El ex alcalde de Providencia, coronel en retiro y ex ministro vocero de Pinochet, Cristián Labbé (ex UDI) fue condenado como autor del delito de aplicación de tormentos de Harry Edwards Cohen Vera, en la localidad de Panguipulli, hecho que diera a conocer en exclusiva Cambio21.
La Corte de Apelaciones de la ciudad de Temuco, ratificó la sentencia, sin beneficios, al ex alcalde de Providencia, el coronel en retiro, Cristián Labbé Galilea. Por ello, el exoficial se encuentra “reservando” su estadía en Punta Peuco o en el Penal Colina I.
Los hechos
El exalcalde de Providencia y ex militante UDI ya había sido condenado en primera instancia por el Ministro en Visita Extraordinaria, Álvaro Meza, en la causa criminal rol 5-2013, por el delito de aplicación de torturas en contra de Harry Cohen Vera, ocurridas tras el golpe de Estado de 1973. Ahora fue el turno de la Corte de Apelaciones, la que ratificó el fallo que ordena a Labbé, cumplir 3 años de cárcel efectiva por el delito y, además, lo condena, junto al Estado a pagar indemnizaciones económicas.
La Corte estimó contundentes y graves los hechos al momento de negar la aplicación de media prescripción u otro beneficio al ahora condenado Labbé, pues el expediente judicial que dio origen al fallo de apelación, da cuenta de múltiples testimonios y pruebas que aseguran que Cristián Labbé, como teniente de Ejército, durante octubre y noviembre de 1973 tuvo bajo su poder a varios prisioneros que fueron sometidos a torturas en las cuales
él, acusan, participó directamente. Labbé ha negado los hechos, pero los antecedentes desmintieron al exalcalde.
La víctima por la cual se dictó condena, es Harry Cohen, quien declaró que “Ante mi apareció un militar fuertemente equipado, quien mirándome de manera amenazante me gritó: ¡baja la mirada concha de tu madre!… Ante la sorpresa y el temor, no reaccioné en forma instantánea, provocando en él un estado de histeria que derivó que sustrajera el arma
cortopunzante conocida como corvo, avanzara hacia mí y profiriendo insultos y amenazándome con cortarme el cuello…”.
Y todo por encontrarlo “hippie”
Cohen, por aquel entonces un joven de 22 años, tuvo su primer encuentro con el teniente boina negra, a quien más tarde identificaría como Cristián Labbé Galilea. Habría otros encuentros con el militar, oportunidades en donde Cohen fue torturado y donde reconoce a Labbé como uno de los que participó de los ilícitos, según señaló a Cambio21. Cohen fue
detenido en noviembre de 1973, mientras se dirigía desde Santiago a Futrono, donde residía parte de su familia. El pelo largo y la barba destacaban en la desgarbada figura de un muchacho de aquella época, ajeno a la política, más preocupado de su trabajo como técnico eléctrico y de ayudar a los suyos.
Lo que había molestado a los militares era su aspecto. Sabido es que, en aquella época tras el golpe, el pelo largo y la barba en los hombres y los pantalones en las mujeres, no eran bien vistos por el régimen. Pero Cohen estaba acostumbrado a que lo molestaran. Lo que vendría después, sí que no estaba en lógica alguna. “Yo no era activista ni militante político –señaló Harry Cohen a Cambio21-, era solo un observador de lo que pasaba”, señala.
Ya en Futrono junto a su familia, al día siguiente de su arribo y siendo de mañana, se encontró de sopetón con un aspecto de fiereza que jamás había imaginado. Militares camuflados y fuertemente armados rodearon su casa e ingresaron violentamente apuntando a todos en la familia. Él y un familiar fueron hechos prisioneros y trasladados a la comisaría del pueblo.
Brutalidad sin lógica
“Yo he tratado de explicarme lo que sucedió y durante el tiempo le he dado varias interpretaciones. Al comienzo se pudo pensar que se debió a un error de algún funcionario, pero con el tiempo uno se da cuenta que es un comportamiento típico que ellos tenían (la dictadura). Fantaseaban con mercenarios que habían llegado a Chile y en mi caso puedo haber parecido extranjero por el nombre. Les molestaba mi apariencia física, pelo largo y barba, propio de aquella época. Si hasta les parecía extraño que me dedicara a electrónica, pues parece que pensaron que tendría que ver con las comunicaciones de la radio clandestina que operaba en Neltume, pero nada de eso era cierto”, aseguró Cohen.
Al medio día, un helicóptero del Ejército se posó en la plaza de Futrono. Allí fueron conducidos los prisioneros y entregados a los “boinas negras” que operaban hacía unas semanas en el lugar. El general Nilo Floody estaba a cargo del destacamento de unos 200 hombres llegados desde Santiago en la búsqueda y exterminio de “extremistas” cercanos al
llamado comandante Pepe que habría complotado en la zona, aseguraban. Cristián Labbé estaba entre los oficiales que comandaban a los efectivos militares.
