Por Francisco Castillo
El hombre del siglo XX para la revista Time, Albert Einstein, cuando era un desconocido, publicó en 1905 su teoría de la relatividad especial y dedujo su famosa ecuación de la equivalencia masa-energía, E=mc². Diez años después presentó la teoría de la relatividad general, reformulando el concepto newtoniano de la gravedad.
En 1919, tras observaciones británicas de un eclipse solar, se confirmaron sus predicciones acerca de la curvatura de la luz. Fue idolatrado por la prensa, se convirtió en un ícono popular de la ciencia.
Por sus explicaciones sobre el efecto fotoeléctrico y sus numerosas contribuciones a la física teórica, obtuvo en 1921 el Premio Nobel de Física y no, como debió haber sido, por la Teoría de la Relatividad. Ocurrió que el científico a quien se encomendó la tarea de evaluarla, no la entendió.
Un libro contundente
96 años después, dos físicos sudamericanos, uno chileno, el otro argentino, entregan una completa obra que pudo servirle al despistado hombre de la academia sueca a comprender al científico. El libro se titula “Einstein para perplejos”. Sus autores: José Edelstein (bonaerense, 49) y Andrés Gomberoff (santiaguino, 48).
Durante casi dos años, los autores leyeron cartas, papers, artículos científicos y juntaron el material que llena las 280 páginas de esta obra. Aclaran que este es un libro en el que de alguna manera, “sin tener la necesidad de estudiar física teórica, los lectores pueden disfrutar de nuestra actividad”.
Sus autores: Andrés Gomberoff (santiaguino, 48) y José Edelstein (bonaerense, 49)
Se trata de una recopilación de hechos protagonizados por Einstein, en los que echando a volar su prodigiosa imaginación e inteligencia, reformuló lo antes conocido y dejó un legado imborrable en la historia universal. Sin embargo, su obra ha permanecido distante para el público general. Es por ello que los autores buscaron revertir este fenómeno.
Para ello, abordaron el contexto histórico e intelectual en el que se originaron las ideas de Einstein y también el legado que dejó tras su muerte. No sólo las teorías mencionadas, también sus predicciones como la que hizo hace cien años: la existencia de ondas gravitacionales, que recientemente se han comprobado, revolucionando a la astronomía.
La bomba atómica
Ciertamente, la parte medular del libro se refiere al inconmensurable aporte científico de Einstein, pero también hace da cuenta de un hecho controversial: al científico se le reprocha haber firmado una carta en 1939 dirigida al presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, en la que promovió el proyecto de construcción de la bomba atómica. El científico, en una explicación posterior, reconoció como “el peor error de su vida” haberla escrito.
Edelstein y Gomberoff explican a Cambio21: “Einstein escribió a Roosevelt cuando tuvo pruebas de que Hitler estaba intentando construir la bomba. Alemania había invadido buena parte de Europa y del norte de África. Sus intenciones bélicas estaban fuera de discusión”.
-Después de tantos años, la amenaza nuclear continúa, ahí están las pruebas de Corea del Norte. Como físicos, ¿qué nos pueden comentar?
“Las amenazas de Kim Jong-un, de momento, sólo están en la imaginación de algunos líderes mundiales. No es bueno que Corea del Norte tenga armamento atómico, eso está claro. Pero tampoco lo es que lo tengan otros países. La única solución sensata a este problema es la que Einstein habría propuesto: un foro internacional en el que se promueva la cooperación internacional y la resolución de conflictos. Por eso fundó, junto a Bertrand Russell, el movimiento Pugwash, que persiste hasta nuestros días. La ciencia suele decantarse por el diálogo y la razón”.
“Einstein es el ideal”
-Ustedes nacieron entre 13 y 14 años después de la muerte de Einstein. ¿Cuándo supieron de su existencia? ¿Cuándo partió el genuino interés por él?
“Como personaje icónico conocido por todos, seguramente supimos de él en nuestra infancia. El interés específico nació cuando empezó a ser claro que queríamos ser físicos”.
-Siendo Einstein modelo universal de la inteligencia, la humanidad y la imaginación, ¿qué tal ha sido para ustedes la experiencia de “convivir” con él en todos estos años de vuestra formación académica y posterior ejercicio profesional?
“Para un físico teórico Einstein es el ideal, aquello a lo que uno aspira. Alguien que fue capaz de construir su laboratorio en el interior de su cabeza, donde no hay límites presupuestarios más allá de los de la propia capacidad. Su aproximación a la ciencia fue impulsada por una honesta búsqueda de la verdad, aun cuando ésta pudiera ser un horizonte imaginario cuya función fuera sólo la de marcar el rumbo”.
-¿Cómo creen que el ciudadano común y corriente considera a Einstein?
“Como un ícono. Como a Mozart en la música, Picasso en la pintura o Cervantes en la literatura: todos saben quiénes son pero no tantos conocen su obra, la razón última por la que deberían serles familiares. Todos aceptan la importancia de Cervantes pero menos son los dispuesto a leer el Quijote”.
-En “Einstein para perplejos” ustedes señalan que el saber vive en la cima de una montaña escarpada. Alcanzarla requiere tiempo y perseverancia. ¿No temen espantar a los estudiantes poco motivados?
-¡Jamás! La única forma de combatir la poca motivación de una persona es mostrarle honestamente la pasión que en nosotros despierta aquello de lo que hablamos. El entusiasmo suele ser contagioso.
Los migrantes la llevan
-Un estudio de Clapes UC reveló hace poco que los jóvenes migrantes superan a sus competidores chilenos en la PSU en Ciencias y sobre todo en Matemáticas (años 2006 y 2012, alumnos del mismo colegio). ¿A qué se debería esto?
“Probablemente los hijos de la emigración tienen más presente la necesidad de salir adelante en un contexto en el que no cuentan con las garantías que sí tienen quienes ya están asentados en un lugar. Casi todos los premios Nobel estadounidenses son hijos de inmigrantes”.
-Profesor Edelstein: ¿ocurre lo mismo en Argentina?
“No tengo datos como para poder responder a esta pregunta, pero no me sorprendería que fuera así”.
-Hoy en nuestro país es tema de debate la extensión de la gratuidad en los estudios superiores. ¿Incide este factor en la captación de nuevos talentos científicos?
“Está claro que cualquier sistema en el que una persona con talento pueda quedar fuera de juego por razones económicas es malo”.