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Senador y ex candidato presidencial Alejandro Guillier a Cambio21: "Lavín se va a quemar solo, la oposición no tiene para que angustiarse"

Por María Cristina Prudant

El ex candidato presidencial y actual senador Alejandro Guillier, en una franca conversación con Cambio21 se refirió a la contingencia, pero además puso en entredicho a la oposición por aprobar un proyecto de reforma tributaria, del que poco se ha sabido, que según el gobierno era para ayudar a las pymes y al final resultó que las beneficiadas son las grandes empresas. “Y votan los sectores progresistas con la derecha. Todos se quejaron: que esto no es una ley para pymes como la vendió el gobierno y sin embargo votaron a favor. Explíquenme eso. ¿Adónde está ese progresismo que defiende al ciudadano en su desesperada lucha por la supervivencia”

El plebiscito está en medio de la discusión en Chile, ¿qué le parece a usted?
Primero, el plebiscito es él acuerdo al que llegó la clase política representada en el Congreso Nacional que después de eso ratificó el Presidente de la República, para dar una salida institucional a toda la protesta social que alcanzó ribetes inéditos en nuestra historia republicana y por lo tanto, uno supone que los actores políticos son actores serios y cumplirán la palabra que tienen frente al país de realizar un plebiscito en la fecha que se acordó, seguro, con todas las garantías y con una genuina voluntad de aprovechar este mecanismo para relegitimar las instituciones y los liderazgos. Y por supuesto, dar cabida a todos los sectores sociales en la construcción inédita de una Constitución hecha por los ciudadanos y sus representaciones.

¿Qué le parecen las opiniones, trabas y subterfugios que han surgido desde la derecha para impedir que el plebiscito se lleve a cabo?
Como digo, hay un compromiso contraído. Probablemente, estas reacciones de la derecha se deben a que ese día 15 de noviembre en el Congreso Nacional el ambiente que se respiraba era de miedo, a la gente, a la ciudadanía, a la protesta y no fue hecha por muchos de los que ahí participaron por una convicción de que ese era el mejor camino para Chile sino una manera de ahogar un incendio que no tenían cómo controlar. Recordemos que había un total desgobierno, una protesta creciente y todos los actores políticos institucionales se sintieron amenazados. Es probable que eso esté un poquito en el germen del proceso, pero una vez que esto se echa a andar, la ciudadanía que en ese momento no estaba pidiendo un plebiscito, la gente lo que quería era no más abusos, ni desigualdad, que los dirigentes, los líderes se hicieran cargo de sus urgencias y molestias más que justificadas. Y fue la clase política la que le ofreció este camino. Ahora, obviamente hay una mala fe cuando se empieza a tratar de desnaturalizar el proceso. Por qué razón, porque el proceso tiene que ser esencialmente político, es la oportunidad de refundar los acuerdos y los consensos entre los chilenos para los próximos 30 o 40 años más y ojalá más tiempo, aunque vivimos tiempos de mucha incertidumbre, es muy difícil predecir tanto el futuro. Pero, la idea es refundar los grandes consensos y acuerdos entre los chilenos en un proceso abierto, participativo.

¿Pero, por qué la derecha le tiene miedo?
Porque está defendiendo su statu quo, tenemos gente que lo quiere cambiar todo, gente no quiere cambiar nada y piensan que ya pasó la presión y por lo tanto, no tienen para que cumplir su compromiso, pero lo hacen de una manera velada. Por ejemplo, despolitizar el plebiscito, que no haya debate que solamente sea un mero ejercicio electoral y ellos tienen todos los aparatos de propaganda, gozan de los medios de comunicación, particularmente la televisión, casi con un control monopólico pueden levantar figuras y transformar esto en una mera elección de figuras, pero sin contenido es lo que quiere Allamand, Longueira.

Otros quieren ponerle condiciones para neutralizar el efecto que pudiera tener y de movilizar. Y hay otros que van a recurrir al miedo para asustar a los chilenos de que esto es un salto al vacío, si es así por qué entonces acordaron y dieron su visto bueno a definir este mecanismo, por la inconsistencia de la clase dirigente, particularmente de la derecha que no quiere cambios y que ahora va a buscar cualquier subterfugio para frenar el proceso, pero eso sabíamos que iba a ocurrir. Para mí no es ninguna sorpresa, yo soy de los que no firmó el acuerdo, lo respeté, pero no lo firmé porque nunca tuve confianza en la derecha.


También se ha desatado una discusión sobre quienes pueden apoyar abiertamente el Apoyo o Rechazo en el gobierno. Piñera dijo que “todos queremos mejorar y cambiar la Constitución” y eso fue peor para la derecha porque se podría interpretar como que Piñera está por el Apruebo?

