Por Mario López M.
La promesa de más y mejores empleos se contrapone con las frías cifras. Ha aumentado la desocupación y los ingresos no han mejorado, por el contrario. La desaceleración se siente y no se ve una salida razonable.
Pero uno de los efectos que ha golpeado más fuerte a la clase media y a las familias más vulnerables es el endeudamiento. La tercera edad y los inmigrantes son los grandes perjudicados. Los números alarman.
Todas las encuestas nacionales que han entregado en las últimas semanas antecedentes acerca de ocupación y desocupación, así como de la calidad de los ingresos, son categóricas: el desempleo ha aumentado a índices no vistos en los últimos años (sobre siete puntos porcentuales) y todos los datos de los sondeos están mostrando una creación de empleo débil.
El INE y la encuesta de la Universidad de Chile acreditan de manera irredargüible que la creación de trabajos asalariados cayó en los últimos 12 meses. También cayeron las remuneraciones, de acuerdo con las mismas fuentes. No basta achacar responsabilidad de la debacle a la administración anterior, a los inmigrantes o interpretar cifras que chocan con la verdad. Mientras menores son los ingresos, más aumenta el endeudamiento y más aún la morosidad, una espiral hasta hoy sin solución.
La gran mayoría de los chilenos están endeudados. Desde pequeños créditos de casas comerciales y retail hasta aquellos fundamentales dentro del presupuesto familiar, como la educación, alimentación o vivienda, sin contar con la cada vez mayor dependencia de los mercados financieros para llevar a cabo los proyectos de vida. La población entre 35 y 40 años es la que exhibe los mayores indicadores, sin embargo, las cifras de adultos mayores y de inmigrantes prenden las alarmas.
Categóricas proyecciones
Mediciones internacionales coinciden con las nacionales. Nuestro país cayó un puesto en ranking de Libertad Económica y la regulación laboral está entre las áreas más débiles, según in informe elaborado por el Fraser Institute de Canadá. En la medición -que estudia la libertad económica en 162 países-, Chile se ubicó en el lugar 15 con 7,8 puntos de un máximo de 10.
Según el investigador Fred McMahon, “Chile parece haber escapado en su mayoría de la ola populista, pero las amenazas se ciernen sobre el horizonte. Chile tiene un respaldo mucho menor para el libre mercado que el promedio mundial”, y agregas que “esto pone en peligro la estructura económica que convirtió a Chile en la nación más próspera de América Latina”.
Según McMahon, las cifras acreditan barreras para la prosperidad. “El declive más serio ha sido en la regulación, particularmente en la regulación del mercado laboral, lo que significa que Chile está poniendo barreras cada vez mayores a la creación de empleo y prosperidad”.
Bettina Horst, de LyD, afirma que mientras nuestro país vaya empeorando en materia de libertad económica, sin duda que ello “se transmitirá y obstaculizará la capacidad de crecimiento, de generación de empleos y finalmente de reducción de pobreza y mejorar las condiciones de vida de las personas”.
El INE estimó que los desocupados crecieron en el último trimestre en 6,6%, explicados por los incrementos de cesantes (6,1%) y de quienes buscan trabajo por primera vez (11,6%). Las áreas en que se crearon nuevos empleos no fueron exactamente de calidad, como se había prometido: aquellos que consiguieron trabajo lo hicieron preferentemente en los sectores enseñanza (3,9%), alojamiento y servicio de comidas (7,0%) y construcción (2,3%). Qué decir de la desocupación femenina, que fue incluso mayor, llegando a 7,4%, aumentando 0,5 pp. en doce meses, mientras que la tasa de desocupación de los hombres se situó en 6,8%, registrando 0,2 pp. más que en igual trimestre de 2017.
De acuerdo con la SBIF, “la población vulnerable incluye a los deudores morosos y a aquellos que exhiben elevadas cargas financieras. Los segmentos que exhiben índices de morosidad superiores a la mediana (3,9 veces) son los de menores ingresos, los adultos mayores (65 años o más) y los jóvenes (menores de 35 años). Por otra parte, el 23,5% de los deudores tiene una carga financiera superior al 50% de su ingreso mensual, cifra estadísticamente superior a la correspondiente a junio de 2016 (22,2%).
Menos trabajo, menos ingresos, más deudas
De hecho, la deuda de los hogares nacionales anotó un nuevo máximo histórico, alcanzando al 72,7% de los ingresos disponibles, según los últimos datos entregados por el Banco Central.
