Se van a cumplir seis meses de gobierno y la última semana reveló un cúmulo de errores políticas, mala gestión económica que terminaron teniendo efecto negativo en las encuestas para el Presidente Piñera.
Inexplicablemente los ministros Larraín, Monckeberg y Blumel mostraron falta de pericia y rigidez en el Congreso en el tema de fijación del ingreso mínimo –que afecta a 800.000 trabajadoras/es- desechando la posibilidad de un acuerdo a 18 meses con la oposición e insistieron en ampliar la plurianualidad a 30 meses –cuestión que fue rechazada en el Senado por la oposición- mediante el autoritario mecanismo del veto Presidencial con una oferta incrementada en $ 1.000 que sólo logró irritar a la mayoría opositora en ambas Cámaras.
Junto al veto presidencial lanzaron una inédita campaña en redes sociales en regiones culpando a la oposición de no tener salario mínimo cuando en realidad la tozudez y la intransigencia estuvo de parte del gobierno. Si el Presidente Piñera hubiera promulgado lo votado por ambas Cámaras el lunes 27 y no hubiera insistido vía veto presidencial ya los 800.000 trabajadores tendrían un nuevo salario mínimo que se incrementaba en marzo del 2019 y en el año 2020 el Gobierno debía negociar un nuevo monto con la CUT –cuestión que quiere evitar a toda costa dando una señal anti sindical, difícil de aceptar para los actores de la centroizquierda-.
Estos errores políticos torpes y marcados por un autoritarismo impropio de un gobierno que es minoría en el Parlamento, los realiza el mismo día en que imprudentemente ocurre la bochornosa visita del jefe del gobierno a Quintero-Puchuncaví, donde no consideró el dolor y frustración de miles de familias que deben vivir en una zona rodeada de empresas que contaminan y que ha sido denominada “zona de sacrificio ambiental”.
A estos errores políticos se les suma el deplorable desempeño económico. El desempleo sube a 7,4% (0,4% más que en mismo trimestre 2017), en el caso de las mujeres, el desempleo llega a 8,1% y con regiones como Atacama donde desempleo llega al 8,8%. En materia de producción industrial al mes de julio según INE está ha caído en 12 meses en -1,6% y en el caso de la minería la caída de producción en 12 meses llega a -2,5%; records muy distantes del crecimiento del 5,2% del segundo trimestre que se vanaglorió el presidente Piñera en diversas cadenas nacionales de los últimos 15 días. Lo que anticipa una caída del Imacec para el mes de julio y un 2º semestre de menor actividad producto del escenario externo.
Está claro que no hay buenos números de la perfomance económica de Piñera: alto desempleo, caída de la producción industrial, congelamiento de remuneraciones o sea no hay boom económico, no hay más empleos ni mejores remuneraciones como se prometió durante la campaña presidencial del 2013. Incluso la clase media está pagando un precio record de la bencina –que no se veía en años- de precios superiores a $ 800 por el litro.
Todo este complejo panorama explica la alta desaprobación a Piñera que mostró la última encuesta Adimark de agosto. Claramente la encuesta revela que “la luna de miel” para el Gobierno se acabó –la desaprobación creció del 31% de abril a 47% en agosto-; esa desaprobación llega a 54% en los grupos sociales medios/bajos y a 48% en las mujeres.
Esa mala evaluación es un mix de promesas incumplidas en el ámbito económico, torpezas en la gestión política y la falta de humildad del Presidente de la República -como insiste un analista político dominical-; por tanto, la derecha debe asumir la nueva realidad política de que está ante una opinión pública que se activó ante los errores políticos y económicos de un gobierno que ha prometido mucho –y reitera esas promesas con un fuerte show comunicacional- pero que concreta muy poco.
Esta ciudadanía veleidosa está atenta a la actuación del Gobierno y la oposición y ambos actores tienen enormes desafíos, pero deben asumir la volatilidad de una opinión pública que quiere menos cotillón y mejor calidad de vida cotidiana en sus barrios y en sus comunas y eso aún no ha llegado a pesar del despliegue comunicacional de Piñera en las redes sociales y en los medios de comunicación.
No aprobaron a agosto.