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Reportaje Cambio21: Niños y jóvenes detenidos luego de la crisis social de octubre de 2019: Historias de adolescentes presos en Chile 2020

Por Rebeca Araya Basualto
 
A 35 kilómetros de Santiago, Buin es una comunidad pequeña (96.614 habitantes según el censo 2017) pero en vertiginoso crecimiento, pues las inmobiliarias vieron en las tierras agrícolas que rodean la pequeña ciudad un magnífico potencial de expansión urbana, como demostró el caso Caval. Lentamente el pueblo se va convirtiendo en otra ciudad dormitorio, entre quienes buscan algo de la paz y seguridad provinciana para ver crecer a sus hijos lejos de los riesgos de la capital.
Sin embargo, el 4 de noviembre pasado se rompió la bucólica calma lugareña, cuando un grupo de estudiantes secundarios marcharon por las calles principales rumbo a la Municipalidad.
Queríamos –dice Sofía Arévalo (17)- apoyar el movimiento social que estalló en Santiago. Aquí también hay problemas y no podemos seguir al margen.
 
¿Qué problemas?
Por ejemplo yo veo a mi abuela, toda angustiada porque va a jubilar y no va a poder vivir con eso. Y sé que yo recibo una educación de mejor calidad que otros colegios. Eso no es justo. De hecho entrar a la Universidad significa que tienes que contraer el CAE y eso es una decisión que pesa sobre tu familia. No está bien vivir así.
Alumna del Colegio Privado San Fernando de Buin, Sofía vivió su último día de clases y egresó de 4° medio  el 30 de octubre de 2019. Su amigo Joaquín Cáceres (17), cursaba tercero medio en el Liceo Técnico Profesional. Se conocieron en las manifestaciones y cómo viven cerca, Joaquín la pasaba a dejar a su casa y seguía rumbo a la propia tras cada evento.
¿Por qué estabas en esa manifestación Joaquín? ¿Eres dirigente estudiantil? ¿Militas en algún partido político?
Actualmente no soy del Centro de Alumnos y no milito. Yo sentí que tengo que ser parte de lo que está pasando y que hay que hacer el aguante de lo que empezó el 18 de octubre.
 
¿Qué cosas por ejemplo?
La educación. La calidad de la educación pública es muy mala –y no lo digo por mi liceo, que es bueno- pero no puede ser que uno tenga una buena educación porque tuvo la suerte de caer en un liceo excepcional. Hay muchas comunas donde al final daría lo mismo ir o no a clases.
 
Líder intelectual
No fueron más de 50 o 60 escolares los que llegaron a la manifestación en la Municipalidad, situada frente a la plaza del pueblo. Presurosos los funcionarios cerraron las puertas mientras los estudiantes gritaban consignas. Un joven que lideraba la manifestación según registraron las cámaras municipales- incitó a arrastrar bolsas de basura ante la puerta de madera e incendiarlas. Antes o después de aquello, Joaquín arrojó una piedra y quebró un vidrio de la Municipalidad. Según el registro audiovisual, Sofía permaneció a un costado de la acción, observando. Cuando las bolsas de basura se prendieron y antes de que chamuscaran la puerta de madera, salió un funcionario molesto, con una manguera de jardín. Retó a los revoltosos y extinguió el fuego. Poco después, los manifestante se dispersaron y Joaquín y Sofía se reunieron para iniciar el trayecto a sus respectivas casas. Estaban ya a seis o siete cuadras  de la plaza  e iban comentando lo vivido, cuando de pronto un carabinero en moto se les cruzó sobre la vereda. Giraron y a sus espaldas había un vehículo de carabineros:
 
Nos pidieron mostrar las mochilas –dice Sofía- y nosotros las abrimos y se las pasamos.
Los rodeaban tres motos y dos patrullas y luego, según relatan testigos  al sitio Interferencia“(…) llegaron más policías, tres motos y una patrulla más y se pusieron alrededor de los niños. Recogieron sus cosas y se los llevaron detenidos en la parte de atrás de la camioneta. Los chicos siempre estuvieron de forma pacífica, aceptando las órdenes. Había mucha gente pero nadie preguntó nada".
La noche de un día agitado
María Elisa Tapia, contadora (47) y Magaly Cáceres (48), dueña de un puesto en la feria y artesana, se conocieron en la Comisaria. Esa noche del 4 de noviembre del 2019 no podían pensar que recorrerían juntas un largo camino, que incluye hacerse parte de la Organización de Familiares y Amigos de Presos Políticos (OFAPP) que nació a raíz del 18- O, aprender vertiginosamente un lenguaje legal que hoy manejan con fluidez y acompañarse en esta experiencia compartida por  su hija y  el sobrino de Magaly, Joaquín, del cual es tutora legal desde la infancia.
“Cuando nos llamaron y fuimos a la Comisaría –cuenta María Elisa- no imaginaba otra opción que volver con Sofía a la casa. Cuando me mostraron un video del disturbio, en el cual Sofía aparece a un costado del cuadro y observando cómo prenden las bolsas, pensé que con esa imagen el tema estaba resuelto. “Estuvo en la manifestación –pensé- y eso no es delito. Y no participó de la quema de las bolsas”. Entonces me dijeron que estaba acusada como autora intelectual del delito de incendio”.
 
