Por Alfredo Peña R.
Cuando se habla de defensa de las personas a las que le fueron violados sus derechos humanos en la dictadura, inmediatamente suena el apellido Caucoto.
Y no es baladí: El abogado Nelson Caucoto tiene más que una reconocida experiencia en causas de derechos humanos. Se desempeñó como funcionario de la Vicaría de la Solidaridad en dictadura, tiempo en que asumió el patrocinio en recursos de amparo, denuncias y querellas por personas ejecutadas y detenidas desaparecidas.
Tiempo en que vivió el peligro por defender los derechos humanos teniendo a la policía política de Pinochet, la DINA primero y la CNI después, encima de las acciones que desarrollaba Nelson Caucoto en los tribunales en defensa de las personas perseguidas, muchas de ellas torturadas, violentadas y otras asesinadas.
Caucoto es una persona acreditada para hablar de la derechos humanos como tema global pero también en casos puntuales en los que ha estado involucrado en su defensa.
Hoy el caso que defiende ante la Corte Suprema es el crimen del exPresidente Eduardo Frei Montalva.
Caucoto -que defiende a la familia Frei- reitera en entrevista a Cambio21 que el ex mandatario "Eduardo Frei Montalva, no murió de muerte natural. Murió porque fue víctima de un asesinato ideado por las más altas esferas de poder de la dictadura".
¿En qué etapa judicial está el homicidio de Eduardo Frei?
El caso Frei está culminando, en su etapa final, después de la Corte Suprema no hay nada más.
¿En qué consistió su alegato que realizó hace una semana por este caso?
Mi alegato, fue tratar de demostrar que el fallo absolutorio de la Corte de Apelaciones, configura errores de derecho y ameritan el Recurso de Casación y en consecuencia la anulación del fallo anterior y la condena de los partícipes vivos y el sobreseimiento de los imputados ya fallecidos.
En un video póstumo que presentó Cambio21 a sus lectores, el médico que operó la primera vez a Frei, Augusto Larraín, reitera que el ex mandatario fue envenenado. ¿Qué le parece esta versión?
El doctor Augusto Larraín, que es otra de las víctimas de esta causa, pues se le acusó injustamente de ser culpable de la muerte de don Eduardo Frei y respecto de la cual nunca tuvo ninguna responsabilidad.
Resultó muy dañado el doctor Larraín y da la impresión que nunca se recuperó.
Ahora, respecto de lo que dice que Eduardo Frei fue envenenado, lo dice a partir de una inflamación del mesenterio que el observó y que no era de carácter bacteriano y estaba localizada, por lo que el estimaba que era de origen toxico, químico. Y era primera vez que la había visto en toda su trayectoria profesional. Esa mesenteritis está comprobada.
Desde ese punto de vista, lo dicho por el doctor Larraín tiene fundamento.
Es bueno tener presente que a Eduardo Frei le inoculan tóxicos, no para matarlo sino para dañar profundamente su sistema inmunológico, y así logran dejarlo sin defensas naturales contra elementos patógenos, que fueron en definitiva los que le conducen a la muerte mediante una sepsis.
¿Por qué cree que una sala de la Corte de Apelaciones, absolvió a los acusados por el juez Madrid?
Los ministros de la Corte de Apelaciones llegaron a una convicción absolutoria, que obviamente respetamos, pero no compartimos.
Para nosotros son importantes y trascendentes los elementos y hechos acreditados en el juicio que para ellos no tenían la misma significación.
Fundamentalmente el contexto histórico, que es básico e imprescindible para entender y explicar el magnicidio.
La dictadura y como resolvió a la disidencia que ponía en riesgo su propio poder: el general Prats, Orlando Letelier, Bernardo Leighton y otras personas, son las soluciones aportadas por la tiranía. Las amenazas proferidas por Pinochet contra Frei y Tucapel Jiménez cuando asumen un liderazgo nítido en el ámbito político y sindical respectivamente. El asesinato de Tucapel Jiménez, los experimentos y libros de química de (agente DINA) Eugenio Berrios preocupado del talio y gas mostaza, las interacciones entre ambos elementos, las cotizaciones para adquirirlos, los recortes de prensa que se le encuentran sobre la evolución de la salud de Frei, y sobre lo acontecido con los presos políticos de la cárcel pública de Santiago, envenenados con tarros de conservas, súmele a eso, años después el traslado de Berrios al exterior, su asesinato en Uruguay. Son todos antecedentes de contexto que no pueden dejarse de lado para explicar el homicidio del ex presidente Frei.
Al no vincularlos, te queda simplemente una muerte natural, aislada, de un personaje público.
El homicidio lleva muchos años en los tribunales y hay una élite que asegura que Frei falleció de muerte natural ¿Qué le dice usted a esa gente?
Un dato interesante: Siete meses antes que se descubrieran los libros de química de Berrios, las peritos doña Laura Borgel y doña Carmen Cerda habían entregado sus informes al Ministro Madrid, y en ellos se hablaba de los hallazgos de tóxicos en los restos de Eduardo Frei, talio y mostaza, elementos subrayados en esos libros de Eugenio Berrios
¿Usted está optimista de la decisión que tome el máximo tribunal?
Efectivamente, en este caso también se manifestó una recurrente costumbre de la dictadura. Asentar y asegurar en el seno de la sociedad chilena la versión funcional a sus propósitos. Así, la muerte de José Tohá, fue un suicidio. La matanza de la Operación Albania fue un enfrentamiento. La Operación Colombo fue una acción en que 119 chilenos se mataron entre sí en el extranjero y la muerte de Eduardo Frei Montalva, fue por causas naturales.
Los más importantes medios de comunicación chilenos estuvieron todos al servicio de la tiranía y difundieron la tesis de la muerte natural.
¿A quién le convenía la muerte de Eduardo Frei Montalva?
Hay personas que promovieron la tesis de la muerte natural, para de esa forma desarrollar la más formidable e insidiosa operación de inteligencia. La más grande de todas.
Nosotros como querellantes y abogados de Carmen e Irene Frei postulamos la tesis contraria. Eduardo Frei Montalva, no murió de muerte natural. Murió porque fue víctima de un asesinato ideado por las más altas esferas de poder de la dictadura.