Por Antonia Paz
Este domingo hay elecciones internas en la Democracia Cristiana. Se elegirá a la directiva que encabece los próximos años complejos que tiene y tendrá el partido de la falange.
La diputada por el distrito 21 Joanna Pérez es la candidata a presidenta en la la lista dos. Actualmente, la parlamentaria es vice presidenta de la Democracia Cristiana en la directiva de Carmen Frei.
Esta es la conversación que tuvo Cambio21 con la diputada Joanna Pérez.
¿Cuál es su análisis de los cuatro años del Gobierno de Piñera?
Se trata –sin ninguna duda- del peor gobierno que hemos tenido en el país desde el retorno a la democracia. El más indolente, lento, torpe y generador de crisis de que tenga memoria. Que generó una inmensa expectativa de cambio, dinamismo y proyección de país, y a poco andar culpaba al resto del país -a la oposición, a los sindicatos, a la gente común- de sus propias falencias, de sus propias torpezas y limitaciones. Recordemos que es el gobierno que llegó al poder con la amenaza de “chilezuela” de Alejandro Guillier, y que sólo previo al estallido social ya contaba con dos mil empresas que habían cerrado en el país. En Santiago, previo al estallido, la cesantía ya rondaba en 8,3%, muy lejos del 6.7% máximo de desempleo que tuvimos con Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría. Lo posterior es para el olvido: un estallido con violaciones a los derechos humanos, una gestión que le declaró la guerra a los propios ciudadanos, una pandemia donde tuvimos que legislar más allá de los propios deseos de Sebastían Piñera y la Derecha. En fin: un Gobierno para el olvido. Sólo quiero recordar que es el Gobierno que propuso 65 mil pesos decrecientes como IFE, mientras su Ministro de Hacienda se paseaba por el Congreso proponiendo salvar LATAM con platas públicas.
¿Y el rol que jugó DC en estos 4 años de Piñera?
Nuestro rol debe ser siempre el de dialogar y construir. Así lo hicimos con el Gobierno de Piñera y así lo haremos con el de Gabriel Boric. Porque es fácil decir “nos opondremos a todo”, con prensa, con frases grandilocuentes. ¿Pero qué pasa con la gente común que espera que nos pongamos de acuerdo para avanzar? Ahora bien, si usted me pregunta cuál fue la relación con el Gobierno más permanente? La de legislar incluso contra sus intereses. Fui co autora de proyectos como los de la Ley de Servicios Básicos, que impidió el corte de ellos en pandemia. Al Gobierno no le gustaba y tuvo que acceder de todas formas. Lo mismo el Post Natal de Emergencia, o el aumento del IFE desde los 65 mil a lo que conocimos. De esta forma, nuestro trabajo como DC, como legisladores en la bancada, siempre fue legislar a favor de la gente, aunque eso significase estar siempre dialogando para mejorar la mezquindad de la administración de Sebastián Piñera, o derechamente oponerse a sus agendas frías e insuficientes.
La DC ha tenido malos resultados en las últimas elecciones. ¿Qué se debe hacer para detener esa baja de las votaciones?
La Democracia Cristiana debe volver al territorio para comenzar su recuperación. No debe ser el partido que únicamente hace política desde los medios o desde lejos de sus sedes, que hace reduce el debate político a una entrevista y levantar controversias. Debemos volver al territorio, a las calles, a los sindicatos, a las juntas de vecinos, a la vida real. Por esa razón quienes me acompañan en la lista 2 para presidirla, son personas que necesariamente tienen contacto con el territorio, que han sido validados por la comunidad debido a esa cercanía, a esa forma de entender el hacer política con y por la gente. Pienso en Gustavo Toro, alcalde de San Ramón, y cuyo liderazgo anti corrupción y anti la narco política, lo convirtió en un referente para todos los alcaldes y alcaldesas del país y para todo líder político que tenga la valentía de cambiar las cosas. O como Cristina Bravo, Gobernadora del Maule, que es una mujer incansable, ágil, un liderazgo femenino clave para aportar transparencia, corrección, inteligencia y proactividad. La Democracia Cristiana debe ser eso: contacto con la gente, representar los anhelos de una sociedad que transita entre distintas opciones buscando el bien común, buscando el progreso y el buen vivir.
