Por María Kovacz
Según la última encuesta "amiga" y con múltiples contratos con La Moneda, Cadem, el respaldo a la gestión económica del Gobierno de Piñera ha caído 20 puntos en relación con el año pasado, mientras que el rechazo subió a un 57%. Además, la principal preocupación económica de la gente es el desempleo, seguido de la inflación. A eso se suma que un 75% piensa que Chile está estancando o retrocediendo.
De mal en peor, así es como va el gobierno de Sebastián Piñera. Y no lo decimos nosotros, si no las encuestas y toda la cuenta que la ciudadanía le está pasando, incluso sus votantes, quienes no están conformes de cómo ha gobernado en este segundo periodo.
Esta situación que hace pensar que podría replicarse la pérdida electoral que sufrió su par argentino, Mauricio Macri frente a Alberto y Cristina Fernández. De hecho fuentes al interior de la derecha aseguran que esta medida de La Moneda de desmarcarse de lo que pasa al otro de lado de la cordillera no servirá y que hay que ponerse frente a una derrota inminente y en primera vuelta a una especie de clon de Piñera, que es el argentino Mauricio Macri.
Además Piñera apoyó fuertemente a Macri cuando fue candidato e incluso fue a verlo y apoyarlo especialmente a Buenos Aires. “Es lo más parecido a Piñera, al otro lado de la cordillera” dicen en la oposición.
Macri es millonario como Piñera, de derecha y que usó al club más popular de Argentina, Boca Juniors, donde fue su presidente para llegar al poder político. Aquí hay una diferencia radical, especialmente para los futboleros: Piñera uso y abusó de Colo Colo, siendo que nunca fue hincha del club más popular de Chile. Es y era de Universidad Católica. Macri si era y es hincha de Boca.
En el fútbol dicen que uno puede cambiar todo, pero nunca se puede cambiar de amor por un equipo, menos a los 58 años que fue cuando Piñera compró la mayoria de las acciones de Colo Colo para llegar a ser el controlador del club popular.
Lo que mantiene a Piñera a la baja
La economía no es lo único que tiene al gobierno a la baja en las encuestas, sino que también sus proyectos, los que han sido reflejados con bajo apoyo, no solo por la oposición, sino que también desde su sector. Algunos incluso han debido esperar para poder ser aprobados.
Pero eso no es todo, otro de los factores que le afecta es la distancia política entre el sector del oficialismo sumado a al cierre de conversaciones con la oposición. Esto último a raíz de los dichos de la vocera de gobierno, Cecilia Pérez, sobre una supuesta vinculación del narcotráfico con el PS. (Ver crónica en página 5)
Piñera podría tener dos ministros destituidos
Marcela Cubillos, Ministra de Educación
En varios conflictos que ha tenido que enfrentar la ministra de Educación, Marcela Cubillos, ha plasmado su tono duro e inflexible para negociar. Primero fueron las expulsiones de estudiantes por Aula Segura; luego, el cuestionado “tour” que hizo para promocionar el Sistema de Admisión Escolar (SAE); a eso se sumó el paro de profesores que se extendió por seis semanas, entre junio y julio pasado. En paralelo, los propios funcionarios del Mineduc han criticado la mala gestión en recursos y presupuesto.
Es por eso que se ha dicho que es una de las ministras más duras del gabinete de Sebastián Piñera. Sobre su rol, dos fuentes consultadas para este artículo plantean lo mismo: Cubillos es el vínculo que mantiene el Gobierno con la ultraderecha y, junto con Cecilia Pérez, juega el rol de la confrontación permanente e ideológica con la oposición.
Una de ellas, el diputado Gonzalo Winter (Convergencia Social), miembro de la comisión de educación de la Cámara Baja, sostiene que derechamente ha hecho proselitismo político. “Siempre con el foco en la férrea defensa del modelo neoliberal en educación”, puntualiza.
Otro flanco que sigue abierto para Cubillos es resolver lo que ha estado ocurriendo en los liceos de Santiago, donde la violencia ha ido en aumento. Sobre todo, porque las medidas han pasado por reforzar la seguridad con mayor dotación de carabineros, como en el Instituto Nacional (IN).
Aunque la acusación constitucional contra la ministra había pasado a un segundo plano, nuevamente tomó fuerza, y con ella, resurgieron los conflictos para Cubillos.
En su intento por bajarle el perfil al asunto, la ministra aseguró y entre risas, que intentan acusarla por “hacer su trabajo”. Eso significa “fiscalizar y hacer investigaciones; escuchar a los apoderados; y, tratar de sacar la violencia de los colegios”, recalcó.
Esta acusación, que para Cubillos no tendría fundamento jurídico, fue anunciada en junio pasado por el Partido Socialista (PS). Finalmente, se presentará en la primera quincena de septiembre.
En los capítulos de la acusación se abordan antecedentes que dan cuenta de infracciones a la Constitución y las leyes, la falta al principio de probidad, que obliga a hablar con la verdad. Pero aquí, dice el jefe de la bancada del PS Manuel Monsalve, también la ministra ha entregado información falsa, de manera planificada, particularmente respecto al Sistema de Admisión Escolar (SAE).
