Oh I'm just counting

Ver Video: Cómo fue el último día de la orangutana Sandra en el zoólogico de Buenos Aires, Argentina

Se acabó la espera para la orangutana de 33 años que desde hace un cuarto de siglo vive en plena ciudad de Buenos Aires. En su recinto de dos áreas espera el momento de entrar a la caja transportadora que la subirá a un avión con destino a Dallas para llegar, finalmente, al santuario Center of Great Apes, en Florida (EEUU).

Desde 2015, cuando la Justicia la declaró “persona no humana”, “sujeto de derechos” y “ser sintiente”, se espera por su traslado que se realizará en etapas: tras 10 horas de vuelo llegará al aeropuerto de Dallas, allí irá por tierra al lugar donde estará en cuarentena y finalmente será trasladada a su destino final para vivir con otros de su especie, según informó personal del Ecoparque porteño.

Su salida es significativa. Sandra movilizó a la sociedad y generó los primeros pedidos para que el zoológico de la ciudad cerrara. Los reclamos de vecinos y proteccionistas derivaron en el anuncio oficial de reconversión paulatina en Ecoparque y la promesas de los traslados progresivos de sus habitantes, sobre todo los más grandes. Algunos ya fueron realizados.

Los años de cautiverio acostumbraron a la orangutana a estar delante de las personas, Sandra se baja de una de las hamacas que hay en su recinto, camina, hace pis, se detiene, mira de frente y vuelve a caminar. Decide salir, levanta una rama con hojas y se sienta a la luz del sol para comerla. 

“Hay gente que pregunta si le lavamos el pelo”, bromea Guillermo Wiemeyer, gerente de Bienestar Animal del Ecoparque porteño, y avisa que “¡ya está lista para partir! ¡Está tranquila y comió bien!".

Conmocionado, asume, por el último día de Sandra en el Ecoparque, Wiemeyer cuenta que “desde hace meses se la preparó para este día”.
Consultado sobre los pormenores del traslado que se inició este jueves, el veterinario dijo que “Sandra debe cumplir con una cuarentena, que puede durar entre 40 y 50 días, en el zoológico Sedgwick County de Dallas”.

“El ingreso de grandes simios a los Estados Unidos es muy estricto —continuó Weimeyer—, por eso se la lleva allí primero. En Dallas se realizará la certificación correspondiente y luego seguirá su camino por tierra hasta el zoológico de Sedgwick donde realizará la cuarentena. Será en ese lugar porque así lo indica la normativa como uno de los lugares acordes para poder realizar los controles que pide la autoridad de salud local. La última instancia es la llegada al santuario de Florida”.


Respecto a los controles durante la cuarentena, el médico dijo que “son muy protocolizados y el acceso a ella estará reglado de acuerdo a los roles que determine la institución”.

Consultado sobre la elección del lugar de destino para Sandra, Wiemeyer dijo: “Lo determinó la Justicia, personalmente estoy conforme porque el lugar está muy preparado. Creemos que se acomodarán a ella y sus necesidades. Es ahí donde entra la tarea de entender por qué un individuo es distinto a otro en sus gustos y por qué se permite hacer distintas cosas".


Según el experto, será Sandra quien decida si socializa o no con otros de su especie. “Estará en ella aceptar o no relacionarse con otros. Darle la posibilidad de elegir es lo más importante que creemos se hará allí. El proceso es gradual y verán cómo responde, pero a medida que se vea cómo se adapta a su nuevo hábitat se evaluará si está lista para relacionarse con otros y en qué etapa", amplió.