Foto: Una imagen del partido que desató el coronavirus. Palomino y Maxi Gómez disputan un balón.

Hoy en Italia aseguran que el foco de contagio explotó durante un partido de fútbol.

Todos los cañones apuntan al encuentro entre Atalanta y Valencia por la ida de los octavos de final de la Champions League, disputado en el estadio San Siro de Milan. Fue el 19 de febrero y en las tribunas se aglomeraron 44.236 personas, tanto italianos como españoles. Así lo aseguró el inmunólogo italiano Francesco Le Foche.

En la revancha, como no pudieron entrar a la cancha, los hinchas de Valencia se aglomeraron en la puerta del estadio.
"Ha pasado un mes desde ese partido. Los tiempos son relevantes en el análisis. La congregación de miles de personas, a dos centímetros una de las otras, aún más asociada a las entendibles manifestaciones de euforia, gritos, abrazos, puede haber favorecido la replicación viral", expresó el especialista.

Días después de ese encuentro, las autoridades italianas catalogaron a Milan como una zona de alto riesgo. "Debo imaginar que casi todo el mundo acudió a ese partido trasladándose desde todas las ciudades. Fue un partido histórico para Atalanta: probablemente incluso asintomáticos y febriles también fueron al estadio", agregó Le Foche, quien también se desempeña como profesor de Ciencias Biomédicas en la Universidad de La Sapienza de Roma, en diálogo con Corriere Dello Sports.

El partido se disputó todavía con público en las gradas. Aún no había precauciones generalizadas ni estado de alarma, y el partido fue el transmisor perfecto para el coronavirus.

En aquel momento ya se habían detectado algunos casos de la enfermedad, tanto en Valencia como en Bérgamo, pero la curva se disparó a partir de aquel momento. El Valencia fue el primer equipo de fútbol en el que se detectaron casos positivos de coronavirus en España y varios periodistas que viajaron al partido fueron diagnosticados como positivos.

En la última semana, el Valencia confirmó que el 35% de su plantel dio positivo de coronavirus -aunque muchos de ellos de manera asintomática-, entre los que se encuentra el argentino Ezequiel Garay. Todo esto pese al intenso protocolo que intentó poner para resguardar la salud de sus futbolistas.