El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, es objeto de una investigación interna debido a una presunta relación con una asistente.
Se trata de un vínculo amoroso que supone la violación del código de ética del organismo. Además, ha sido un ‘secreto a voces’ desde hace bastante tiempo, pero recién ahora se inician procedimientos.
Fuentes conocedoras del caso aseguran que “todo el mundo sabe que es su novia”. Sin embargo, el proceso abierto durante estos días evalúa si efectivamente se violan las reglas internas.
Las pesquisas iniciaron luego de que se presentaran denuncias anónimas sobre la pareja. Tras esto, se aborda como una “presunta mala conducta de alto funcionario“.
Algunos medios apuntan que la noticia sobre la relación que mantenía Almagro se ‘destapó’ esta semana, bajo el marco de la reunión anual de la OEA, que este año fue en Lima, Perú.
Por otra parte, hay fuentes que señalan que era algo que ya se conocía incluso fuera de la OEA, ya que se había escrito y publicado en 2020.
Se trata del libro Luis Almagro no pide perdón, de los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich. En la obra se entregaron detalles de la mujer: Marian Vidaurri, una mexicana de aproximadamente 20 años menor que el uruguayo.
Incluso, se suma una declaración de la trabajadora donde dice que “fue y es una conexión en todas las dimensiones. Muy profunda y muy intensa“.
Antecedentes de la relación
Hay que especificar que el código de ética de la Organización de los Estados Americanos dice que un miembro del personal no debe mantener una relación íntima con un colega de manera tal que “interfiera con el desempeño de sus funciones o coloque en desventaja a otras personas en el Lugar de Trabajo“.
Además, se especifica que un jefe no debe ejercer funciones de supervisión sobre la otra persona ni beneficiarla en modo alguno, lo que repercute directamente en el caso del secretario general de la OEA.
Desde Associated Press han intentado contactar directamente a Luis Almagro para averiguar más sobre el caso, pero no hay respuesta. Sin embargo, un vocero de la organización se refirió al punto que dictan los reglamentos internos.
El empleado asegura que el uruguayo no se desempeñó en el cargo específico de supervisor directo de la mujer con quien mantuvo la relación.
Con esto, el sujeto apela a que “Almagro nunca participó de las decisiones relativas a los intereses de esta empleada dentro de la OEA“, lo que influye en la investigación.
Pero a pesar de su declaración, en varios textos, noticias e incluso publicaciones de las redes sociales de la organización se apunta a Marian Vidaurri como “asesora” o “jefa de asesores” del secretario general.