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Especial Cambio21: Después de 26 años reeditan libro “Atrapado en su red” que relata la previa de la derrota de Pinochet

Por Alejandra García
Atrapado en su red es un libro escrito por Patricio Cueto Román que busca visibilizar una historia que era poco conocida por los chilenos, debido al estricto control que ejerció la dictadura sobre los medios de comunicación y, por el pacto implícito de silencio que instalaron en la sociedad sus “cómplices pasivos”.
 
Es así como nace este ejemplar. Buscando, desde su primera edición, en 1992, entregar una crónica documentada, detallada y amena, de los pormenores de lo que se llamó en Chile la estrategia político-electoral que permitió derrotar al régimen de Pinochet y abrir camino para el restablecimiento de la vida democrática en el país.
 
También, lo que busca este relato es ayudar a que las generaciones que no vivieron en esos años encuentren información suficiente que les permita formarse una idea lo más objetiva posible de esa parte de la historia.
Patricio Cueto, buscó que la base del estudio lo constituyeran las acciones realizadas desde el Golpe de Estado por un grupo de abogados del más amplio espectro político que, laboriosamente, ejecutaron un fino trabajo político que dio origen a una singular batalla electoral que terminó enredando al dictador en su propia telaraña legal hasta derrumbarlo.
 
En esa línea,  mencionó dos motivos por los cuales le es relevante publicar el libro en este momento de la historia. Dentro de ellos se refirió a la necesidad de mostrar que “este país de esta llenando de conversos. De gente que un día sostuvo determinadas posiciones y hoy día ha cambiado y presenta posiciones totalmente distintas”
 
Según se dice en la presentación de su libro en esta nueva edición corregida y complementada, se publica “A 30 años del fin de la dictadura”. Con la perspectiva del tiempo: ¿Considera usted que realmente se puede hablar del fin de la dictadura por haber triunfado en el plebiscito?
Quizás sería más apropiado hablar del comienzo de un proceso de recuperación de las formas de vida de una sociedad democrática porque, objetivamente, lo que se pone término, más que con el triunfo del NO, con el triunfo de Aylwin, es a la forma de gobierno llamada dictadura que consiste en el poder ejercido por una persona o grupo al margen o por encima de las leyes, sin sometimiento a fiscalización ni control democrático alguno.
 
Eso en concreto se termina el 11 de marzo de 1990 pero, esto que es un paso tan importante para la recuperación de la vida democrática y las libertades individuales en el país, la gente no lo valora en toda su dimensión porque ve la cuota de poder que se reservó Pinochet y su dictadura para después de dejar el poder es muy significativa y que, desgraciadamente, hasta el día de hoy quedan enclaves que no han sido removidos.
 
Con esto quiero decir, además, que publicar un libro como éste en ese año ’92 no estaba libre de complicaciones. Algunos reaccionaban con violencia porque consideraban que en él no se reconocía ni se hacía justicia al hecho de que Pinochet y los militares “habían honrado su palabra” y estaban “entregando” el poder.
 
Estas respuestas a la luz de todo lo que la sociedad ha conocido, de los brutales atropellos a los derechos humanos que se cometieron durante toda la dictadura cívico-militar, de los negociados del dictador y de sus cercanos, de los innumerables delitos cometidos por miembros de esa institución de tráfico de armas, de tráfico de drogas, de malversación y desvíos de fondos públicos, de la entrega a un precio vil de las principales empresas y riquezas  del país, entre otros al señor Ponce Lerou, hacen indefendible hablar de personas que han “honrado su palabra” cuando ellos, no fueron capaces de honrar el juramento que prestaron en el acto de Juramento a la Bandera de “servir fielmente a mi patria, ya sea en mar, en tierra o en cualquier lugar, hasta rendir la vida si fuese necesario, cumplir con mis deberes y obligaciones militares conforme a las leyes y reglamentos vigentes……..y poner todo mi empeño en ser un soldado valiente”.

