¿Se acuerdan de los famosos bots de Piñera? Pues bien, si no se acuerda o no sabe de qué estamos hablando, le explicamos resumidamente de qué se trata.

 

Durante la campaña presidencial del 2017, las redes sociales fueron la principal fuente de comunicación  y de propaganda de los candidatos.

 

Sin embargo, se vio sobre todo en Twitter que se crearon muchas cuentas, donde los usuarios comentaban a favor del candidato de ese entonces de Chile Vamos, repitiendo términos y frases, además de tener pocos seguidores, sin foto de perfil y masificando información relacionada con el candidato desprestigiando a los contrincantes, y así aumentando los seguidores considerablemente de Piñera.

 

Sin duda fueron la principal fuente de esta campaña, los que hasta el día de hoy continúan anónimamente comentando, dándose más en temas políticos que en otro ámbito. Hablando en contra de proyectos e incluso de la Presidenta Michelle Bachelet.

 

 

Pues bien, esta tendencia no es nueva, y se ha dado a nivel mundial. De hecho en Estados Unidos, durante la última elección, en la que resultó ganador Donald Trump, cuestionado por una supuesta colaboración de hackers rusos, un 32% de los mensajes hacia el magnate, mientras era candidato, correspondían a intervenciones de cuentas falsas, creadas especialmente para la campaña, según un estudio de la Universidad de Oxford en Inglaterra y publicado a fines del año pasado.

 

La tendencia está lejos de quedar atrás y en Chile, volvió a cobrar notoriedad, a partir de las 1.500 cuentas robots o “bots” que apoyaron a Sebastián Piñera. Según la aplicación Twitteraudit, que sirve para distinguir las cuentas reales de las falsas, de los casi dos millones de seguidores que tiene el Presidente, electo, un 51% sería real. En el caso de Alejandro Guillier, su porcentaje de cuentas reales era de un 96% del total. La misma cifra es la que marcó Beatriz Sánchez, con solo 4.490 cuentas falsas.

 

 

Pero el fin de esa estrategia se les acabó a los políticos. Twitter suprimirá de su plataforma aquellas actividades consistentes en la publicación simultánea de contenido idéntico o muy similar por parte de múltiples cuentas, así como en la realización, a la vez, de acciones como retuitear o marcar como me gusta a una misma publicación. De igual forma, la red social no admitirá el uso automatizado de varios perfiles para publicar el mismo contenido.

 

Twitter ha hecho público los cambios aplicados en su API orientados a llevar acciones coordinadas en la red social utilizando múltiples cuentas. En un comunicado, la compañía ha afirmado que prohíbe “cualquier intento” de usar la automatización para difundir spam, con el objetivo de hacer frente a la “actividad maliciosa” en los debates que tienen lugar en la plataforma, poniendo como ejemplo las elecciones “en Estados Unidos y en todo el mundo”.

 

De esta forma, Twitter anuncia que no es posible publicar de forma simultánea contenido “idéntico o sustancialmente similar” desde múltiples perfiles. Esta medida se aplicará indistintamente a tuits que han sido enviados al mismo tiempo o que han sido programados para una difusión futura. Como alternativa, la red social recomienda retuitear el contenido de un único perfil con los demás, siempre que el número de cuentas que lo hagan sea “pequeño”.

 

Twitter tampoco permitirá que múltiples cuentas realicen de forma simultánea acciones como marcar Me gusta, retuitear o seguir a un determinado perfil. La plataforma de microblogging añade a su vez que el uso de “cualquier forma de automatización” para publicar contenidos idénticos o similares, o para acciones como el Me gusta o el retuit, “no está permitida“.

 

Por ejemplo, las aplicaciones que coordinan la actividad de varias cuentas, como Tweetdeck, y que son utilizadas para difundir determinados ‘hashtags’ y contenidos tendrán que controlar este tipo de situaciones. De hecho, la aplicación ya ha informado que se adapta a la nueva normativa de Twitter.

 

 

Nicolás Freire, director ejecutivo del estudio “Interbarómetro: Observatorio de Política y Redes Sociales”, de la Universidad Central, asegura que la herramienta de las cuentas falsas puede servir “desde la lógica maquiavélica de la campaña. La gente conversa menos de política con sus cercanos, pero está más expuesta a las redes”.

 

“Las redes crean realidad y, en este caso, es como un nuevo 'Chocman': la plaza se ve llena, aunque sea de gente a la que se le ha pagado por ir. Genera una sensación de optimismo en el candidato, aunque la diferencia entre movilización y participación sea muy notoria”, dijo al Mostrador. 

 

Además planteó que las redes son complementarias en una elección presidencial y en ningún caso sirven para pronosticar o calcular una intención de voto.

 

 “Las redes movilizan no más de un 4% de los votos. Para un candidato chico es muy poco, pero en el caso de Chile, donde la elección se define por porcentajes muy estrechos, ese 4% en segunda vuelta sin duda fue decisivo”, explicó.