Foto: Víctor Salas, economista
Por María Sepúlveda
Las cifras de la economía nacional son cada vez más débiles y el gobierno trata de tapar el sol con un dedo. Y Piñera, participando en la reunión del G20 en Japón, aprovechó para justificar los malos resultados debido a la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Afirmó: “la guerra comercial, la guerra tarifaria que ya lleva más de un año entre China y Estados Unidos está debilitando la economía mundial, está afectando fuertemente el comercio internacional y afectando al mundo entero, incluyendo a Chile”
El impacto de esta guerra ha afectado a uno de los principales productos de exportación de Chile como es el cobre. El metal rojo apenas anota una leve alza en el primer semestre, lo que implica menores ingresos para las arcas fiscales. También ha subido fuertemente el precio del petróleo que incide en el precio de la bencina.
Empero, existen más de 900 productos de exportación chilenos que se cruzan con bienes en que ambas potencias han aplicado aranceles. De esta manera las exportaciones chilenas han caído 6% y las importaciones 4%, de acuerdo a cifras del Banco Central.
A esto se suman las bajas cifras internas como la caída de 0,2% en la producción industrial, que estuvo por debajo de las expectativas de 0,4% la que estaría anticipando, según los economistas un Imacec cercano al 2,3% en mayo.
Mayor preocupación: Sube el desempleo
Sin embargo, un tema de la mayor preocupación es el desempleo que sigue subiendo. La tasa de desocupación total subió a un promedio de 7,1% en el trimestre marzo-mayo y la de las mujeres llegó a 8,2% su mayor nivel en 7 años.
La Superintendencia de Pensiones, un estudio del CEP (Centro de Estudios Públicos) y la Encuesta de Percepción del Empleo de L&D siguen demostrando que el mercado laboral está muy debilitado. También lo demuestran las cifras de los cotizantes previsionales dependientes que crecía alrededor de 200 mil y ahora pasó a cerca de 130 mil.
Tanto Sebastián Piñera como el ministro de Hacienda, Felipe Larraín han atribuido, en parte, a los problemas de la economía la falta de aprobación en el Congreso de las reformas enviadas por el gobierno como son la tributaria y la de pensiones. Son muchos los especialistas que le restan credibilidad a esa apreciación.
Recientemente en una columna de opinión el ex ministro de Hacienda Rodrigo Valdés dijo: “es tentador continuar el juego de echarse la culpa. El gobierno recrimina a la oposición, por no dar los votos a proyectos, supuestamente excelentes. La oposición responsabiliza al gobierno por proponer proyectos de dudoso efecto y posible exceso de ideología”
Valdés plantea que ese es un camino “estéril e incluso peligroso” que los únicos ganadores serán los sectores más polarizados.
Además, reconoce que el “gobierno atraviesa tiempos difíciles. Su aprobación está bajo 30%, el crecimiento económico ha sido menor a lo esperado (y prometido) y, el que hemos alcanzado, casi no se ha notado en el empleo o los salarios”
Tiempos mejores en “construcción”
Lo que está claro es que los tiempos mejores no han llegado como lo prometió la derecha durante la campaña presidencial. El nuevo ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine está optimista en su nuevo cargo al que llega con una Agenda de Reimpulso Económico. En su opinión “estamos en la época de la construcción de los tiempos mejores y esa construcción naturalmente, tarda”
El economista Víctor Salas, académico del Departamento de Economía de la Universidad de Santiago respecto a las cifras de la economía señaló a Cambio21 que “están bastante feas” y en cuanto al aumento del desempleo dijo que “es habitual que suba en esta época pero igual se nos está pasando la mano porque esta es una época en que la agricultura la construcción contrata menos, el comercio también, pero en general estar sobre 7,1 es una cifra negativa, sin duda”.
