Por Teresa Frías K.
El exministro del Trabajo, expresidente de la FECH en dictadura y actual candidato al Consejo Constitucional por la Región Metropolitana por el partido del presidente Boric, Convergencia Social, Yerko Ljubetic, se refirió a la elección del próximo domingo 7 de mayo apuntando a que “más allá de las motivaciones personales, para nosotros es importante que haya alta presencia de la izquierda en el debate constitucional y ojalá con una presencia para poder formar acuerdos necesarios para presentar una nueva propuesta constitucional”.
En conversación con Cambio21, Ljubetic, critica al Partido Republicano y la negativa que gira en torno a una nueva constitución, pese a ser candidatos a conformar el Consejo Constituyente. Para el exministro “sin duda la ultraderecha ha puesto en campaña temas que poco o nada tienen que ver con la Constitución”.
El próximo domingo son las elecciones para Consejeros Constitucionales ¿Cuál es la expectativa que se tiene sabiendo que en la última elección el 62% votó rechazo?
Más allá de las motivaciones personales, para nosotros es importante que haya alta presencia de la izquierda en el debate constitucional y ojalá con una presencia para poder formar acuerdos necesarios para presentar una nueva propuesta constitucional. Tengo una buena expectativa en el proceso, hay harto apoyo a los pensamientos de la lista.
En el anterior proceso, la izquierda estuvo divida en dos sectores. Hoy en día también lo está ¿Qué le hace pensar que ambas listas podrán llegar a acuerdos?
Más allá de las diferencias es evidente que hay una voluntad común de entender que el adversario, desde el punto de vista del proyecto constitucional, está al frente, no está al lado. Es muy evidente que el diseño del proceso induce imperativamente al acuerdo. Las posiciones no van a tener viabilidad alguna en la medida que no reúnan una cantidad de votos que los acerque a los quórums exigidos.
Por lo tanto, es una cuestión de sentido común que habrá que buscar, en primer lugar, acuerdos entre quienes estamos en posiciones razonablemente semejantes para plantear proyectos que, probablemente, lleguen a contradecirse entre sí.
¿Cómo se dialoga con los Republicanos sabiendo que no quieren cambios?
Es una dificultad mayor, pero es un esfuerzo que no puede dejar de hacerse. La lista de derecha debe entender que este proceso tiene su origen en la mayoría de la sociedad y sus demandas. Quiero confiar que más allá de las diferencias entiendan que la gente quiere cambios. Sin duda la ultraderecha ha puesto en campaña temas que poco o nada tienen que ver con la Constitución.
¿Se enfrenta este nuevo proceso constitucional con el fantasma del Rechazo del plebiscito de septiembre?
No, porque siempre he tenido la convicción de que si bien perdimos un texto no ganó la derecha. Esta propuesta debe estar mucho más caracterizada no solo por las voluntades de alcanzar acuerdos, sino que por las urgencias de los tiempos que caracterizan a este proceso. Existirá, seguramente, un interés de que la primera prioridad sea que quienes sean electos establezcan ciertos acuerdos transversales y estructurales, dentro de los cuales pueda debatirse otras cuestiones más específicas que reflejen, en la medida que haya acuerdo, los puntos de vista que se puedan consensuar.
¿Cuáles son los ejes que tiene la lista suya para impulsar en el nuevo proceso constitucional?
Primero, los aspectos relativos a la paridad -o, dicho de otra manera, a la eliminación de las formas de discriminación de género en el ejercicio de la política en sus distintos niveles- es un tema bastante consolidado.
Creo que es una cuestión que no solo el proceso anterior desarrolló, sino que se puede ver bastante instalado en el sentido común de las personas. No debería haber, entonces, dificultad para avanzar en esa perspectiva.
Otro de los ejes es la seguridad, esto tiene que ver con recuperar una tradición constitucional que se rompió en el 80’ con la constitución de la dictadura, y que claramente tenía la finalidad de situar a las Fuerzas Armadas, y secundariamente carabineros, en una posición política preferente. Yo creo que la subordinación clara y total de la Fuerza Armada al poder político es una condición de un sistema democrático.