“Durante los últimos años Chile ha experimentado una gran expansión en el acceso al crédito por parte de los hogares. Esto ha conducido a incrementos importantes del endeudamiento, en especial de los quintiles de ingreso más pobres”, sostiene un estudio donde se analizan la evolución y los determinantes de los indicadores de endeudamiento y sobreendeudamiento en la última década, así como la robustez de los cambios, utilizando la Encuesta Financiera de Hogares y la Encuesta de Protección Social.
Según el Banco Central, “los hogares disminuyeron su riqueza financiera neta con relación a su ingreso disponible en 0,8 puntos porcentuales, explicado fundamentalmente por un incremento de los préstamos y por una menor tenencia de cuotas de fondos y participaciones de capital”. De acuerdo con lo expuesto por el director de Chiledeudas.cl, Guillermo Figueroa, el número de personas con deudas creció en 41% en nuestro país.
El estudio dado a conocer por este ejecutivo es una radiografía de las obligaciones financieras y su expansión entre los años 2010 y 2018 en Chile. En esa línea, el número de deudores se ha mantenido en constante crecimiento, impulsando la cantidad de morosos que a nivel nacional ya supera los 4,3 millones de consumidores.
Figueroa, quien asegura que su empresa basa su estudio en los informes actualizados de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, afirma que en el período enero 2010-abril 2018 el número de deudores pasó de 3,7 millones de habitantes a 5,3 millones de la última medición. La mayor cantidad de obligaciones tomadas son las de consumo, seguidas por las comerciales e hipotecarias.
Alternativa, ¿la quiebra?
A abril de 2018 las deudas sobrepasaron los 227.000 millones de dólares, monto que, si se compara con los 215.000 millones de dólares de igual mes de 2017, representa un incremento de 6% en los dineros comprometidos. En este ítem, los préstamos comerciales son los que lideran, seguidos por los hipotecarios y de consumo.
El director de Chiledeudas.cl dijo que, “según las últimas mediciones de la empresa de defensoría a los consumidores, un tercio de los deudores presentan una carga financiera superior al 40% de sus ingresos y el 25% de las personas que tienen compromisos financieros deben más del 50% de sus entradas totales. Los más afectados son los jóvenes menores de 30 años y los adultos mayores de 65 años”.
Según Figueroa, “muchas de estas personas han caído en morosidad crediticia y aunque una parte de ellas logran pagar sus deudas, para un porcentaje importante de chilenos aquello no es posible porque sus obligaciones son bastante superiores a sus ingresos”.
Para el experto en endeudamiento responsable “una alternativa es acogerse a la Ley N° 20.720 (nueva Ley de Quiebra), pues antes de ella caer en insolvencia financiera era sinónimo de fracaso y actualmente esa visión se está cambiando al reemprendimiento”.
Figueroa, quien también es ingeniero comercial, nos plantea que “para renegociaciones de la persona deudora se debe contar con dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días corridos, actualmente exigibles, que provengan de compromisos financieros distintos y que sumen más de 80 UF, esto es, unos 2,2 millones de pesos. Además, no se tiene que haber recibido notificación de una demanda de liquidación forzosa o de cualquier otro juicio ejecutivo que no sea de origen laboral”.
Endeudamiento responsable
De acuerdo con el último informe de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, la población entre 35 y 40 años es la que exhibe los mayores indicadores de endeudamiento en el país. La carga financiera -según el organismo-, alcanza su máximo (28,1%) en el segmento de población con ingreso entre $500 mil y $600 mil, mientras que el apalancamiento (utilización del endeudamiento para financiar operaciones) máximo, (10,5 veces el ingreso) se alcanza en el segmento cuyas rentas se ubican entre $1,7 millones y $2,6 millones.
Es por eso que el Figueroa afirma que “el consumidor debe considerar que un endeudamiento responsable corresponde de forma óptima al 25% del monto de su ingreso. Si está entre el 30 y 40% de sus entradas, se encuentra en un umbral peligroso, y en este punto todavía tiene un margen de maniobra que le permitirá, con pequeños ajustes, regresar a un nivel saludable”.
Pero si supera el 60% de su sueldo, se ubica en una situación de sobreendeudamiento que es común en 4,5 millones de chilenos “y es probable que esté a punto de entrar en mora, por lo que debe dejar de adquirir pasivos. El consumidor, además, debe tomarse un tiempo para comparar cada opción, ya que al detenerse a analizar podrá observar las diferencias abismantes de precios que existen entre una empresa y otra”, detalla Figueroa.
