¿Cómo hay que afrontar las relaciones sexuales en este momento?
Con cabeza, conocimiento y respeto. Algo que resultaría sencillo pero que parece ser endiabladamente complicado para muchos... Y es que en materia sexual parece que no somos capaces de desterrar uno de los más inquietantes agentes patógenos a los que nos enfrentamos, la escasez de cerebro.
¿Algún truco para reanimarlas?
Conseguir que las personas tengan el suficiente entendimiento y las herramientas sobre su condición sexuada para empuñar con libertad y sin complejos su propia existencia, y a partir de ahí que hagan lo que estimen más oportuno, partiendo que el sexo es un valor de la condición humana que nos engrandece.
¿Se puede hablar de un antes y un después en el sexo por la pandemia?
Salvo que adquiera dimensiones bíblicas, no espero que marque un acontecimiento en nuestra manera de relacionarnos. Cuando esto sea ya una pesadilla más o menos lejana, seguiremos amándonos casi siempre lo mejor que podamos. No hay que olvidar el precedente inmediato y que sigue vigente de una pandemia que ha acabado con la vida de 25 millones de seres humanos, el VIH. ¿Ha cambiado nuestras formas de interactuar sexualmente? Muchísimo menos de lo que podía esperarse durante el apogeo de la enfermedad.
¿Tendríamos que aconsejar algo los padres a los hijos en cuanto a sexo y Covid-19?
Tendríamos que aconsejar entre lo justo y muy poquito, fundamentalmente porque casi nunca lo sabemos hacer. Eso no significa en absoluto que haya que desentenderse, pero sí dejar que sean ellos los que tomen la iniciativa si en algún momento quieren conocer nuestra valoración. El atosigarlos o estar muy encima de su condición sexuada suele producir en ellos un rechazo mayor al que instintivamente tienen a tratar estos temas con nosotros. Además, en infinidad de ocasiones lo que vamos a transmitirles, y ellos no quieren oír, es el espanto sobre el sexo, la prevención continua...
Claves para un sexo seguro ahora
No existe ningún recetario infalible que nos garantice que nuestras interacciones sexuales se vayan a establecer con la máxima seguridad, pero la mejor recomendación es, como decía antes, utilizar la cabeza.
Utilizar el sentido común en el momento de decidirnos a tener una interacción sexual y en la elección de la persona elegida para hacerlo. El uso del preservativo es ahora y siempre la mejor medida preventiva y como tal debería integrarse en nuestras eróticas y ser visto como un aliciente y no como un obstáculo.
Convendría evitar prácticas como el anilingus e, hilando muy fino, el coito que es solo una entre mil eróticas más, pero si se practica no hacerlo en posturas en las que estamos de frente a nuestra pareja y optar por otras, y en general extremar la medidas de higiene.