciona.
Al final, prima el espíritu cívico y la responsabilidad.
Cambio21 conversó con tres vocales que llevan varios procesos en el cuerpo, quienes a esta altura toman este deber con normalidad e incluso con humor.
El primero de ellos, Luis Carrasco, se quejó porque a las 7:30 era el único que había llegado de su mesa, en la Escuela Villa Macul, pero ya a las 8.00 tenían casi todo listo para operar, y por suerte sin vocales elegidos a última hora como exige la ley cuando faltan personas para constituir la mesa.
“Cuando me ha tocado ser presidente de mesa, lo peor es tener que decirle a alguien que llegó temprano a votar que tiene que ser vocal. Por lo general, no quiere. Así que no nos queda otra que avisarle a los militares y a los carabineros que están ahí para que lo obligue”, dice de entrada.
“Lo malo es que el tipo se queda de vocal, pero tenemos que aguantar que esté todo el día enojado y con la cara larga. Y una persona así no nos sirve. Así que le damos la menor cantidad posible de pega”, agregó.
Daniel (pide que no pongan su apellido) volvió a ser elegido vocal en Curacaví y desde la madrugada que está mandando selfies a los distintos grupos de WhatsApp en los que participa.
Asegura que lo pasa bien, aunque preferiría estar en casa jugando con su hijo. “Todo normal y todo bien por estos lados. Espero que sea una jornada tranquila con no muchos votantes. Saludos a mis amigos”, escribió desde su teléfono.
Y por último, está Miguel Riveros, quien no pudo “sacarse los pillos”, por lo que resignado aceptó ser comisario de mesa, que es el encargado de retirar los materiales de votación y entregarlos de vuelta tras el escrutinio.
Para sus contactos de redes sociales lució con orgullo el siguiente hashtag: #modovocaldemesa, además de fotos del recinto de votación y de la cartilla de instrucciones.
“Es la tercera vez, así que ya estoy acostumbrado. No hay dramas. Ojalá que no vote tanta gente para no irnos tan tarde, pero igual es bueno que haya movimiento. Se pasa el día más rápido”, indicó.
Bonus track: Raúl, un muchacho que anoche celebró su cumpleaños número 32, fue designado como vocal en Puerto Montt, pero hasta el cierre de esta edición estaba viendo cómo justificaba su ausencia… desde el centro de Santiago. Huele a multa.