El ministro de Hacienda, Mario Marcel, presentó ante la comisión Mixta de Presupuesto -encabezada por el senador UDI, Juan Antonio Coloma- el Estado de la Hacienda Pública.
En la exposición -que constituye el puntapié inicial para la tramitación de la Ley de Presupuestos del próximo año- el jefe de la billetera fiscal afirmó que la actividad económica será especialmente baja a partir del cuarto trimestre de 2022, proyectando un crecimiento de 2,2%; sin embargo, a partir del segundo trimestre de 2023 “vamos a recuperar actividad, pero como vamos a haber partido de un punto bajo, la comparación para el promedio del año va a estar dando una cifra negativa”, por lo que no descartó un cuadro recesivo.
Asimismo, sostuvo que, si bien se espera que la economía comience a mejorar a partir de 2023, “hay una diferencia para la proyección del PIB que es una caída entre de -0,1% y -0,5%, pero que en el caso del PIB no minero tiene diferencias relativamente menores, entre -1,4% y -1,3%, o sea, la diferencia, la corrección más importante a nivel de PIB total está dado por las proyecciones de la actividad en la minería”.
También reportó que habrá un ajuste del consumo privado de bienes en lo que resta de este año y 2023 para volver a niveles fundamentales. “Tenemos una caída importante del consumo privado durante 2022, luego comienza una recuperación, pero vamos a mantenernos por debajo de los niveles previos al 2022”, adelantó.
Sobre esto último, se señala que luego que el consumo privado creciera un 1,6% en 2022 -desde el 0,9% contemplado en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP)- se espera que este caiga en un 4,8% en 2023.
Por otra parte, el ministro Mario Marcel destacó la reducción del gasto en 2022, el cual se explica principalmente por el fin de las transferencias masivas que expandieron este ítem en 2021.
“Todo esto se traduce en un mejoramiento del balance fiscal para 2022, que se proyecta que terminará en un superávit de 1,6% del producto, cifra que se compara más que favorablemente con el déficit que se estimó en el contexto del presupuesto del presente año, que era de 2,8% del producto. Es decir, de proyectarse un déficit para 2022 en el momento en que se formuló el presupuesto actual, vamos a movernos a una situación de superávit”, señaló.
En términos estructurales, apuntó que “esto significará de pasar un déficit cíclicamente ajustado de 10,7% del PIB en el 2021, un verdadero récord histórico en Chile, a un superávit de 0,9% del producto en 2022. En Chile no teníamos un superávit estructural de esta magnitud desde el año 2007”.
“Estas cifras constituyen la consolidación fiscal más profunda en comparación con un amplio espectro de países, lo que, unido a la trayectoria prevista para la política fiscal para los siguientes años de este mandato, llevará a la deuda pública a estabilizarse a fines de este mandato en torno a 4 puntos porcentuales por debajo de su nivel de 45% del producto”, aseveró.
Marcel recalcó que “de esta forma en este gobierno se reducirán de manera significativa los riesgos para la economía chilena, permitiendo además el ahorro de más de USD 1.200 millones en intereses que podrán destinarse a gastos prioritarios”.