Un grave caso de violencia de género se presenta en Bolivia. Una niña de once años, embarazada por una violación, no logró la interrupción legal de la gestación tras la intervención de la iglesia católica. Los religiosos contactaron a la familia de la menor de edad y modificaron su decisión.

La niña se encontraba en el servicio de salud de Santa Cruz a la espera del aborto. Algunos medios de comunicación difundieron el que se produciría la interrupción del embarazo y los religiosos actuaron. Los clérigos hablaron con la madre y la convencieron.

El autor de la violación es el padre del padrastro de la niña, un hombre de 61 años que abusó de ella por diez meses, cuando sus padres trabajaban en La Paz. El sujeto está actualmente en prisión. La hermana mayor de la niña también fue ultrajada seis años atrás, por su padre ya encarcelado.

Un policía a cargo del caso confirmó que la iglesia le ofreció pagar una mensualidad a la familia de la niña para que no abortara. La menor de edad salió del hospital y fue llevada a un centro católico. La institución religiosa expresó que “la única solución es salvar, cuidar y apoyar con amor las dos vidas”.

El País señala que para el ministro de gobierno Eduardo del Castillo “cuando una niña de 11 años es obligada a dar a luz producto de una violación, le están vulnerando todos sus derechos”. La defensora del pueblo Nadia Cruz calificó que la actuación de la iglesia como “delincuencial”.