El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, proclamó la victoria de su partido en las elecciones del domingo y se mostró dispuesto a pactar con todas las fuerzas políticas, mientras sus seguidores le reclamaban acercarse a la izquierda.
El PSOE obtuvo el 28,29 por ciento de los votos, que se traducen en 123 de los 350 escaños que conforman el Parlamento, lo que le obliga a pactar con otras formaciones para poder gobernar. En el Senado, los socialistas, sin embargo, obtuvieron la mayoría absoluta.
En una declaración desde la sede del PSOE, en la mítica calle Ferraz de Madrid, Sánchez celebró la victoria ante un millar de militantes, a quienes destacó que este triunfo significa que "ha ganado el futuro y ha perdido el pasado".
Ante estas palabras, sus seguidores corearon de forma repetida: "Con Rivera no" y "no es no", en alusión a Albert Rivera, líder del partido liberal y de centro derecha Ciudadanos, que se ha ubicado como tercera fuerza política con 57 legisladores en el Parlamento y quien ha sido el socio del conservador y derechista Partido Popular.
En definitiva, el PP y Ciudadanos ha sido la clara oposición a los socialistas durante el Gobierno de Sánchez.
"Creo que ha quedado bastante claro", respondió Sánchez a los militantes socialistas que invadían la calle Ferraz, flanqueado por por su equipo de confianza, en el que se encontraba su vicepresidenta Carmen Calvo, quien lucía una camiseta llamativa con el lema "Yes, I am a feminist", en una clara alusión a la defensa de la lucha feminista en España.
Ante su respuesta, sus seguidores gritaron de nuevo al unísono: "no pasarán", en este caso en alusión a los tres partidos en los que se ha partido la derecha en España: el Partido Popular, Ciudadanos y el ultra Vox.
"Los españoles quieren claramente que el Partido Socialista Obrero Español gobierne y lidere el país durante los próximos cuatro años", anunció a continuación un eufórico Sánchez.
Y agregó: "Se trataba de ganar las elecciones y de gobernar, hemos ganado las elecciones y vamos a gobernar España", y se hará - anunció - "en defensa de la democracia", también "de los derechos y libertades que hemos logrado en los últimos cuarenta años".
Para concluir, el ahora presidente del gobierno español en funciones rechazó de manera firme "el autoritarismo y la involución".