¿Cuál es el sitio político de la DC: El centro, la izquierda o la centro izquierda?
Nuestro domicilio político siempre ha sido la centro izquierda, tal como lo hemos hecho desde el retorno a la democracia, impulsando gobiernos que cambiaron el cariz de este país. Yo se que este último tiempo han sido apuntados y culpados, con evidente afán electoral, sin embargo, la segunda vuelta decantó todo eso y fueron reconocidos como lo que son: quienes disminuyeron la pobreza desde un 40% legado por la Dictadura de Pinochet a un 10%. Sin embargo, nuestro partido más allá de eso, de respetar su domicilio político debe impulsar una vanguardia social que permita conectar con la gente, con sus necesidades, con un nuevo país que tiene otra forma de ver las cosas, que ha especificado más sus anhelos, que tiene otras formas de desarrollo incluso. Necesitamos estar a la vanguardia de una clase media desprotegida y que pide herramientas para premiar su esfuerzo; garantizar una diversidad social que nos enriquece, y que incluye a personas que piensan, viven y creen en lo que han decidido. Creemos que esa vanguardia jamás debe abandonar los derechos laborales y nuevas formas de vulneración a ellos, o que debemos fomentar más espacios y autonomía para nosotroas las mujeres, ya sea en su vida familiar, dentro de las empresas, en la protección social o como representantes de organizaciones. Debemos estar atentos y prestos, propositivos y colaboradores para un mundo que cambia y que seguirá cambiando.
Usted es candidata a la Presidencia de la DC: ¿Cuál es la primera medida que tomará si es elegida?
Lo primero y principal, es abrir un partido que lleva mucho tiempo cerrado, ausente, y que hoy hace noticias por hechos lamentables. Sin embargo, se nos olvida que es la Democracia Cristiana el partido que tiene más alcaldes en todo el país, más gobernadores, incluyendo la Región Metropolitana, y casi más concejales. Tenemos que activar nuestra dirigencia. Y para eso lo primero es la reflexión interna, rápida, propositiva y resolutiva. El Congreso Ideológico para revisar nuestras posturas, nuestro ideario, es lo que necesitamos. ¿Cómo vamos a colaborar con el nuevo Gobierno y aportar al país si no acordamos entre todos cuál es nuestra base, nuestras posturas e ideas? Creo que eso lo debemos despejar con urgencia, porque también es el mecanismo para acercarnos de verdad y de forma fraterna. Pero también, y simultáneamente quiero un partido de inmediato abierto a la gente, vivo. No más rejas cerradas, no más pasillos vacíos como sucede en la sede principal. Abrirnos a la comunidad significa que tenemos la determinación de conectar otra vez. A su vez, eso no será posible sin una directiva activa y en terreno por Chile. Como ves, tenemos una agenda ágil, y cuyo norte es la esperanza por un partido que vuelva a ser tan grande como nuestro esfuerzo y determinación. Tengo plena confianza en ello.
Un informe del SERVEL señala malos manejos financieros de dirigentes de la DC en la rendición de esas platas. Usted es Vicepresidenta en la actualidad. ¿Cuál es su explicación?
El informe del SERVEL arroja una serie de hechos que deben aclararse, porque no sólo no es el definitivo, sino el previo. Habría sido más fácil aclarar, entregar la información si hubiese un trabajo conjunto, pero no ha existido. Esto se radica en la administración pasada y en la actual, y ante todo, debiese existir una colaboración para corregir y aportar, en vez de esta frenética y conveniente filtración y polémica vía medios. Estoy segura que una vez que pasen las elecciones esto volverá a la normalidad, se dará el trabajo normal que debe realizarse y espero que se colabore en todo. Soy Vicepresidenta pero creo que han faltado canales de información fluida para poder subsanar o informar. Hemos tenido casos tan lamentables como los despidos sin indemnización, como aquellas empresas que citan causales inexistentes para eludir su responsabilidad, y tampoco tuvimos conocimiento hasta que sucedió. Esas practicas deben terminar, y las soluciones pare levantar el partido deben ser conjuntas, dialogadas, fuera de la mala fe y la utilización. El partido lo necesita con urgencia.