Oh I'm just counting

Una vez más se comprueba que una izquierda soberbia favorece a la derecha extrema. Por Ricardo Hormazábal, Abogado

El Partido Republicano alcanzó un resultado muy favorable, 35,86% en la reciente elección, que sólo es la confirmación de
los resultados de la primera vuelta electoral presidencial.

Algunos olvidaron que en esa elección el candidato Kast derrotó a los candidatos de la derecha tradicional y que el presidente Boric fue elegido en segunda vuelta, solo cuando hizo declaraciones que implicaban un cambio en las
posiciones políticas tan agresivas que sus fuerzas defienden.

La actitud asumida por las fuerzas de gobierno en la Convención y su apoyo categórico a un proyecto que la mayoría abrumadora Rechazó, son responsables en parte importante del triunfo del rechazo y la alta votación que obtuvo el partido de la extrema derecha en esta elección.

Una vez más se comprueba que una izquierda soberbia e incapaz de leer adecuadamente la realidad, favorece a la derecha extrema. Después de esta elección, el partido Republicano se convierte en el principal del país, superando ampliamente a la alianza de la derecha y a las coaliciones que apoyan al gobierno, y sin duda, colocan a su líder como seguro candidato presidencial con reales posibilidades de éxito electoral.

¿Qué programa resultó tan atractivo, qué ideas para una nueva Constitución fueron explicitadas?

La verdad es que sólo percibí una campaña que sembró temores, sobre dimensionando los problemas reales y demostrando una incapacidad manifiesta para presentar soluciones.

Aprovecharon muy bien los errores de las fuerzas de gobierno y cosecharon la siembra de odio y violencia de los grupos extremistas.
La derecha presentó esta elección como un plebiscito sobre el Gobierno. Si esto se aceptara, cerca del 58% de los votos válidos reflejarían un rechazo al gobierno y sólo un 37% de los votantes lo respaldaría.

Pero esta no era una elección plebiscitaria y una parte del voto nulo y blanco fue promovido por sectores que supuestamente apoyaban al gobierno.

Un 20% de los votantes que hicieron esto, podrían acortar la distancia entre ambos sectores, pero también podría ser leída como una expresión adicional de la desinformación o molestia de muchos electores.
Las discrepancias entre las fuerzas políticas oficialistas y la falta de apoyo del propio partido del presidente ayudaron a esta derrota electoral tan clara.

No sabemos qué ocurrirá en la Convención, dónde la derecha obtendrá una clara mayoría si actúa unida. No sería extraño que las controversias se agudicen entre las candidaturas presidenciales y se llegue con al menos dos candidaturas.

Por su parte, las fuerzas oficialistas se dividirán entre los que le nieguen legitimidad a la Convención, usando el 20% de los votos nulos y blancos. Bueno sería que los sectores oficialistas que promovieron el voto Nulo, asuman su responsabilidad en estos resultados y no jueguen a desprestigiar esa nueva Convención. Creo que sería un grave error, ya que ello sólo debilitará aún más las instituciones democráticas y favorecerá la polarización. No soy tan ingenuo como para
creer que los que vienen buscando el derrumbe democrático dejen su errónea visión, pero respaldo al presidente Boric, que habló anoche, y llamó al partido Republicano a no repetir los mismos errores que cometieron él y sus fuerzas aliadas.

Espero que sea escuchado y que él recoja primero que nadie la lección.
Existe el peligro real que la derecha más dura arrastre a otros sectores a una conducta más obstructiva, ese peligro existe, pero se puede reducir si se buscan acuerdos que recojan parte de las posiciones que fuerzas más maduras pueden ofrecer.

Hay cambios en pensiones e Isapres que no pueden seguir pendientes.
Urge una actitud más responsable de los partidos que apoyan al gobierno y la colaboración de las nuevas fuerzas que buscan un espacio. No cabe duda que la atomización y los personalismos tendrán que aportar positivamente a la creación de un clima más apropiado a los acuerdos.

La nueva Convención debe ganar apoyo para cumplir su importante tarea, para ello, sus integrantes deben estar disponibles a escuchar, dialogar con respeto y tener una gran disposición a buscar acuerdos.

Chile espera mucho de ellos. Ante el clima de odiosidad que los extremistas de ambos lados buscarán crear, las instituciones democráticas, los partidos políticos, las fuerzas uniformadas, las entidades culturales, los gremios
y las iglesias deben apoyar un gran reencuentro en torno a la justicia social, base indispensable de la disciplina social.