Por Mario López M.
Inminente o no la decisión del juez instructor, el general del “nunca más” se encuentra procesado, en libertad bajo fianza y acusado fiscalmente como cómplice de quince alevosos crímenes en La Serena. La parte querellante pide cadena perpetua y la defensa alega inocencia de los delitos de homicidio calificado que se le imputan.
Juan Emilio Cheyre encarnó el rostro de un Ejército que pidió perdón por sus acciones en dictadura. Incluso, designado por el expresidente Sebastián Piñera, escaló a lo más alto de la civilidad democrática, el Servicio Electoral, donde llegó a ser Presidente del Consejo Directivo del Servel.
El rostro del “nunca más” terminó salpicado por los mismos hechos que había intentado hacer olvidar a los chilenos. Sostiene que en aquella época era un joven teniente, el segundo a cargo del regimiento Arica de La Serena y que no tenía mando de tropas. Afirma que está siendo acusado “por hechos que nunca cometí”.
“No se trata de un niño como han pretendido hacernos creer, incluso le han rebajado la edad, pero tenía 26 años, era mayor que varias de las víctimas, era teniente, ayudante del comandante del regimiento, tenía un cargo como teniente, era el ‘comandante de la Comisión de la Plana Mayor y Servicio’, en otras palabras inteligencia y bajo su mando debe haber tenido al menos 90 efectivos entre conscriptos y suboficiales”, asegura a Cambio21 la abogada y diputada, Carmen Hertz.
Del nunca más… a acusado
Como comandante en jefe, efectuó una declaración que remecería al pinochetismo y también al país, buscando desligar a su institución castrense del pasado represor: “El Ejército de Chile tomó la dura, pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le cabe en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado. Además, ha reconocido en reiteradas oportunidades las faltas y delitos cometidos por personal de su directa dependencia; las ha censurado, criticado públicamente y ha cooperado permanentemente con los tribunales de justicia para, en la medida de lo posible, contribuir a la verdad y a la reconciliación”, dijo Cheyre, en 2004.
Sin embargo una serie de hechos fueron opacando la imagen del militar que nada había tenido que ver con la dictadura. Una querella criminal en contra de Pinochet en los 2000, dejó al descubierto la cuestionada participación del propio Cheyre en la entrega de un menor, hijo de dos ejecutados políticos, en un convento de religiosas. Debió dejar la presidencia del Servel, aunque continuó de consejero. Sin embargo más tarde, en 2016, una nueva querella criminal lo involucraría en el caso Caravana de la Muerte y en calidad de cómplice de quince asesinatos. Otra querella más, por torturas, se ventila en tribunales.
Hoy, la que está más pronta a concluir, es la querella que lo involucra como cómplice de quince asesinatos alevosos en el marco de la Caravana de la Muerte, según la acusación fiscal. “Es autor” señalan los querellantes, quienes demandan se le condene a presidio perpetuo simple por los crímenes calificados. Cinco años y un día sería el piso que arriesga el otrora excomandante en jefe del Ejército y presidente del Servel. La defensa alega inocencia “nunca supo”, aseguran. Testigos, documentos y otras probanzas han llevado al tribunal a procesarlo primero, encarcelarlo luego y acusarlo más tarde. Ahora está a punto de ser sentenciado.
Alevosos crímenes
Si bien desde antes de su procesamiento existen múltiples antecedentes en el curso de los años que acreditaban la participación de Juan Emilio Cheyre en hechos que pudieran derivar en responsabilidad penal en su contra, recién en 2016 se le relacionó procesalmente con la los hechos acontecidos en el Regimiento de Artillería N°2 Arica el 16 de octubre de 1973, luego del arribó de Sergio Arellano Stark, líder de la Caravana de la Muerte. Entonces Cheyre era el ayudante del Comandante Ariosto Lapostol.
La comitiva de Arellano -por órdenes de Augusto Pinochet-, asesinó vilmente a 97 prisioneros en 16 ciudades. La acusación de Carroza asegura que 15 fueron fusilados sin juicio previo en La Serena y que en ese caso la responsabilidad de Cheyre y otros justificó procesarlo y acusarlo. Lapostol está acusado como autor de los crímenes y Cheyre como cómplice. “En horas de la mañana del 16 de octubre de 1973, arriba a La Serena un helicóptero ‘Puma’ del Ejército de Chile con un grupo de militares (los que identifica la acusación fiscal) comandados por el delegado General de Brigada del Ejército Sergio Arellano Stark, quien tras sostener una primera reunión con el primer Comandante Arios Lapostol (…) para informarle del objetivo de la misión”, requiere del fiscal la lista de los procesos donde constaban prisioneros políticos.
