Oh I'm just counting

Especial: Sexualidad en tiempos de crisis

Por Jackie Mercado

La crisis económica va más allá de finanzas, empresas y trabajo, pues afecta de manera importante la vida sexual. En efecto, con el paso del tiempo, problemas económicos e incertidumbre ocasionan que el deseo disminuya.

Amenaza a la estabilidad, incertidumbre e innumerables cambios que atentan contra el nivel de vida son  los primeros  estragos de los tiempos de crisis. Inicia la reducción de gastos, se racionan o eliminan por completo las salidas, prevalece el temor al desempleo, las deudas se disparan y llega a ser difícil solventar las  necesidades básicas.

En consecuencia, se sufren elevados niveles de ansiedad, angustia y depresión, condiciones que minimizan el encuentro sexual. De acuerdo  con un sondeo efectuado por la revista de la Asociación Médica Americana, el estrés originado por problemas económicos puede obstaculizar el funcionamiento sexual de las personas, pues la tensión impide el disfrute de la intimidad y la pareja porque interfiere n los distintos ámbitos de la vida erótica, deseo excitación y orgasmo.

Repercusiones

Cuando la crisis económica se instala en los hogares puede suceder lo siguiente en torno a la vida íntima:
- Disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales
- Aumento compulsivo de la masturbación y encuentros eróticos
- “Si bien amas situaciones se han observado, por lo general prevalece la primera debido a que las personas tienden, en primer lugar, a satisfacer las necesidades más básicas, Por tanto, la recreación se relega a un segundo plano, lo que influye en el ámbito sexual”.

Respecto al incremento de la actividad sexual, se presenta porque para muchas personas es especie de ansiolítico natural. “Incluso, los encuentros son más intensos que en el pasado debido a que la angustia disminuye al estar más cerca e interactuar con el sexo opuesto”.

Esto último lo tiene muy claro la sociedad, pues en tiempos de crisis su pasatiempo favorito es el sexo, ya que además de resultar gratificante no implica gastos. Así, lo revela una encuesta, en la que participó una muestra de dos mil adultos.

A su vez,  expertos coinciden en que la mejor receta para estos males se encuentra en la ternura y el cariño.  De hecho, un estudio publicado reveló que quienes se besan, abrazan y tratan de tener algún tipo de contacto físico diario con su pareja, generan menos hormonas de estrés en sus cuerpos.

Manifestaciones:

La disminución del deseo sexual en la mujer estresada por dificultades económicas puede llevarla a tener relaciones sexuales sólo por complacer a la pareja o como forma de huida, es decir, buscando evadir el malestar que está viviendo.

“Con ello podría no percibir su insuficiente excitación, lo que implica lubricación vaginal escasa y, por lo tanto, dificultad para alcanzar el orgasmo y dolor durante el coito.

Cuando esto sucede con frecuencia, en especial si experimenta grandes  molestias, se presenta desmotivación que incrementa la pérdida del interés por el placer sexual”.

Es que el estrés altera negativamente en aspectos físicos, emocionales, relacionales, incidiendo en el metabolismo de las personas y generándose grandes cantidades de cortisol, hormona que nos mantiene alerta, regula el sueño y la vigilia, nos da energía, regula el metabolismo y el sistema inmunológico, entre otras funciones.

“Un exceso de cortisol genera estar en un estado de lucha interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían, se produce fatiga crónica, depresión. Cuando aumenta el estrés, los niveles del cortisol se elevan y suprimen o disminuyen las funciones de las hormonas sexuales. El estrés y la ansiedad son unos de los peores enemigos de una sexualidad placentera”

En el hombre, la crisis financiera va reduciendo el deseo erótico a causa del estrés y la tensión, o bien, en ciertos casos se refleja con la súbita aparición de disfunción eréctil, esto último es igual de preocupante que la situación monetaria.

La tensión los lleva a experimentar inconvenientes para lograr y mantener una erección y, si a ello se le suma un toque de ansiedad, podrían eyacular precozmente. “Esta situación puede generar una sensación de inseguridad y poca confianza al momento de la intimidad, al punto de disminuir y/o evitar por completo los encuentros sexuales”.


“Es muy  importante destacar que tales dificultades, tanto en hombres como en mujeres, son conocidas como psicógenas, es decir, no están asociadas con alteraciones físicas o enfermedades, y su pronóstico resulta favorable entre más  rápido se reconozcan y traten. En este sentido, la ayuda profesional resulta crucial para evitar que el problema se torne crónico”.

Maneja la situación

Si bien en tiempos de crisis la preocupación preponderante de la población se ubica en las cuestiones económicas y laborales, no hay  que hacer a un lado las actividades recreativas, pues éstas permiten liberar el estrés acumulado. En este contexto resalta la importancia de conservar vida sexual activa y saludable, pues estimula la armonía y procura bienestar físico y mental relajado.

“al mismo tiempo, las relaciones sexuales promueven la producción de endorfinas, compuestos químicos naturales que reducen el dolor, las preocupaciones, promueven el descansos nocturno y aportan una sensación de plenitud”.

Por lo tanto, los expertos recomiendan no descuidar la vida íntima, ya  que se convierte en aliada y ayuda a sobrellevar la situación con más y mejores herramientas, así que no la relegues a los últimos lugares en tu lista de actividades.

“la mejor receta para enfrentar el estrés y optimizar el rendimiento sexual es el cariño, la comprensión y compartir las preocupaciones. Haz a un lado lo material y rescata lo espiritual, pues al liberarte del anhelo de poseer bienes de consumo, se tienta más a ser, hacia uno mismo, por lo que el problema económico tiene menores repercusiones”, puntualizan los especialistas