Primero, yo creo que Piñera ya es un personaje irrelevante. No está dando gobernabilidad, vemos que frente a la pandemia, a los movimientos sociales no fue capaz de dar ninguna solución, propuesta u opinión seria, medida, pensada con algún valor estratégico. Todo es improvisación y mal hecho, proyectos de ley que se suman sin ninguna coherencia, absolutamente contradictorios unos de otros, mal hechos técnicamente, o sea, este es un desgobierno. Aquí no hay liderazgo, no hay timón, somos un país que va navegando en medio de un temporal y que atina a flotar, pero que todavía no encuentra a quien tome el control, el timón para conducir. El Presidente es irrelevante, al punto que tiene todo paralizado, el país está paralizado. No se están tomando decisiones estratégicas casi en nada, salvo las cosas que viene por inercia de más antiguo, pero que haya emanado de este gobierno no hay nada en marcha y por lo tanto, no tiene ninguna capacidad de conducir.

El hecho que no sea, el Presidente, capaz de decir si está a favor o no de una nueva Constitución es una clara demostración de su falta de liderazgo. Allí hay un vacío por eso que la oposición tiene la enorme responsabilidad de darle gobernabilidad al país, darle confianza y esta se construye con unidad, con trabajar una propuesta porque no sacamos nada con criticar si no hay una propuesta de país distinta y no hace una nueva política junto con la ciudadanía, con las mujeres, la paridad en todas las instancias, con pueblos originarios, con participación de las organizaciones de la sociedad civil, el mundo independiente, todas las minorías para tratar de hacer un proceso de construcción de un nuevo consenso, esta es una tarea que hay que construirla. Lo nuevo es que la oposición tiene que abrirse a construir con la ciudadanía y no a limitarse a acuerdos cupulares porque por ese camino es el fracaso anticipado.


En otro tema, también importante, está la discusión sobre la ley de migración. Este proceso ha resultado ser más complicado de lo esperado. ¿Le parece a usted?
Creo que Chile tiene que definir una política migratoria bajo ciertos principios que son universales. Primero, la reciprocidad, hay un millón de chilenos que vive, trabaja o estudia en el extranjero y hay un millón y medio de extranjeros que viven, trabajan o sobreviven en Chile y eso hay que regularlo y como nosotros tratemos a los extranjeros en Chile van a tratar a los chilenos en el extranjero, ese es un principio básico y como nuestros hijos están viajando a estudiar, a trabajar y en el futuro eso se va a acentuar porque en el mundo globalizado no solo transita capital, las mercaderías, los servicios, sino también las personas.

Dicho eso, creo que hoy día plantear el debate no es el mejor momento porque no sabemos cómo la pandemia mundial va a redefinir las tendencias migratorias para las próximas décadas y, efectivamente uno no sabe con qué mundo se va a encontrar , hay que tener cierta cautela frente a una apertura total de fronteras porque no sabemos qué magnitud puede alcanzar incluso, y cuando uno entra a aceptar un migrante lo tiene que hacer con plenitud de garantías, derechos y trato digno.

Entonces, la pregunta es qué va a pasar con la pandemia, cuánto va a durar y qué efecto va a producir. Podría darse que haya movimientos de miles y millones de personas tratando de salvarse de la crisis en su respectivo país buscando otros destinos y uno tiene que aceptar una migración, sin discriminaciones, pero dentro de los límites de que el país es capaz de recibir. Entonces, hoy no es un buen escenario porque hay total incertidumbre con lo que va a pasar, pero el hecho es que ya estamos discutiéndolo, obviamente que tiene que ser una ley migratoria que dé garantías, que sea ordenada y que trate con dignidad al migrante, lo mismo que queremos para los chilenos en el extranjero.

En la FECH hubo elecciones de la mesa directiva, pero fracasó el proceso eleccionario porque solo votó el 14% del padrón electoral. ¿Cómo analiza usted esta situación que atañe a los estudiantes universitarios?
Lo que pasa es que la crisis institucional que está viviendo el país es en todas las dimensiones.

No solo tenemos una crisis en las instituciones políticas, el mundo sindical está debilitado, los gremios, federaciones, solo están fuertes las organizaciones que representan intereses económicos y ahí es muy claro lo que defienden, pero la manera además como se participa, probablemente lo que está haciendo crisis es el tipo de instituciones del siglo XX que son organizaciones muy jerárquicas, más bien formales, burocráticas, piramidales que poco conversan con este mundo globalizado de las redes, de la instalación horizontal, de los procesos abiertos, transparentes, donde todo el mundo quiere un lugar para participar, identificarse, pero no dentro de estructuras jerárquicas y por lo mismo, hay un diseño de las organizaciones que también tienen que repensarse, o sea, no es solo el Estado.