“Luego de seleccionar a los que sería ajusticiados, un contingente del Ejército concurre hasta la Cárcel Pública de La Serena a retirar y trasladar, sin derecho ni decreto alguno a las víctimas”, señala la acusación del juez Mario Carroza. Los llevaron al Regimiento de Artillería N°2 Arica, de La Serena. Allí fueron conducidos hasta el polígono de tiro de la unidad donde “fueron ajusticiados sin juicio previo alguno, mediante disparos efectuados por personal del Ejército”, señala la acusación fiscal.
Luego de los homicidios, inscribieron las muertes como producto de haberse cumplido condenas dictadas por tribunales, lo que era falso, incluso, con la firma de Lapostol se publicó en un periódico de la ciudad un comunicado dando cuenta de los hechos, que eran falsos, comunicado que llevó personalmente y por mano el general (r) Juan Emilio Cheyre y que aduce fue en “sobre cerrado”.
Los cuerpos fueron tirados a una fosa común, de manera oculta. Las familias demoraron casi treinta años en encontrarlos en 1998. La acusación asegura que Lapostol y Cheyre sí sabían de los ilícitos: “El comandante del regimiento como su ayudante y los oficiales de dicha unidad militar, sabían” lo que allí había acontecido, que se les ajustició sin juicio previo y solo por sus ideologías, señala el juez. Respecto al actuar de Cheyre, la acusación señala que “existen presunciones fundadas para responsabilizarlo en calidad de cómplice”, agregando los hechos que acreditan su participación criminal, entre ellos careos, entrevista policial y una serie de documentos.
“Será condenado”
Así lo asegura el abogado querellante Cristián Cruz a Cambio21: “Por lo pronto ya se ha cerrado lo que se denomina el plenario o la etapa de prueba y por lo tanto lo único que queda y no habiendo medidas para mejor resolver o diligencias pendientes, se entra a la etapa previa ya a la sentencia. En materia de plazos, está todo dentro de los cauces que corresponde”. Si bien no se puede augurar una “inminencia” de la sentencia, a ambas parte les conviene que ella se dicte pronto, a los querellantes para hacer justicia y establecer la verdad de los hechos con la condena de Cheyre y de los demás implicados en los alevosos crímenes, y para la defensa, sea porque alega ser inocente o porque pueda resultar dictada alguna otra condena que afecte a Cheyre y que quede a firme antes y con ello pierda la presunción de irreprochable conducta anterior.
Respecto a cuál podría ser la sentencia que los querellantes dan por descontado dadas las pruebas y evidencias que constan del proceso y que el juez consideró en la acusación, el abogado Cruz relata que los familiares de las víctimas en su acción particular solicitaron “presidio perpetuo simple solicitado contra Cheyre, considerando los delitos, homicidios calificados, el número de ellos y la forma y circunstancias de los mismos, el resto se tiene que pronunciar el tribunal, el que formuló una acusación final del señor Cheyre en calidad de cómplice y nosotros formulamos una acusación particular como autor de los homicidios calificados”, dijo a nuestro medio.
Determinar qué pena se aplicará a Cheyre, de resultar culpable, está por verse, ciertamente. “De hecho las penas en lo referente a Cheyre, desde la perspectiva del tribunal, parte en 5 años y 1 día que es la pena base para este delito. Presidio mayor parte en los 5 años y un día, presidio mayor en su grado medio parte de los 10 años y un día y presidio mayor en su grado máximo parte de los 15 años y un día”, señala Cruz. “Lo que nosotros solicitamos es presidio perpetuo, pero el tribunal es el que tiene que decidir conforme al mérito del proceso, la multiplicidad de probanzas y otros antecedentes”.
