Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Otra vez el fracaso del triunfalismo sanitario

Estamos en la hora más oscura en la lucha contra el covid19 con 8.112 y 8.028 casos en estos últimos 2 días.
 
Son cifras records –superiores a las que tuvimos en el peak de junio 2020- y revela que estamos muy lejos de “la última milla” como nos anunciaba la subsecretaria Martorell en la vocería gubernamental.
 
Fue ese exitismo triunfalista del gobierno –provocado por el exitoso proceso de vacunación- que generó esa sensación de falsa seguridad ciudadana que significó miles de familias pidiendo permisos de vacaciones y ahora en semana santa con miles de ellas saliendo de la metrópolis después del anuncio gubernamental que restringía la movilidad. 
 
Ese triunfalismo de las autoridades ha generado esta montaña rusa de decisiones y emociones. Los ministros Figueroa y Palacios a inicios de marzo promovían clases presenciales y celebraban la apertura de gimnasios y 4 semanas después está más del 80% de la población en confinamiento estricto, pero con una ciudadanía que no confía en sus autoridades y la movilidad no desciende -ya que en la Región Metropolitana solo cayó 22%-.
 
Estamos en un colapso sanitario –como lo describe personal de salud- con enfermos covid19 mayoritariamente entre 30 a 50 años, con mayor tasa de letalidad, con sistemas de salud estresados; revelador de que la autoridad sanitaria del MINSAL no ha realizado una buena comunicación de riesgo. Es urgente limitar la movilidad siendo más estricto con los permisos donde muchas empresas “no esenciales” siguen funcionando y obligan a sus trabajadores a desplazarse desde distantes comunas producto de nuestra segregación urbana.
 
La ciudadanía puede volver a confiar en sus autoridades si ve coherencia en sus decisiones, si ve empatía y si ve capacidad de diálogo, cuestiones que este gobierno carece.
Si son urgente las restricciones sanitarias como cerrar aeropuertos, evitar desplazamientos entre regiones, con los cordones sanitarios debe implementarlas y no levantarlas como ocurrió el jueves pasado.
 
También debe actuar con velocidad para dar ayudas sociales a las familias más afectadas por las cuarentenas como son los trabajadores informales o por cuenta propia, rediseñar sus fracasados instrumentos de apoyo social y tener una política fiscal más expansivas.
 
Esta semana después de una larga y compleja negociación con Presidenta del Senado Yasna Provoste y la Comisión de Hacienda, el Gobierno se allanó a incrementar el IFE abril, eliminando las restricciones presupuestarias y administrativas, que permitirán pasar de una cobertura de 2,5 millones de hogares que recibieron un debilitado IFE en marzo a una cobertura de 4,6 millones de hogares para abril con un costo fiscal de US$ 1.400 millones –que casi triplica gasto de marzo-.  Pero no se allanó a la propuesta opositora de dar similar IFE desde ya para los meses de mayo y junio para proteger a esas familias que tienen menos ingresos producto de las cuarentenas.
 
O sea, gobierno de Piñera sigue en el cuenta gotas, de ver mes a mes, como da ayudas sociales, sigue pensando en las restricciones de la caja fiscal y que venga esa recuperación económica que el Banco Central anticipa para el segundo semestre del año.
 
Claramente este gobierno no asume una política de protección social ante el colapso sanitario –como lo hacen Biden en EEUU y Johnson en Reino Unido- de dar subsidios directos a las personas y pequeñas empresas para sobrevivir ante esta nueva ola de contagios y parece que sigue refugiado en el optimismo que le dio Mario Marcel.
 
No hay empatía ante las familias que quedan sin ingresos, ante las pequeñas empresas que se quedan sin ventas y al borde de la quiebra, lo que genera fuerte malestar ciudadano y que crezca el apoyo al Tercer Retiro del 10% que para muchas/os queda como la única solución para tener recursos para zafar ante la crisis.
 
Como la situación sanitaria tenderá a agravarse, lo más probable es que el Tercer Retiro del 10% se convierta en esas batallas políticas que capturan la atención nacional con un Gobierno que va al TC y una mayoría ciudadana que respalda este último recurso ante la lentitud de reacción de un Gobierno que habla de protección social pero que no entiende que ella debe darla el Estado y gastarse más recursos –de modo transitorio- para que las restricciones a la movilidad funcionen y así disminuir las curvas al alza de los contagios.