“Me pregunté muchas veces por qué me detuvieron, qué hice de malo… De la experiencia de ser una persona normal, que nunca se metió en nada y de pronto aparecer rodeado de militares en ropaje de combate, con camuflaje, con soldados en actitud belicosa y ser preso, trasladado, amarrado arriba de un helicóptero en que amenazaban lanzarnos al lago
Riñihue… fue una locura, no entendía nada, era como ver una película de terror, pero que me estaba sucediendo a mí”, señaló Harry Cohen.
La aplicación de torturas de Labbé.
Pero lo peor estaba por venir. Fue encerrado junto a otro preso en una celda. Allí estaba cuando vio de frente a Labbé por primera vez. Jamás olvidará ese rostro, la voz, esa prepotencia, la violencia con que fue encarado, corvo en mano por el militar, por solo mirarlo a la cara. La voz la seguiría escuchando por algún tiempo, en cada sesión de tortura,
donde ya no lo podría mirar a la cara, pues la capucha que le fue colocada lo impedía.
Para Cohen, “Las torturas que sufrí fueron sin sentido, las preguntas acerca de lo que hacía yo o mi familia eran acompañadas de descargas de corriente, que aumentaba si no les parecía adecuada mi respuesta (…) en cada oportunidad que fui torturado, era izado con mis manos amarradas a la espalda, capucha en mi cabeza y electrodos puestos en brazos, pies y caderas. Era un ritual que comenzaba en silencio y luego se venían las preguntas, insultos y amenazas. Los golpes de corriente eran insoportables”, señaló a nuestro medio.
Tres eran las voces que lo interrogaban una y otra vez. La del exalcalde de Providencia y miembro de la DINA, Cristián Labbé, era inconfundible para Harry Cohen: “Tengo claro quién me torturo y me amenazó matar con un corvo, era Cristián Labbé, cómo no voy a estar seguro si lo miré a la cara y lo vi abalanzarse encima mío mientras me insultaba.
Además, lo escuché e identifiqué su voz en mis interrogatorios y además me lo ratificó un sargento de apellido Barra. Cuando me interrogaba, era claro distinguir su voz, pues lo vi y escuché claramente cuando me amenazó”, afirma sin dudas.
Las sesiones de torturas se prolongaron por días, así lo afirma no sólo Harry Cohen, lo que es coherente con los dichos de otros testigos, ex prisioneros que sufrieron también el rigor de los flagelos. “Fuimos torturados con electricidad, nos amenazaban con corvos en el cuello, nos intentaron fusilar mientras estábamos vendados”, dijo en la causa Bernardo
Santibáñez, quien fuera compañero de celda y desdichas de Cohen.
Buscando espacio en Punta Peuco
A Labbé, un reconocido miembro de la DINA además de guardaespaldas de Pinochet, lo sentenciaron a una condena de 3 años de cárcel efectiva. Ya estuvo detenido 45 días en un regimiento de Temuco por esta causa.
Posee otras dos causas vigentes, la 28-2009 de la Corte de Apelaciones de San Miguel y la 4-2015 de la Corte de Apelaciones de Valparaíso. En dicha causa se encuentra procesado por el mismo delito de torturas.
“Este es un caso que tiene relevancia no solo por el acusado, por el coautor, sino que, por la naturaleza de los hechos, los que, sin revestir una gravedad extraordinaria, como un homicidio, dan cuenta de los abusos con que actuaron los militares en este país”, dijo a nuestro medio el abogado querellante Roberto Ávila Toledo.
“Este es un acto típico de terrorismo de Estado, pues no tiene por objeto una acción de inteligencia, de obtener datos sobre personas o sobre cosas, sino que simplemente aterrorizar, qué gana Harry Cohen con implicar a Labbé, si ni siquiera ha tenido una militancia política. Se acreditaron las torturas mediante un examen del Servicio Médico
Legal. Tres testigos lo sitúan en el lugar, además de los dichos del teniente coronel (r)Bosch. Labbé no solo estaba a cargo de las sesiones de tortura, sino que además participó de ellas y además Harry Cohen es reconocido como víctima de torturas por el Estado de Chile”, concluyó el profesional.
“Esta es una buena noticia para la justicia, para los DDHH, para la condición humana, la dignidad, la decencia en este país”, señaló Roberto Ávila, el abogado querellante. “Son 3 años de cárcel con pena efectiva. Después de 40 años, por fin mi representado, Harry Cohen, verá la justicia. También se desmoronan los pretextos, las justificaciones, los
insultos de aquellos que indicaban que esto era un montaje. Nos amenazaron con querellas que nunca se presentaron, porque no tenían ningún destino, pero la verdad se ha impuesto. Tiene otras querellas que ya verá cómo se las arregla, pero en esta, ya tiene pena efectiva el ex integrante de la Dina y ex escolta de Pinochet”, concluyó Ávila.