De resultar condenado: A Punta Peuco o Colina I
Cheyre enfrenta a lo menos una causa más, por torturas, aparte de la de la Caravana de la Muerte. Pero en ella no está condenado a firme, por lo que no opera como antecedente previo, luego la “irreprochable conducta anterior”, operaría en caso de condena, como un atenuante. Pero igualmente en este caso operarían los denominados agravantes, que para Cruz, son múltiples y graves: “Pero tal como deben considerarse atenuantes, obviamente respecto de él hay no pocas agravantes, como la pluralidad de malhechores, el generar mayores daños que los propios y naturales de un delito que se sanciona, el abuso de fuerza, etcétera. No son pocas las agravantes que hemos hecho valer y que deberán ser consideradas en su oportunidad”, señala a Cambio21.
De condenarse a Cheyre, lo que para los querellantes es “sin lugar a dudas, pues se trata de quince homicidios calificados. El homicidio calificado parte de una pena de 10 años y un día, ese es el piso. Aquí hay una pluralidad, por lo tanto eso va subiendo, hay agravantes y obviamente una atenuante que se compensa, por eso cada uno saca sus propias conclusiones, pero la nuestra es que si al señor Cheyre le dan 10 años de presidio, no le están dando ni un año por cada una de las víctimas”.
Claramente de resultar condenado, sea por la condición de cómplice o autor, las posibilidades de ir a parar a la cárcel no son pocas para Cheyre. Para Cruz debiera ir a parar a Colina I o a Punta Peuco, pero queda tiempo todavía y habrá que determinar las políticas penitenciarias que las autoridades de gobierno determinen, no hay cómo saberlo, pero a priori podríamos indicar que naturalmente le corresponde Punta Peuco o Colina I”, señala el profesional.
La defensa de Cheyre
El abogado Jorge Bofill hizo llegar a Cambio21 y otros medios una nota en la que manifiesta su “sorpresa y molestia” por haberse publicado en la prensa que la sentencia de Cheyre era inminente. El abogado alega que lo informado por un medio que no es Cambio21 “contiene elementos que son erróneos, falsos y que me veo en la obligación de aclarar ante la opinión pública”.
Según Bofill “Don Juan Emilio Cheyre está siendo investigado desde hace veinte años por su presencia en La Serena en 1973. Estas indagatorias han tenido cuatro ministros instructores -incluyendo a don Juan Guzmán- e, incluso, en el año 2013 la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones rechazó, por unanimidad de sus miembros, la solicitud para su procesamiento y su eventual responsabilidad en el capítulo La Serena de la Caravana de la Muerte. Por lo tanto, no es correcto señalar que el general (r) del 'Nunca Más' está siendo investigado desde el 2016”, escribió el abogado. Actualmente Cheyre está procesado, en libertad condicional y acusado de quince asesinatos calificados en calidad de cómplice.
Bofill indicó que “respecto del caso Caravana de la Muerte, se le acusa de cómplice. Sin embargo, como ha quedado demostrado (NDR: no es lo que dice la acusación), él no solo no cooperó en la ejecución de los homicidios, sino que tampoco conoció el objetivo delictivo de sus autores. Un ‘cómplice’ es quien coopera dolosamente, de forma efectiva y real, a la ejecución del delito. Dicha contribución al delito debe ser anterior o simultánea al hecho delictivo, lo que evidentemente no ocurrió en este caso. Don Juan Emilio Cheyre no participó ni como autor, ni como cómplice, ni como encubridor”, alega contradiciendo a las familias de las víctimas, los querellantes y al propio juez.
Al respecto de la nota de prensa de la defensa de Cheyre, donde desmiente los hechos que se le imputan, el abogado querellante Cristián Cruz aclara: “Lo que un colega pueda o no escriturar en una carta a la prensa es para mí absolutamente irrelevante. El señor Cheyre al igual que los demás imputados fue procesado, ha sido acusado y las defensas no solicitaron ni la revocatoria de los procesamientos y afortunadamente son los tribunales de justicia y no personas individuales las llamadas a determinar las responsabilidades. Me da lo mismo que un expresidente de la República o que otras autoridades presionen en favor del señor Cheyre u otros, esos tiempos afortunadamente se agotaron. Y cuando un imputado o delincuente niega la responsabilidad, es lógico que su abogado haga lo mismo”, concluye.
Entre quienes le defendieron, en los últimos días aparecieron las declaraciones de un militar que junto a Cheyre se encontraba en el Regimiento Arica de La Serena al momento de la masacre. El ex teniente coronel Jaime Ojeda Torrent, llegó incluso a señalar que "merecían la muerte" y se negó, "por respeto a los familiares" a decir cómo fueron masacrados, aunque reconoció que se les dio muerte "uno a uno".