Oh I'm just counting

Los venezolanos son el mayor grupo de inmigrantes que llegó a nuestro país: sólo este año han ingresado 150 mil personas

Por: Francisca Verdejo P.
En la última década la migración ha alcanzado su máximo apogeo desde el regreso de la democracia. En el Censo de 2002, 1,27% de la población residente era inmigrante; 15 años después, existen 746.465 inmigrantes residentes, lo que representa 4,35% del total de la población del país, conforme al Censo 2017. No obstante, luego del proceso de regularización se agregaron 200 mil personas que tomaron visa en ese entonces, por lo que la cifra asciende en torno al millón de migrantes.  Pese a esto se hace difícil precisar un número exacto por el carácter pendular de este suceso.

El doctor en sociología y especialista en temas demográficos y migratorios, Lorenzo Agar Corbinos, explicó el fenómeno de las migraciones como algo imposible  de predecir,  siendo un hecho la imposibilidad de conocer que sucederá de aquí a 5 o 10 años más, ya que se considera un evento  bastante dinámico.

 “El  70 % de los migrantes llegaron después del año 2010. Si uno hace una revisión desde ese año, jamás habría podido adivinar la cantidad de personas que entrarían ese año”, expresó el experto.  Esto se refiere a lo impredecible de estos procesos, en donde la llegada de gran afluente de personas se debe a conflictos político-sociales cómo pasa con Venezuela y Colombia.

Políticas públicas actuales

Entre los años 2016 y 2017 como consecuencia de algunas normativas y políticas que efectuadas en el gobierno pasado, se alentó el arribo de forasteros, aumentando fuertemente residentes de Haití y Venezuela. El sociólogo también declara que las cifras de entrada son inconclusas. “Uno no puede saber, ya que el conflicto en Venezuela podría aumentar y eso significa que va a llegar más población venezolana, sobre todo hoy que hay visas que permiten la llegada de esa población. Agregando, que “en el caso de Haití se frenó la migración, con la visa consular sólo van a poder entrar máximo diez mil personas al año y con la de reunificación familiar, se han dado pocos casos de personas que la obtuvieron”.

En cuanto a las medidas administrativas tomadas por el gobierno-proceso de regularización- para Lorenzo Argas, “fueron positivas”, ya que por petición de las Naciones Unidas se debía regular y ordenar la migración. Sin embargo estas normas no aseguran que se permita la integración, ya que para que eso ocurriese debe existir otro tipo de políticas públicas universales, para mayor acceso  a beneficios sociales y al conjunto de ofertas que Chile tiene en su sistema económico.

¿Chile es un país abierto a la integración?

En todas las sociedades se da un ingreso de población migrante y en todo el mundo se poseen dificultades iniciales para la incorporación de ellos. El doctor Argas explica un patrón regular que se da en los ciudadanos de un país a donde arriban  forasteros y de que forma se da con la población chilena.

“Si revisas la prensa en el siglo 19 y 20 existían quejas similares, pero después de dos o tres generaciones la población se integra perfectamente, pero hay que esperar un tiempo”. Explica Argas, añadiendo que  “hoy día la integración de la población latinoamericana –de habla española-  diría que es bastante más sencilla que la de ese entonces”.

Es bastante habitual que en las comunidades se produzca desconfianza a lo desconocido, más aún cuando aquello se diferencia bastante de los comportamientos que se conocen; música, comida, colores,  de igual forma esto sucede en todos los países, no es reconocido como algo inusual. 

Un 80% de la población chilena es mestiza, 10% indígena  y 10% (europeos, árabes, peruanos) según los estudios realizados por el experto en migraciones. La mayor parte de la población chilena desconoce ese carácter mestizo.  Es ahí donde se produce un real problema, en donde a un territorio conformado casi en su totalidad por habitantes híbridos, le cuesta aceptarse y admitir sus orígenes.

