Foto: Joaquín Lavín y el general Augusto Pinochet
Por María Kovacz
El alcalde Joaquín Lavín (UDI), se definió como un socialdemócrata expresando que “Chile necesita un gobierno de centro, que incorpore muchos conceptos de la socialdemocracia europea” e insistió en la necesidad de generar consensos para lograr avanzar en las solicitudes de la ciudadanía.
Sin embargo, indicó que no está buscando votos con su nueva postura e insistió en que no busca convertirse en el próximo presidente de Chile y que está muy contento con su rol en el municipio de Las Condes.
Sin lugar a dudas, el tres veces candidato a la presidencia, excandidato a senador derrotado en Valparaíso, excandidato a diputado derrotado en 1989 con el eslogán "Un gallo de pelea", exministro, ex alcalde de Santiago y tres veces alcalde de la comuna de Las Condes, destaca como uno de los políticos más conocidos del escenario nacional.
Su postura, dichos e iniciativas como autoridad le han valido reconocimientos y muchas críticas, incluso desde su propio sector, a lo largo de su carrera, pero el Lavín de antaño dista del actual, algo que él mismo explicó.
Mathei: "¿Qué tiene en la cabeza?"
La última crítica es de la alcaldesa UDI por Providencia, Evelyn Matthei que dijo "¿Qué tiene en la cabeza?", añadiendo que ahora no descarta volver a emprender la carrera por llegar a La Moneda por la nueva condición ideólogica de Lavín.
Matthei dijo que "si quisiera votar por un candidato socialdemócrata preferiría a Ricardo Lagos Weber por sobre Lavín, sencillamente, porque Lagos Weber siempre ha sido socialdemócrata y, por lo tanto, es una persona creíble. Lo que me preocupa es el zigzaueo político".
"Uno no puede decir cualquier cosa con tal de ganar un par de puntos. Lavín, en el fondo, se trasunta que, con tal de ganar una nominación o una elección, está dispuesto a cualquier cosa. Incluso, tildarse de socialdemócrata cuando, en realidad, nunca lo ha sido, a cambio de ser popular", remarcó.
La ex candidata presidencial añadió que "lo que me preocupa más es el populismo. Este impulso de hacer cualquier cosa con tal de ganar un par de puntos".
Matthei dijo que "si quisiera votar por un candidato socialdemócrata preferiría a Ricardo Lagos Weber por sobre Lavín, sencillamente, porque Lagos Weber siempre ha sido socialdemócrata y, por lo tanto, es una persona creíble. Lo que me preocupa es el zigzaueo político".
"Uno no puede decir cualquier cosa con tal de ganar un par de puntos. Lavín, en el fondo, se trasunta que, con tal de ganar una nominación o una elección, está dispuesto a cualquier cosa. Incluso, tildarse de socialdemócrata cuando, en realidad, nunca lo ha sido, a cambio de ser popular", remarcó.
La ex candidata presidencial añadió que "lo que me preocupa más es el populismo. Este impulso de hacer cualquier cosa con tal de ganar un par de puntos".
Un elemento de distinción es que Lavín copa diariamente, con la complicidad de los medios, especialmente de los matinales de la televisión de nuestro país, la agenda televisiva.
La anuencia de los matinales con Lavín llega a ser escandalosa donde incluso se llegan hacer innumerables memes con la participación del alcalde en distintas situaciones de la vida nacional y mundial
La anuencia de los matinales con Lavín llega a ser escandalosa donde incluso se llegan hacer innumerables memes con la participación del alcalde en distintas situaciones de la vida nacional y mundial

A esto se suma que Lavin admitió que ya no apoya la figura de Augusto Pinochet a pesar de haber sido un acérrimo y fanático pinochetista y que condena “absolutamente” las gravisímas violaciones a los Derechos Humanos que ocurrieron en los 17 años de su dictadura, donde él participó e incluso se reunió en múltiples oportunidades con el dictador.
Ultra y fanático pinochetista
Fue tan fanático de lo que hacía Pinochet y su dictadura que escribió un libro por las supuestas "bondades" económicas del regimén que llegó a tener cerca del 40 por ciento de cesantía: Lavín escribió el libro "La Revolución Silenciosa" que se lo obsequió al propio dictador.
“Yo fui pinochetista”, recalcó, aunque asumió que después “nos dimos cuenta que, efectivamente, este gobierno violó los Derechos Humanos (DDHH) de una forma que no hay contexto, ninguna explicación. Yo no me habría comportado de esa manera si hubiese tenido la información actual”, añadió.
De esa manera, aseguró que no volvería a votar por el “Sí”, la opción que buscaba alargar la estadía de Pinochet por 25 años en el poder, la que finalmente perdió en el plebiscito del Sí y el No en 1988 y generó el retorno a la democracia de manos del fallecido expresidente Patricio Aylwin. Lavín salió incluso en la franja de la dictadura elogiando al dictador llamando a votar por el Sí, para que Pinochet estuviera un cuarto de siglo gobernando.
Pero en la historia, Lavín ha tenido varios cambios en su ideología. En 1999 y frente a la campaña presidencial contra Ricardo Lagos Escobar fue un liberal de tomo y lomo. Y en el año 2009 en la primera elección contra Piñera en la primera vuelta, se declaró Bacheletista-Aliancista cuando la ex presidenta Michelle Bachelet ya salía de su primer mandato. Y este 2020, Lavín se declaró como "social demócrata". O sea su próximo paso debería ser renunciar a la UDI, porque no hay nada más lejano que ser social democráta y ser militante de la UDI.

El presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín (foto arriba), criticó a Lavín, luego que asegurara ser "socialdemócrata": "Es un oportunista", aseguró el timonel DC.
"Él es oportunista. Sabe que mientras nosotros no definamos una candidatura presidencial que represente un centro progresista y que plantee un cambio tranquilo, él busca ocupar ese espacio", puntualizó.
"Él es oportunista. Sabe que mientras nosotros no definamos una candidatura presidencial que represente un centro progresista y que plantee un cambio tranquilo, él busca ocupar ese espacio", puntualizó.
El jefe de la DC también afirmó que "un UDI aunque se vista de social demócrata, UDI se queda. Joaquín Lavín es de la UDI, representa una derecha conservadora en lo político, neoliberal en lo económico, que es justamente lo que los chilenos no quieren".