Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Luego del triunfo pírrico con los diputados, ahora se vienen las dificultades que tendrá la reforma previsional en el Senado

La semana pasada el gobierno terminó el año legislativo con un amargo triunfo en la Sala de la Cámara.

Ahí aprobó la idea de legislar sobre la reforma previsional, pero no tuvo los votos para aprobar “el corazón” de ese proyecto que era el incremento de 6% de la cotización del empleador y la distribución de la nueva cotización previsional en 3% para solidaridad intra e intergeneracional y 3% para las cuentas previsionales; así como otros temas relevantes para el Gobierno como la garantía de 0,1 UF por año cotizado para los actuales y futuros pensionados vía la solidaridad, la existencia de un nuevo Fondo Integrado de Pensiones (FIP) y su gestor estatal, la creación del Inversor de Pensiones del Estado (IPE)por nombrar algunos temas.

 Fue un triunfo amargo, porque en el Senado los detractores de la reforma solidaria que instale un sistema mixto son mayoría política, tienen 27 votos y en marzo próximo partirá una negociación en el Senado -en la Comisión de Trabajo- en una posición desfavorable ya que esa instancia empezará a ser presidida por un senador UDI y tendrá mayoría opositora.

Reponer su proyecto rechazado en la Cámara pareciera no ser una opción viable porque sería rechazado por la derecha. Tiene otra opción legislativa que es reactivar el proyecto de reforma previsional del ex Presidente Piñera que fue congelado en el 2021 en la Comisión de Hacienda del Senado, que tiene un 3% para cuentas individuales y 3% para solidaridad previsional y fusionar ese proyecto con el actual para tener una mejor posición negociadora en la tramitación legislativa en el Senado.

 En el Senado tendrá una oposición política que ha señalado reiteradamente que el 6% debe ir íntegramente a las cuentas individuales de las AFP’s, que la solidaridad en el sistema de pensiones está ya con la PGU, que está debe financiarse con impuestos generales y que no aceptarán que parte de la nueva cotización previsional (ni 3% ni 2%) vaya a la solidaridad intra e intergeneracional.

La PGU -que a partir del 1º de febrero se incrementa a $214.000 mensuales- resuelve el problema de las bajas pensiones de las personas vulnerables, producto de su baja densidad previsional o en otros casos nula cotización previsional, pero claramente no resuelve el problema de las bajas pensiones de las mujeres y de las clases medias que hoy tienen tasas de reemplazo bajas.

 La derecha con su tesis de que todo debe ir a cuentas individuales y que la solidaridad es solo vía PGU, está condenando a las clases medias a tener mejores pensiones en 40 años más y que las mujeres por ejemplo siguen accediendo a bajas pensiones, que hoy tienen como promedio $311.000 mensuales.

El Gobierno ha sido derrotado comunicacionalmente porque no ha logrado instalar que subsiste el problema de las bajas pensiones vía modelo AFPs, especialmente para las mujeres y ha sucumbido ante una presión comunicacional de la derecha que actualmente preferiría que la nueva cotización vaya a su cuenta individual, pensando que podrá retirarla para financiar emprendimientos, acceso a vivienda, con ese slogan populista de que “con mi plata no”.

La intransigencia de la derecha se mantendrá mientras existan esas encuestas en favor de las cuentas individuales, aunque la encuesta  Pulso Ciudadano muestra que solo un 35% prefiere la capitalización individual y un 30% prefiere un sistema mixto de pensiones con ahorro individual y solidaridad.

Ante esa presión comunicacional de la derecha y la incertidumbre del escenario político en la Sala de la Cámara, el gobierno improvisó: acogió una fórmula mixta de 3% y 3% de un grupo de diputados “no alineados” -que después algunos se restaron de la votación-, acogió de otros la petición de poner fin a la tabla de mortalidad y crear un seguro de longevidad, e incluso se mostró dispuesto a incrementar el monto del auto-préstamo, revelando la confusión existente y su opción por la tesis del “pirquineo” de votos en la Cámara.

Esa improvisación y debilidad gubernamental fue agudizada por el diputado Ibañez (presidente de Convergencia Social, partido del Presidente de la República) quién optó por atacar a un comité parlamentario que estaba llegando acuerdos con el gobierno para la votación en general en la Cámara.  

De cara al Senado el gobierno debiera repensar su estrategia. La ministra Jara tiene ahora una mala evaluación ciudadana post esta perfomance política en la tramitación de la reforma de pensiones en la Cámara, debiera rediseñar su política comunicacional considerando que hay una mayoría que quiere incrementar las actuales pensiones, pero que desconfía de la solidaridad previsional, que la adhesión a la capitalización individual no supera el 35% como muestra Pulso Ciudadano y que la fórmula de un sistema mixto de pensiones llega al 30% de adhesión; por tanto, es una materia que requiere un debate racional, muy técnico y la búsqueda de acuerdos serios que permitan lograr esa reforma hacia un sistema de pensiones más dignos que el actual.

Es una incógnita si lo puede hacer con un Gabinete que ha mostrado carecer de destrezas políticas y habilidades comunicacionales para realizar una reforma previsional que de dignidad a millones de pensionados presentes y futuros.