Sobre la situación, en general, de la economía planteó que “estamos en una situación de bastante pesimismo. Las encuestas de expectativas empresariales, de consumidores todos están en el lado negativo desde octubre del año pasado, o sea, estamos profundizando una situación de imagen de que no estamos bien y creo que eso se va corroborando también con las cifras y las expectativas se van acumulando. Toda la gente, los empresarios, los consumidores, los trabajadores lo que hacen es mirar lo que está pasando y contener todas las decisiones mientras tanto a la espera de qué pasa, más que avanzar hacer más inversión, más gasto o pedir crédito”
Añadió que “eso nos está dejando en una situación que podría ser bastante dramática porque las estimaciones ya están alcanzando a que el PIB no llegue más allá del 2,5% lo que sería una situación catastrófica para el país, sin duda”
Culpa de la gestión
En cuanto a la gestión de las autoridades económicas, Salas, comentó que “ahí hay una parte importante de culpa como también pasa con la situación económica internacional como era hace tres años. Obviamente eso nos afecta porque nosotros estamos tan abiertos, globalizados en nuestro comercio en la actividad económica que cualquier cosa que pase en la economía mundial, si es restrictiva, nos afecta con el cobre y nos complica, pero también al orden interno”
“Creo que ese ha sido un ámbito descuidado en el manejo de la política económica, especialmente la política fiscal que todo el mundo habla que tiene que ser contractiva, peo cuando estás alrededor del 2% de crecimiento de la economía no puedes ser contractivo, o sea, tienes que ser expansivo alguien tiene que dar la señal de que en el país se van a poner los recursos, se va a incentivar el proceso productivo empresarial porque aquí, uno se olvida, pero es el sector privado el que en este modelo, en esta forma de armar la economía es el que tiene que responder” manifestó.
El académico dijo que “ni siquiera con los acuerdos que ha logrado, parciales, respecto a la reforma tributaria se ha visto ninguna reacción empresarial, o sea, es como si no se hubieran logrado como si no hubiera pasado nada. Ahí hay una mala respuesta del sector empresarial. No está tratando de cumplir un rol responsable del crecimiento”
El economista Eugenio Rivera sobre el tema precisó a Cambio21 que “veo con bastante preocupación esta situación. El problema que enfrentamos es que nosotros veíamos desde el tercer trimestre del año pasado una tendencia clara hacia una desaceleración creciente que culminó en el primer trimestre cuando la economía creció 1,6% comparado al mismo trimestre del año pasado y que confirmó eso. Creo que hay un primer problema a destacar que tiene que ver con que las autoridades tanto monetarias del Banco Central como las del gobierno no solo subestimaron esta desaceleración. Por una parte el Banco Central se demoró en constatar y persistió en mantener las expectativas de crecimiento bastante altas y recién en el Ipom de junio reconoció que las cosas estaban funcionando mal. Me parece que ahí hay un error del Banco Central”
Señales claras que no se vieron
Agregó que “del punto de vista de las autoridades del gobierno creo que la situación es más grave porque eran muy claras las señales y Felipe Larraín seguía insistiendo que las cosas no solamente no estaban mal sino que iban a ser mejores. Creo que hay un problema de falta de rigurosidad en analizar los indicadores económicos por parte del Ministerio de Hacienda. En un último término, por fin hay una cosa positiva, se está aceptando esta mala situación, entonces hay que evaluar si lo que se está haciendo es adecuado. Lo que el Banco Central decidió hacer fue importante, de bajar la tasa de política monetaria en medio punto, aunque un tanto tardío. Esto debió haber sido hecho antes y en cuanto al gobierno es importante lo que decida hacer en cuanto a levantar este paquete de medidas fiscales, un programa de Obras Públicas que no me queda claro cuánto de nuevo hay, pero en todo caso es un paquete muy pequeño para que tenga una influencia efectiva este año”, indica el economista.
El gobierno anunció un nuevo plan de estímulo para la economía, adelanta la entrega de 15 mil subsidios habitacionales. Al respecto, Rivera, dijo que “es una medida bien pequeña y que no va a tener mayor impacto en el presente año. Veo que ahí hay una debilidad. Hay un aspecto positivo que es que el gobierno de derecha reconoce que en determinados momentos el Estado tiene que tomar medidas y que su intervención vía política fiscal es un elemento importante para reactivar la economía. Con frecuencia, los gobiernos de derecha, dicen mire la política fiscal no sirve para nada pese a que ha sido esencial para echar a mover la maquinaria productiva en Estados Unidos y Europa”