Los científicos han creado una nueva y poderosa herramienta para calcular los riesgos heredados que tiene una persona de presentar cardiopatías, cáncer de mama y otras tres enfermedades graves.
Al buscar cambios en el ADN en 6,6 millones de lugares en el genoma humano, los investigadores del Instituto Broad y la Universidad de Harvard pudieron identificar mucha más gente en riesgo que lo que detectan las pruebas genéticas normales, que toman en cuenta muy pocos genes.
Por ejemplo, de cien pacientes que hayan presentado un infarto, los métodos tradicionales identificarán dos con una sola mutación genética que los pone en mayor riesgo. En cambio, la nueva herramienta encontrará veinte, según informaron los científicos el lunes en la revista Nature Genetics.
Ahora los investigadores están construyendo un sitio web que permitirá a cualquier persona subir sus datos genéticos proporcionados por una empresa como 23andMe o Ancestry.com. Los usuarios recibirán sus puntuaciones de riesgo para cardiopatías, cáncer de mama, diabetes tipo 2, enfermedad de Crohn o intestinal inflamatoria crónica y fibrilación auricular.
La gente no tendrá que pagar por su puntuación. Según Daniel Rader, profesor de Medicina Molecular en la Universidad de Pensilvania, una puntuación de riesgos —incluyendo la obtención de los datos genéticos— no debería costar más de 100 dólares.
Rader, quien no participó en el estudio, dijo que pronto la universidad ofrecerá esa prueba a los pacientes para evaluar el riesgo que corren de desarrollar una cardiopatía. Por ahora, la universidad no cobrará por las pruebas.
Sekar Kathiresan, uno de los autores principales del nuevo artículo y director del Centro de Medicina Genómica del Hospital General de Massachusetts, dijo que su equipo validó el cálculo de riesgo cardiaco en múltiples poblaciones.
Estilo de vida
Sin embargo, ADN no es destino, enfatizó Kathiresan. Un estilo de vida saludable y medicamentos que reduzcan el colesterol pueden disminuir de manera sustancial el riesgo de presentar un infarto, incluso entre quienes han heredado una predisposición genética.
La nueva herramienta también puede identificar a las personas en el extremo bajo del rango de riesgo para las cinco enfermedades. Esto sería útil para ciertos pacientes: por ejemplo, una mujer que esté tratando de decidir si debe comenzar a hacerse mamografías con regularidad o un hombre de 40 años con un nivel de colesterol ligeramente alto que quiera saber si debe tomar alguna estatina.
A pesar de lo anterior, hay inquietud sobre cómo se usará la prueba genética. “Trae consigo grandes esperanzas, pero también muchos cuestionamientos”, dijo David J. Maron, director de Cardiología Preventiva en la Universidad de Stanford. “¿Quién debe someterse a la prueba? ¿Cómo deben entregarse los resultados? Por lo general, los médicos no están bien capacitados para proporcionar los resultados de pruebas genéticas”.
Además, se pregunta: ¿los resultados realmente impulsarán a las personas a tomar decisiones que mejoren su salud?
La gente podría requerir una orientación genética antes y después de recibir este tipo de puntuaciones de riesgos, señaló Eric Schadt, director de Medicina de Precisión en la Escuela de Medicina Icahn, del hospital Monte Sinaí.
Los pacientes podrían no agradecer las consecuencias de enterarse de que tienen altas probabilidades de presentar un infarto, cáncer de mama o cualquiera de las otras enfermedades que evalúa la prueba.
“¿Realmente comprenden las personas que una vez que te enteras de algo no hay forma de dejar de saberlo?”, preguntó Schadt, quien también es director ejecutivo de Sema4, una empresa dedicada a hacer diagnósticos.
Sin embargo, los expertos en medicina dicen que este tipo de evaluación de riesgos será lo más común en el futuro. “No estoy seguro de que podamos detenerlo”, dijo John Mandrola, electrofisiólogo cardiaco del hospital Baptist Health, en Louisville, Kentucky.
Mutaciones
El estudio se inició porque existía un consenso general entre los investigadores respecto de que muchas enfermedades comunes no están ligadas a una mutación única, sino más bien a miles o millones de mutaciones, dijo Amit V. Khera, otro autor principal del nuevo artículo, cardiólogo del Hospital General de Massachusetts e investigador del Instituto Broad.
En los últimos años, los científicos han catalogado más de seis millones de minúsculos cambios en el ADN que afectan ligeramente las probabilidades de que la gente presente distintas enfermedades. Cada una de esas alteraciones genéticas tiene un efecto tan pequeño —un incremento o disminución de aproximadamente un uno por ciento de las probabilidades de que una persona desarrolle una enfermedad— que no sería útil hacer pruebas de cada una de manera aislada.
No obstante, según los investigadores debería ser posible combinar los datos de todos los cambios mínimos en el ADN para construir una puntuación de riesgo individual. Para hacerlo, los investigadores requerían de un nuevo algoritmo que pudiera sopesar la importancia de las variaciones en los genes.
Posteriormente, tenían que poner a prueba las puntuaciones de riesgo que habían obtenido, así que Khera y sus colaboradores recurrieron al banco biológico del Reino Unido, que guarda la información genética y de enfermedades de medio millón de personas.
Los investigadores hallaron que su algoritmo predecía las probabilidades de ser diagnosticado con una de las cinco enfermedades. Sin embargo, el banco biológico del Reino Unido está conformado, en su mayoría, por datos de europeos caucásicos.
Veinte mil pacientes
Así que los investigadores también pusieron a prueba y validaron su método en poblaciones de asiáticos del este, asiáticos del sur, afroestadounidenses y latinos.
Los investigadores también probaron su algoritmo con veinte mil pacientes atendidos en el hospital Brigham y de la Mujer y el Hospital General de Massachusetts.
Encontraron que aquellos con una puntuación alta de riesgo para infarto tenían de hecho cuatro veces más probabilidades de desarrollar uno que otros pacientes.
“A menos que hiciera esta prueba genética, no tendría forma de identificar a esas personas”, dijo Khera.
Es igualmente importante encontrar a la gente con un riesgo muy bajo, dicen él y otros investigadores.
En la Universidad de Pensilvania, los doctores incorporarán puntuaciones de riesgo para infartos con el fin de aconsejar a los pacientes para que reciban atención preventiva.
Rader dijo que a menudo ve a pacientes sanos en sus treintas y cuarentas con antecedentes familiares de cardiopatía. Tienen niveles limítrofes de colesterol LDL, el malo, pero muchos no quieren comenzar a tomar estatinas.
Por ahora, dijo, hace lo más que puede por evaluar su riesgo, y luego les dice a algunos: “Depende de ti” tomar o no la estatina. No obstante, ese consejo “no es muy satisfactorio”, dijo.
Una puntuación de riesgo genético sofisticada podría resolver la cuestión. “Si tienes una puntuación realmente alta, te damos una receta”, dijo. “Si tu puntuación es muy baja, puedes esperar”.
Este tipo de análisis genético tan sofisticado aún es muy nuevo, señaló Mandrola. Sin embargo, dijo que en cinco o diez años los médicos “quizá recordarán la forma en que predecían el riesgo hoy en día y se preguntarán: ‘¿En qué estábamos pensando?’”.