Morosidad de adultos mayores triplica su ingreso mensual
Así como se puede segmentar el origen de las deudas, es posible determinar igualmente cuáles son los sectores más afectados, aparte de familias de clase media y más vulnerables. Los chilenos somos los que más dinero debemos de Latinoamérica. Lideramos el raking en relación al PIB, con 42%. Y dentro de los más endeudados, figuran los adultos mayores. Al respecto Guillermo Figueroa, explica que los ancianos en nuestro país hoy adeudan hasta tres veces sus ingresos mensuales y definitivamente no pueden pagar.
Son cerca de 600 mil los que se encuentran en morosidad crediticia, con una deuda impaga que en el segmento específico de 60 a 69 años alcanza $1,7 millones y en el tramo 70 años y más anota $1,3 millones. Es decir, el índice de morosidad en este sector triplica a las entradas ¿Qué tal?
Para Figueroa, la situación es alarmante, dado que “gran parte de estos adultos mayores tienen bajas pensiones, por tanto, están obligados a endeudarse para solventar sus gastos como, por ejemplo, los ligados a salud que son propios de la edad. Y algunos, de hecho, tienen que continuar trabajando, en vez de disfrutar de su vejez y descansar de toda una vida laboral. El 36% de las personas entre 65 y 74 años tienen obligaciones financieras y el 31% de quienes superan los 75 años poseen compromisos crediticios”.
“Los adultos mayores representan el 18% de la población chilena y el número de personas en este rango de edad seguirá creciendo. Por tanto, deben establecerse mejores reglas para evitar abusos de la banca, retail y cajas de compensación contra ellos”, afirmó el ingeniero comercial.
Asimismo, el análisis de Chiledeudas.cl muestra que las mujeres de 60 años y más tienen la mitad de la morosidad de los hombres de dicho segmento, con lo que su comportamiento financiero es mejor, tema que se repite en los distintos tramos etarios.
La otra realidad: inmigrantes endeudados
El dinero también ha impactado en los extranjeros que buscan en nuestro país oportunidades de surgir. En Chile los inmigrantes morosos aumentaron 21% en solamente un año. De acuerdo con antecedentes entregados por Chiledeudas, el 11% de los inmigrantes arrojan impagos financieros, cifra que se ha mostrado preocupantemente creciente, sobre todo si se toma en consideración que estos superan el millón de personas y representan poco más del 6% de la población total del país. Pero no solamente crecen en número, sino que también sus deudas morosas se expanden preocupantemente.
Según datos de la empresa experta en endeudamiento responsable, a septiembre de 2018 ya son 121.500 los inmigrantes a nivel nacional que tienen deuda morosa, esto es, el 11% los extranjeros que viven en el país, lo que representa un crecimiento de 21% en comparación con igual período de 2017. De ellos, el 35% son peruanos, seguidos por colombianos -que alcanzan el 25%- y por venezolanos, que registran el 20%. El restante 20% se reparte entre haitianos y bolivianos, principalmente.
Figueroa alerta que la deuda morosa promedio en el país de los inmigrantes es de $2.800.000, duplicando la de los chilenos, que es de $1.400.000. Además, arrojan incumplimientos crediticios que en más del 40% de los casos superan un año de impagos financieros, cifra que ha estado en progresivo crecimiento.
“Los extranjeros llegan a Chile con la idea de crecer económicamente con emprendimientos y, por tanto, el retail y los bancos toman esta oportunidad y otorgan créditos fácilmente a esta gente apenas obtiene su permanencia definitiva. Como existe desconocimiento del funcionamiento del sistema financiero nacional, quedan altamente endeudados y en variadas ocasiones no tienen cómo pagar estas importantes obligaciones por estar recién emprendiendo su negocio. Esto se observa en que los inmigrantes ya representan casi el 3% del total de morosos en el país”, manifiesta el ingeniero comercial.
De la deuda vencida de foráneos en el país, el 45% tiene que ver con el retail y el 30% con la banca nacional, pero si se toman en cuenta los incumplimientos financieros, el 65% de ellos asumieron esos compromisos financieros con la banca y el 20% con el retail local. Asimismo, el 70% de ellos se ubica en la región Metropolitana y el resto, en la de Antofagasta, fundamentalmente.