De aprobarse la acusación constitucional, esta sería la segunda vez que un gobierno de Piñera pasa por esta situación, acrecentando el hecho que también sería por segunda vez un ministro de Educación.
En el 2013, siendo el primer gobierno de Piñera y la derecha en democracia, Harald Beyer fue destituido de la cartera luego que se aprobara por estrecho margen una acusación constitucional en su contra con los votos de la entonces Concertación.
No hay tiempos mejores
Eugenio Guzmán, decano de la Universidad del Desarrollo
Que la gente lo diga, que los políticos lo digan, que quienes estén molestos con el gobierno lo digan, es entendible, pero que un ministro se manifieste en contra del slogan de su gobierno, quiere decir que lo cosa no va bien.
El ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, se manifestó desde una óptica positiva con respecto al crecimiento de las arcas fiscales, aunque reconoció que comprende los cuestionamientos de parte de la población.
"Yo comparto que la gente espera más de este Gobierno. Los resultados no me dejan satisfecho, pero estamos trabajando para resolver los problemas y estamos teniendo resultados en aumentar la inversión y la productividad", dijo, declarando además que quizás "los tiempos mejores se hayan entendido como aún mejores".
Fontaine también habló acerca de los sueldos de los trabajadores en el país, explicando que "nada se puede resolver de la noche a la mañana. Los salarios en Chile son insuficientes, pero se están mejorando. Están creciendo sobre el 2%, más allá de las cifras del IPC".
El año más denso de Piñera
Juan Andrés Fontaine, ministro de Economía
Desde su rol como decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Eugenio Guzmán es testigo privilegiado de la marcha política del país y, en especial, de la segunda administración Piñera. De hecho, en su plantel se confecciona el sondeo semanal que el gobierno encarga para medir el apoyo ciudadano a distintas medidas y figuras del Ejecutivo. Los resultados de esa encuesta se manejan con total hermetismo.
Guzmán, asegura que “la baja en los niveles de aprobación a la gestión del Presidente, se debe principalmente a que el Ejecutivo no ha logrado satisfacer las expectativas de recuperación económica que la ciudadanía se hizo durante la campaña presidencial. Aclara, sin embargo, que esta disminución se dio de manera paulatina y que no se observa un hecho que por sí solo marque un punto de inflexión”.
Con todo, apunta que “es normal que durante los procesos de campañas políticas se generen expectativas en torno a las ventajas que se tienen como candidato o gobierno”, agregando que “el diseño inicial de gobierno proponía que la figura del Mandatario solo apareciera para los temas importantes, como los acuerdos nacionales o el anuncio de las grandes reformas, entre ellas la tributaria y la del sistema de pensiones, y que el resto de las vocerías estuvieran en manos de los diferentes ministros. Sin embargo, el plan ha ido mutando y Sebastián Piñera tiene un rol cada vez más omnipresente en la agenda pública”. “Piñera, en situaciones de tensión política, cree que tiene que salir a blindar a su propio gabinete porque de otro modo, tarde o temprano, se va a horadar más la figura presidencial”, sostuvo.
Eugenio Guzmán piensa que las voces que aseguran que el discurso del gobierno y el oficialismo se ha derechizado no están siendo lo suficientemente cuidadosos y profundos en ese análisis: “Este ha sido el año más denso desde el punto de vista de lo que llamamos agenda cultural valórica: ley de aborto, transgénero, en temas de mujeres y derechos humanos, y la postura que ha tenido el gobierno en muchos de esos temas no es la que la derecha tenía tradicionalmente (…). Por otro lado, tenemos a parlamentarios que se dicen pinochetistas y no reciben una respuesta contundente desde el gobierno consistente con esa otra agenda cultural y valórica en la cual sí ha tenido opinión y lo que ocurre es que el tema de valores, entre ellos el tema de derechos humanos, ha tensionado más de lo que creemos a todo el sistema político y en especial a la derecha”.
Piñera se expone y baja su aprobación
Por su parte, el analista político de la Universidad de Chile Ricardo Montero, dijo que “Piñera en este gobierno, ha demostrado más soltura de lo que había mostrado, hace las cosas sin que nadie tenga que decirle algo, es así como ha lanzado sus proyectos de ley o que no haya un orden en el gobierno”.
“El electorado ya sabe cómo funciona un gobierno de Piñera, en su primer mandato más allá del nepotismo no existía más polémica, y si bien el viaje en sí de sus hijos no tiene mayor pecado, el que hayan aprovechado la instancia para beneficios propios con dinero del estado es lo grave”, agregando que “en el Gobierno existe plena conciencia de que la derecha no gana solo con ese electorado, los de derecha más dura, que ya sabemos cuánto pesa, sino que lo hace con la amplitud y la apertura y que es una derecha bastante más deslavada que la de los años noventa”, argumenta.
El doctor en Ciencia Política, Kenneth Bunker, aseguró que la caída no es tal y puede ser una falla en el instrumento de medición". Sin embargo, agregó que “aunque los números no cuenten con su total confianza, hablan de un fenómeno que también han percibido: “Sí creo que hay una caída y creo que se explica por el personalismo de Piñera", asegura Bunker.
"Los meses pasados fueron dos meses donde el Presidente se expuso bastante, en paneles televisivos, en matinales y noticieros, y siempre que un Presidente se expone tanto, baja la aprobación".