¿Cuál fue su motivación para publicar este libro en 1992?
Yo regreso a Chile justo en 1988 cuando mi nombre aparece en una de las últimas listas publicadas por el Ministerio del Interior autorizando el regreso al país de quiénes por Decreto de ese mismo Ministerio, se nos había negado este derecho durante 15 años.
 
En éste reencuentro con la patria, nace en mí el interés por conocer con mayor detalle cómo  se habían creado las condiciones que hacen posible que el 5 de Octubre de ese año, con un lápiz se logre derrotar una de las dictaduras más sanguinarias de la historia de nuestro continente y, sin desconocer con ello la importancia que tuvieron las grandes movilizaciones del año 1986, me llama la atención la sostenida acción de enfrentamiento a la dictadura, en los más variados planos, de un grupo de abogados con militancia desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana, durante los años más duros. Primero, en la defensa de los derechos humanos de las personas que eran perseguidas por los aparatos represivos.
 
Después, en las denuncias políticas y económicas comienzan a golpear a la dictadura en temas que, en ese momento bajo los efectos de una seria crisis económica en el país con una cesantía que llegó al 32%, involucraban a una mayoría del país que para subsistir estaba haciéndolo sobre la base de un fuerte endeudamiento  familiar. Denuncian una serie de hechos irregulares o francamente delictuales como es el llamado por la prensa “Caso Melocotón” que, por primera vez denuncia al propio Pinochet por enriquecimiento ilícito.
 
Lamentablemente, por distintas y variadas razones, se fueron separando del grupo original de abogados varios connotados profesionales pero, los que sí perseveraron fueron un grupo de abogados militantes de la DC, entre ellos, Adolfo Zaldívar, Ramón Briones, Hernán Bosselin y algunos otros y, dentro de ellos, algunos pasan a ser parte de la Comisión Fiscalizadora que se crea por iniciativa de Narciso Irureta en la DC.  

¿Y qué labores concretas hicieron en esa época?
El paso posterior de estos abogados, es abogar por la inscripción en los registros electorales y la inscripción de los partidos para tener la capacidad de influir en las condiciones en que se realice el plebiscito de 1988, lo que se plasma en lo concreto: en la imposición que los partidos que estuvieran inscritos en el Registro de Partidos Políticos pudieran tener apoderados en cada mesa de votación en el plebiscito o, en el acceso igualitario a la difusión de sus ideas en Televisión Nacional o, la no intervención ni uso de los recursos  públicos en hacer propaganda al gobierno a través de las autoridades gubernamentales o municipales y, un largo y extenso etcétera.
 
Todo esto va a culminar en la elaboración de una estrategia político-electoral que se plantea hacer uso del propio tejido legal construido por la dictadura que, laboriosamente y enfrentando múltiples contratiempos, logran que sea aceptada por la mayoría de los opositores a la dictadura. La consecuencia directa de esto es que, junto con darle al pueblo chileno una forma concreta con que se podía derrotar a la dictadura, le infringen una derrota política a aquellos que diseñaron “un Plan Político-Militar de la Sublevación con el único y principal propósito de <terminar>, <echar abajo>, <desplazar> a la dictadura. Nunca se mencionó su <derrota>, ni este plan tiene más aspiraciones políticas ni militares”[1]. Esta política de la sublevación popular era, en ese momento, compartida por otros sectores de la izquierda y hasta un sector de la DC. Al conocerse el desembarco de toneladas de armas y municiones y la ejecución fallida del tiranicidio, se produce el aislamiento del PC y se produce su derrota política, a pesar de que este partido nunca ha tenido el valor de reconocer los errores que cometió e insiste que fue víctima de que las otras fuerzas se decidieron por una transición “pactada” con la dictadura.
 
