Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: La importancia del 25 de octubre


El próximo plebiscito constitucional del 25 de octubre se está tomando la agenda pública, en especial porque se empieza a expresar una inédita mayoría transversal por el Apruebo una nueva Constitución revelando que hay una mayoría que entiende que deben haber nuevas reglas institucionales sobre la distribución del poder, los derechos sociales básicos, el régimen político, los mecanismos de participación ciudadana, las bases de un nuevo modelo de desarrollo que permita más equidad y las esferas de libertades individuales que nos permitan vivir en un país más respetuoso de las dignidades de todas las personas.

En las últimas décadas una derecha dura se ha opuesto a todo tipo de transformación o reforma que apuntará a disminuir desigualdades, a generar más derechos ciudadanos y todo terminaba bloqueándose, primero con “los senadores designados” y después en el Tribunal Constitucional. Se negó -con una ceguera impresionante- toda posibilidad de cambios que fueran moviendo el modelo de desarrollo hacia una democracia que armonizaba los derechos sociales con el crecimiento y las libertades individuales.

Ahora esa derecha dura se refugió en el Rechazo, en campañas del terror sobre el Apruebo: “que se instalaría un clima de violencia, que llegaban grupos con lógicas dictatoriales, que se destruirían los avance”; sin embargo, la sociedad sigue creyendo que la Nueva Constitución trae esperanzas de cambios favorables a las mayorías, que se vivirá en un Chile más respetuoso de todas y todos.

Incluso el Gobierno hizo un cambio de gabinete para poner a ministros partidarios del rechazo buscando darle un rol protagónico en reagrupar a sus diezmadas fuerzas ciudadanas. El gabinete del Rechazo no movió la aguja política, al contrario, ha mostrado sólo incapacidad para detener los chantajes de un grupo de dueños de camiones que se han tomado las carreteras y están violentando la libertad de movilización de miles de ciudadanos y no hace nada, al contrario, actúa dócilmente.

Pero la realidad se impone y hoy asistimos como la derecha se divide entre los partidarios del Rechazo, pero también emerge un grupo de actores que se suman al Apruebo buscando ganar un espacio político para el futuro. Estos últimos entienden que el nuevo ciclo político estará marcado por la opción de haber aprobado la construcción de reglas más modernas de una real convivencia democrática.

La incógnita que se instala de cara al 25 de octubre es si la gente optará por una Convención Constituyente paritaria, con escaños reservados y con representantes elegidos 100% por la ciudadanía o una Convención Mixta donde 50% son electos por la gente y otro 50% son miembros del Congreso, ya que la ventaja de la Convención Constituyente aún es estrecha.

Probablemente este nuevo escenario generara un debate público donde habrá más visibilidad sobre los contenidos de la nueva Constitución, incluso algunos ya hablan de la importancia de generar un programa de contenidos centrales de la nueva Constitución como también del mecanismo de elección de los convencionales.

Parece claro que la derecha es la que votará apruebo t se la jugará por el Rechazo se unirá en una sólo lista de participantes de la convención el 11 de abril próximo, ira a jugarse por tener una mayoría decisiva para el proceso constituyente.

Lo lamentable es que en la centroizquierda no hay coordinación, ni acción unitaria para ganar en octubre.

Se observa una preocupante dinámica política –similar al 2017- de fragmentación, de acentuación de identidades partidarias y de bloques políticos, de “presidencializar” anticipadamente la movilización electoral de octubre y abril 2021, lo que puede significar que la centroizquierda termine dividiéndose en múltiples listas que sumadas serán mayoría, pero tendrán menor representación por la lógica imperante del sistema electoral que premia las listas unitarias o la menor fragmentación.

Ya en las elecciones de diputados de noviembre del 2017 la centro izquierda fragmentada en diversas listas tuvo el 60% de los votos, pero sólo logró el 54% de los escaños, esto puede volver a ocurrir en abril 2021 cuando la ciudadanía elija a sus representantes.

Es urgente que en la centroizquierda surjan liderazgos que potencien la unidad en la diversidad que permitan ganar las elecciones municipales, regionales y constituyentes de abril 2021 y esa voluntad unitaria aún no se logra.