Y segundo, los liderazgos responden a patrones más o menos históricos, es lo que llamaban algunos la vieja política, esa democracia representativa, pero no participativa, esa democracia institucional, pero no ciudadana, a veces meramente formal, pero no sustantiva eso es lo que hace que la gente ya no quiera participar en ese tipo de instituciones y está buscando cosas más fluidas. Muchas veces los jóvenes repiten las mismas prácticas institucionales de los viejos sin darse cuenta reproducen los mismos esquemas y eso es lo que está agotado.

¿Qué le parece la situación en La Araucanía. El machi Celestino Córdova, que estuvo en huelga de hambre, llegó a un acuerdo con el gobierno, pero la derecha lo rechaza. Un diputado de RN dijo que el gobierno se está arrodillando ante terroristas?
También estuvo el Presidente con los camioneros en la misma actitud, o sea, lo hicieron para los dos lados. Por lo tanto, me parece correcto en el corto plazo, en lo inmediato, desactivar. Hay que escuchar a los camioneros y a la multigremial y el Presidente hizo un gesto y el ministro (de justicia) hizo otro con los mapuche.

Fue un manejo de la tensión del momento, pero aquí hay un problema que es más amplio que es que aquí hay dos mundos que no logran encontrarse porque hay un mundo institucional que incluye a todos los gobiernos anteriores que se enfrentan al mundo indígena, en general, como si fuesen dos cosmovisiones similares, dos modos de vida similares, valores similares y eso no es así, es un diálogo de dos mundos que no se encuentran porque son distintos y eso se refleja en las políticas públicas.

Hay que aprender de la experiencia internacional que indica reconocimiento constitucional, de recuperación de tierras, de su modo de vida, economías complementarias que son diferentes, desiguales y combinadas. Hay cosas que no se pueden hacer en La Araucanía, porque afecta la vida de los pueblos originarios solo así se puede llegar a un acuerdo sincero. ¿Estamos dispuestos? Esa es la gran pregunta. Yo no he visto ni en la derecha, ni en la izquierda esa voluntad.

"Lavín se va a quemar solo. No tiene para que angustiarse la oposición"
¿Qué le parece que comiencen a surgir nombres nuevamente para las presidenciales?
Las cosas tienen que tener su tiempo, hoy día los chilenos están preocupados de la pandemia y de cómo van a sobrevivir porque esta pandemia nos está desmantelando, no solo a las pymes sino también a profesionales. No hay institucionalidad que les dé respuesta en el mediano plazo, empezamos a politizarlo va a ser contraproducente porque la gente se va a molestar. Lavín se va a quemar solo. No tiene para que angustiarse la oposición...tiene que hacer la pega, recuperar la confianza con la ciudadanía.

"Tendríamos que haber defendido una reforma tributaria que beneficiara a las pymes o el ingreso familiar de emergencia"

Pero parece que la oposición no ha entendido eso porque acaban de aprobar un proyecto de reforma tributaria donde los únicos que salen favorecidos son los grandes empresarios. ¿Qué opina usted al respecto?
Es una tarea pendiente. Por ejemplo, se acaba de aprobar la reforma tributaria (lista para ser promulgada) que le da más de 6 mil millones de dólares a las grandes empresas y 600 millones de pesos a un tercio de las pymes en Chile, al resto las deja morir, con el voto nuestro (oposición). Por qué las mineras tienen que recibir subsidio hoy día cuando el precio del dólar está topando los tres dólares la libra, están ganando como nunca, funcionando normalmente, no han tenido pérdidas. En razón de qué les dan un subsidio de miles de millones de dólares sin siquiera demostrar que han tenido mermas y a las pymes les ponen todo tipo de exigencias para darles unas ayudas miserables, que por lo demás, no le llega a la mayoría de ellos por las barreras que se les ponen.


Y votan los sectores progresistas con la derecha. Todos se quejaron: "que esto no es una ley para pymes como la vendió el gobierno" y sin embargo votaron a favor. Explíquenme eso. ¿Adónde está ese progresismo que defiende al ciudadano en su desesperada lucha por la supervivencia. Es ahí donde nos vamos a ganar la legitimidad, ahí donde vamos a recuperar las confianzas y si no hacemos eso no las vamos a recuperar y vamos a ser parte del problema, no de la solución. Entonces, hay que construir una opción desde la crisis no para después de la crisis porque ya va a ser demasiado tarde. Ahora tendríamos que haber defendido una reforma tributaria que beneficiara a las pymes o el ingreso familiar de emergencia para las familias y no hemos tenido el carácter, la firmeza siendo mayoría en ambas cámaras. Eso es lo que hay que hacer hoy más que buscar nombres que salven, hagamos el proceso de construcción, de una opción que le dé gobernabilidad a Chile, defendiendo día a día la supervivencia de la familia chilena. Esa es la tarea hoy día.