“Chile no puede verse como un país multicultural, sino más bien es bastante homogéneo en cuanto a su formación, es un país mestizo que tiene un padre europeo y una madre indígena y el realmente reconocemos el padre europeo y desconocemos a esta madre aborigen”, incorporó el experto en temas demográficos.

Barreras  culturales: un desafío para los chilenos

Hoy el mayor reto para la integración tiene que ver con la población haitiana, aquella étnicamente distinta, de origen afrodescendiente, con diferente idioma y cultura.  Ocurre en todas las migraciones que mientras más distinta es la población se torna una mayor dificultad, dado por los diferentes patrones de conducta.  Sin embargo se debe tomar considerar una ventaja para los jóvenes que se  incorporan al sistema educacional chileno,  puesto que en un período de tiempo logran capacidades biculturales o triculturales.

El sacerdote, José Tomás Vicuña, director nacional del Servicio Jesuita Migrante, nos cuenta que decidir Chile como lugar de destino está dado principalmente porque están establecidas las redes para familiares o amistades, ya que existen las condiciones económicas, se proyecta un crecimiento financiero para los próximos años y también están instaladas las situaciones laborales.

Referente a los procesos migratorios, el padre Vicuña, tiene una perspectiva optimista, ya que “la tasa de natalidad en Chile está disminuyendo, las personas en edad laboral cada vez son menos... Entonces eso hace que exista mayor oferta de empleos que demanda”, aseguró. Viendo como un aporte significativo el apoyo de extranjeros a la economía del país.

El rol del SJM es poder brindar el trabajo, agilizar los procesos de integración de la población migrante a la población chilena. “Estamos trabajando en el SJM no solo por las personas migrantes, sino que por el país, y por eso es vital también trabajar con la población de acogida, porque ya lleva harto tiempo acá de inmigrante o porque son chilenos”, añadió el padre Chumi.  A través de esta ONG se busca dar instrumentos y herramientas para poder facilitar la inclusión hacia un Chile intercultural e inclusivo.

Un aporte a la interculturalidad

Daniel Marín Legarda, llegó de Colombia al igual que muchos de sus compatriotas por motivos económicos a buscar mejores condiciones de vida para él  y su familia.

Sobre el proceso de regularización, Legarda ve como una muy buena medida, ya que con esto “se está controlando la entrada de los inmigrantes y así no sólo llega cualquier persona”. 

Un año y cuatro meses son los que lleva este ciudadano colombiano, con un contrato de trabajo estable y su situación legal en orden. Entre sus  planes están quedarse y generar los ingresos necesarios para ayudar a sus cercanos.

 Él al igual que muchos, ha llegado a al país  con la finalidad de crecer laboralmente y ser un aporte,  en una nación donde hay una creciente interculturalidad, homogeneizando cada vez más la sociedad chilena.  

El boom venezolano

A través de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen 2017) se conoció que en últimos dos años la comunidad proveniente de Venezuela ha superado rápidamente su número, llegando incluso a sobrepasar a los inmigrantes peruanos que hasta hace algunos meses llevaban la delantera. Debido a la crisis político-económica, el desplazamiento de estas colectividades se ha visto favorecido en Chile y toda Sudamérica. 
Después de Colombia, Ecuador y Perú, Chile es la cuarta opción de los venezolanos en Sudamérica; donde solo entre enero y julio han ingresado 147.429 habitantes, mediante cifras recabadas de la Policía de Investigaciones. 
 
El 6 de abril de este año comenzó a regir la Visa de Responsabilidad Democrática para venezolanos, posibilitando el auge de personas provenientes del país bolivariano. 
Hace algún tiempo la llegada era exclusivamente del segmento profesional, hoy eso cambió y el arribo de población más vulnerable se acrecentó. 

Otro dato que llama la atención de este boom demográfico, es la cantidad de venezolanos que han emigrado los últimos años, encaminándose a los 2,3 millones. El país se ubicó detrás de Siria, Irak y Afganistán como el cuarto con mayor número de solicitudes de asilo.