Por su parte Magaly recuerda:
“La mayor aflicción de Joaquín era que Sofía estuviera presa. Para mí lo peor fue entender que pasarían la noche en la Comisaría. Con las pruebas a la vista yo, que soy antigua aquí en Buin, reconocí al cabecilla de la idea de quemar las bolsas y di el nombre. Pensé que con eso quedaría todo claro y al otro día, después de pasar por el tribunal, nos llevaríamos a los chiquillos a la casa.
 
Al día siguiente, durante el control de detención en el Juzgado de Garantía de San Bernardo, la Fiscalía imputó a ambos el delito de incendio con riesgo a la vida de las personas, se definieron 100 días de investigación, durante los cuales permanecerían en prisión preventiva en recintos del Sename. Ambos muchachos recuerdan que si el tratamiento de carabineros fue respetuoso y considerado, cuando pasaron a manos de gendarmería para su traslado  los respectivos centros de reclusión, las cosas cambiaron drásticamente.
 
 Consultamos al abogado Jaime Esponda, quien se desempeñó entre 1984 y 1989 en la Vicaría de la Solidaridad como Jefe del Área de Análisis y Jefe de Coordinación Nacional de esta institución,  actualmente se dedica a la actividad académica y es un reconocido especialista en derechos humanos. Nuestra pregunta: ¿Es usual asignar períodos tan largos de prisión preventiva a menores de edad con intachable conducta anterior mientras se investigan las imputaciones de la Fiscalía?
El verdadero tema de la prisión preventiva –señala- no es el plazo, sino si se cumplen las condiciones exigidas por la Constitución, en su Artículo 19, que señala: "Que la detención o prisión preventiva sea considerada por el juez como necesaria para las investigaciones o para la seguridad del ofendido o de la sociedad". Esto es lo que hay que analizar. Si la prisión no es necesaria, tenemos una situación violatoria de derechos humanos.   El Código Procesal Penal, en su artículo 139, establece que la prisión preventiva procederá solo cuando todas las demás medidas cautelares personales fueren estimadas por el juez como insuficientes para asegurar las finalidades del procedimiento, la seguridad del ofendido o de la sociedad". Estoy convencido de que, en las circunstancias actuales, ello no ocurre con la mayoría de los jóvenes detenidos.
 
Ochenta y nueve días
A los 89 días de internación provisoria, Joaquín y Sofía obtuvieron libertad vigilada en sus hogares, mientras avanza la investigación.
Para Sofía no hubo fiesta de graduación, dio la PSU en el Centro de Internación Provisoria (CIP) Santiago del Sename y hoy estudia trabajo social en la Universidad Andrés Bello. Sobre su experiencia en el Sename dice:
Estuve en un lugar limpio, con buen trato sobre todo del personal a cargo de quienes estábamos presas. Y conocí personas de mi edad o menores que han vivido experiencias que nunca imaginé.
 
¿Por qué razón estaban presas tus compañeras?
Prostitución, robo con intimidación, homicidio, robo con violencia. Tenían entre 15 y 17 años. Me trataron bien, con respeto…al inicio no entendían por qué yo estaba presa. Algunas decían: “Ah!, esta es de las que andan destruyendo el país”, pero les expliqué que era necesario que cambiara esta sociedad y que si nadie hace nada, nada cambia.
 
¿Qué aprendiste de vivir con ellas?
¡Tantas cosas!, pero sobre todo que cuando dicen: “Ah! los delincuentes hay que puro encerrarlos y castigarlos” la gente no piensa que cuando naces, creces, vives en un mundo donde siempre hay peleas, donde la muerte no es novedad, donde te falta todo…castigar mas no es posible.
La abuela de Joaquín conoció a los 88 años por primera vez la cárcel, para visitar a su nieto en el CIP.
El lloró y nos pidió perdón –cuenta su tía Magaly- y yo no sabía si tenía más pena o más rabia de verlo ahí. Conozco al Alcalde desde chicos, lo llamé y  le dije que mirara el video que estaban usando para acusarlo y detuvieran al cabecilla, que está muy claro en las imágenes, así como que Joaquín no prendió fuego a las bolsas. Mi amigo no hizo nada.
En las mesas de navidad de la casa de María Elisa y Magaly hubo dos puestos vacíos el año pasado. ¿Cuántos puestos seguirán vacíos en las fiestas del 2020?