Lo que nunca se imaginaron estos abogados es que, dentro de los costos que tendrían que pagar por infringirle esta derrota a los que dentro de su partido estaban jugados por otra estrategia para terminar con la dictadura, estaba la exigencia que le presentarían los diputados de la DC al presidente de ese partido, el senador Andrés Zaldívar, para que se terminara con la Comisión Fiscalizadora que presidía Ramón Briones.
 
En los años en que eso se producía: ¿Cuál era su posición en esta pugna de distintas estrategias?
Yo hasta comienzos de los ´80 fui militante comunista pero, el rompimiento de parte de una parte de la dirigencia del PC con la línea política que históricamente mantuvo éste partido siguiendo las enseñanzas de su fundador Luis Emilio Recabarren, motivaron, junto a un grupo importante de militantes que habíamos ocupado lugares importantes dentro de la estructura del PC, nuestro alejamiento de las filas de ese partido.
 
Por el conocimiento que yo tenía acerca de las Fuerzas Armadas y, en especial, del Ejército, sabía perfectamente que plantearse el enfrentarlas en el plano militar era una demencia que no tenía ninguna posibilidad de éxito y, por lo tanto, abandonar la política de acumulación de fuerzas para la conformación de un frente único que enfrentara a la dictadura, me pareció desde un comienzo un profundo error que sólo iba a provocar más dolor y muerte sin tener ni las más remota posibilidad de éxito.
¿Por qué, 26 años después, vuelve a publicar su libro y que es lo nuevo que encontramos en él?
Quizás mis motivaciones las podría resumir en lo siguiente:
En primer lugar, por mis actividades profesionales he podido constatar el profundo desconocimiento que existe entre los jóvenes acerca de esa parte de la historia. En general, creo que existe la opinión que todo fue muy simple. Que se ganó el plebiscito gracias a un señor que escribió la canción del NO y de otros señores que hicieron un gran trabajo en la franja electora, desconociendo todo lo que se hizo antes para que se pudiera llegar efectivamente a ese momento.
 
En segundo lugar, como una consecuencia de lo anterior, en las celebraciones en que se recordaron los 30 años desde el triunfo del NO, aparecieron como actores relevantes personajes que se subieron a éste carro poco antes de llegar a la estación de término. Incluso en uno de los partidos se homenajeó a un personaje que tuvo una destacada participación no para apoyar la estrategia político-electoral que miembros de ese propio partido habían diseñado sino que, justamente sosteniendo las posiciones contrarias a esta.
 
El propio PC hizo un acto público para homenajear a sus militantes que habían tenido una destacada participación en el triunfo del NO, cuando ellos un año después del triunfo, en el XV Congreso Nacional de ese partido, hablaban de “llevar a cabo una revolución democrática, popular y nacional, antiimperialista y antioligárquica” para “avanzar más tarde al socialismo” “en procura que el poder pase a manos de la clase obrera y el pueblo” aportando “el máximo de las capacidades para terminar con el fascismo, con el sistema y su institucionalidad, con todas sus causas estructurales, desarrollando la democracia para avanzar al socialismo”.
 
El instrumento para llevar adelante esta estrategia es la llamada Rebelión Popular de Masas RPM. Esto lo dicen un año después que se había triunfado en el plebiscito en el que, Pinochet con todo su historial de represión, crímenes y torturas, había sacado el 45% de los votos. Esto lo dicen cuando el Muro de Berlín se ha comenzado a desmoronar.
 
La tercera razón que me motivó a reeditar el libro en forma ampliada y complementada, fue estudiar qué había sucedido con ese grupo de abogados que fueron los artífices en el diseño de la estrategia político-electoral que nos permitió terminar efectivamente con la dictadura en el sentido y  dimensión que he señalado antes y, ahí descubrí que fueron víctima de un linchamiento colectivo entre sus camaradas y los dirigentes del PC en la primera operación de construcción de una posverdad que se ha hecho en Chile y, de eso podrá encontrar amplia documentación el que se entusiasme en la lectura del libro.