Oh I'm just counting

Irina Karamanos desclasifica comentarios sobre su relación con el Presidente Boric:“Comentan que Gabriel podría ser gay y que yo soy contratada”

Foto Revista Digital Pousta

La Primera Dama Irina Karamanos respondió a las críticas por su pololeo con el mandatario y señaló que “me parece el reflejo de una sociedad muy conservadora”.

Fue una entrevista donde habló de todo y a corazón abierto. Irina Karamanos otorgó una completa charla al medio Pousta, donde incluso abordó su relación con Gabriel Boric.

La Primera Dama incluso tuvo tiempo para conversar de las llamadas fake news y los cuestionamientos a su pololeo con el Presidente.
De hecho, abordó aquellos comentarios malintencionados donde se critica su rol de mujer “no casada” como pareja del mandatario.

“Me parecen curiosas las expectativas que se tienen sobre las parejas en el poder. Es decidor que se espere que el presidente esté casado y que si no lo está, es preferible que no tenga nada. Y peor aún si no fuera heterosexual”, fue lo primero que mencionó.

Y agregó que “hay una cantidad de comentarios en redes sociales apuntando a que Gabriel podría ser gay y que yo soy contratada y, además, una mujer trans, poniéndole un carácter ofensivo”.

La cientista social manifestó que “más que tomármelo personal, me parece el reflejo de una sociedad muy conservadora, donde seguimos hablando mal de las familias que se escapan a la heteronorma clasificándolas de disfuncionales”.

La entrevista de la revista digital Pousta

Esta es parte de la entrevista de Irina Karamanos a Pousta

Karamanos no ha tenido feriado, porque desde que comenzó su relación con Gabriel Boric en 2019, pasó un estallido social, una pandemia y su pareja se convirtió en el candidato de una de las elecciones más polarizadas desde el retorno a la democracia. Entre fake news y la crítica de un sector social que no ve con buenos ojos que una mujer no casada con el Presidente asuma como Primera Dama, hoy cuenta cuál es la actualización millennial de este rol, abre la puerta del hogar que está construyendo con Boric y reafirma su compromiso con el país. “Estamos en una relación poliamorosa con Chile”, bromea. Esta es la primera entrevista en extenso que da desde que asumió su rol en La Moneda. 


La casa entre Esperanza y Libertad no está lista. Todavía se pasean maestros haciendo arreglos y parte de la vida de la Primera Dama, la cientista social Irina Karamanos (32), está repartida en cajas por la vivienda. Ella misma buscó el lugar y junto a su pareja, el Presidente Gabriel Boric, eligieron el inmueble en el que habitarán por los siguientes cuatro años. 

En el segundo piso, por una ventana grande donde entra mucha luz, está su lugar favorito. Y ahí, en medio de un hogar en construcción que apenas usan desde hace un mes, fuera de toda agenda política, ambos tienen su momento de encuentro cuando leen o escuchan música. Todavía no hacen una inauguración masiva, por ahora lo han reservado para los más cercanos. 

La Primera Dama se despierta todos los días cerca de las seis para cumplir con las labores de su cargo ad-honorem (sin goce de sueldo) y en lo que va de este mes, ya aprendió a qué hora tiene que salir de la casona para saltarse el taco mañanero del Barrio Yungay. 

Irina se hizo viral en varias ocasiones en el último tiempo: la primera al decir que no sería la primera dama, la segunda al contar que sí tomaría el cargo, pero que lo reformularía y la tercera al mencionar en televisión abierta, a días de haber asumido,  que no es primera, ni dama. 

Pero Irina sí es la primera en muchas cosas: es la Primera Dama en ser activista feminista, la primera en no estar casada, no tiene hijos, ni casa propia. También es la primera en hablar seis lenguas (español, alemán, inglés, griego, indonesio básico y está estudiando Kawésqar) y quizás es la primera en entrar a la casa presidencial usando zapatillas y no tacones. Es la Primera Dama millennial en La Moneda.

La Primera Dama, Irina Karamanos (32), es cientista social con estudios de antropología y ciencias de la educación en la Universidad de Heidelberg.

Hace unos días, en un programa de radio se refirieron a tu relación con el Presidente como un concubinato, una palabra que está culturalmente cargada. ¿Qué te parecen este tipo de afirmaciones?

“Me parecen curiosas las expectativas que se tienen sobre las parejas en el poder. Es decidor que se espere que el presidente esté casado y que si no lo está, es preferible que no tenga nada. Y peor aún si no fuera heterosexual. Hay una cantidad de comentarios en redes sociales apuntando a que Gabriel podría ser gay y que yo soy contratada y, además, una mujer trans, poniéndole un carácter ofensivo. Pero más que tomármelo personal, me parece el reflejo de una sociedad muy conservadora, donde seguimos hablando mal de las familias que se escapan a la heteronorma clasificándolas de disfuncionales”.

En 2021 se registraron menos de 40 mil matrimonios, una de las cifras más bajas de los últimos tiempos. Los chilenos no se están casando ¿Crees que ustedes son una pareja representativa?

“No hay un camino correcto. Nosotros estamos transitando otra alternativa. Y Sí. Es momento de visibilizar los diferentes tipos de familia que siempre han existido y que no se han vivido abiertamente estando en el poder”.

¿Y qué pasa si durante estos años terminan Gabriel y tú?

“No he pensado en eso todavía (se ríe)”.

¿No te da susto como Irina, la pareja, que un desafío tan grande como llegar a La Moneda le pase la cuenta a la relación?

“La verdad es que no”.

Hace una semana María Soledad Font, tu suegra, dijo en una entrevista que tras asumir como presidente, Gabriel se casó con Chile y anuló su vida personal. ¿Dónde cabe Irina en ese relato? 

“En que ambos nos casamos con Chile (Hace una pausa) O no es un matrimonio como tal. Parte importante de nuestra relación es que tenemos una convicción que compartimos y a través de la cual nos conocimos. A ambos nos mueve transformar las condiciones de vida de la mayor cantidad de personas posibles”.

¿Estás en una relación poliamorosa con el Presidente  y Chile? 

“Sí. Estamos en una relación poliamorosa con Chile (bromea)”.