Oh I'm just counting

Escalofriante relato de piloto Romain Grosjean sobre su accidente en la Fórmula 1: “Vi la muerte y mi cuerpo aceptó su destino”

El recuerdo de Niki Lauda pasó por la cabeza de miles de fanáticos alrededor del mundo cuando Romain Grosjean se accidentó el domingo pasado en la primera vuelta del Gran Premio de Baréin. Y se supo que también fue la imagen que imaginó el francés en esos 28 segundos que estuvo atrapado en su Haas hasta que logró salir, con apenas unas quemaduras en sus manos y una lesión en su pie izquierdo.

En un relato espeluznante en el que contó que lo vivió y sintió desde el impacto contra el guardarraíl hasta que consiguió escapar entre las llamas, Grosjean aseguró que pensó que moriría y hasta le puso nombre a la muerte. "Fueron 28 segundos, pero para mí fue como un minuto 30", afirmó en diálogo con Sky Sports.

"De inmediato, cuando el movimiento se detuvo y abrí los ojos, lo primero que hice fue desabrochar el cinturón de seguridad, intentar quitar la rueda - que se había ido, por lo menos una preocupación menos - y luego intentar saltar. Si tomo desde ese punto, fueron 28 segundos, pero para mí fue como un minuto 30", comenzó.

Cuando el auto se detuvo, Grosjean contó que lo primero fue intentar salir del cockpit. "Golpeé algo en la parte superior de mi casco, así que me senté y pensé que debía estar boca abajo contra la barrera, así que me dije 'Esperaré hasta que vengan a ayudarme'. Miré a mi derecha, miré a mi izquierda y todo era naranja. 'Eso es extraño', pensé", continuó.

Primero, Grosjean creyó que lo naranja era el atardecer, algo que inmediatamente descartó porque la carrera era nocturna. "¿Es la luz del circuito? -se preguntó- No. Entonces me di cuenta de que era fuego y supe que no tenía tiempo hasta que llegaran", remarcó.

"Esta vez traté de subir, un poco más a la derecha. No funciona. Un poco más a la izquierda. No funciona. Así que me vuelvo a sentar. Luego, digo algunas palabrotas.Y me digo: 'No, no puedo terminar así'. Pensé en Niki Lauda, ​​el piloto que más amo en la historia de la Fórmula 1. Dije: 'No puedo terminar como Niki, no puedo terminar así. No puede ser mi última carrera'", reconoció.

"Así que lo intenté de nuevo. Sigo atascado. Y luego viene la parte que da más miedo. Me vuelvo a sentar, todos mis músculos se relajan, y estaba casi en paz conmigo mismo, pensando: 'Estoy muerto. Moriré'. Y luego pensé: '¿Qué parte se va a quemar primero? ¿Es el pie? ¿Son las manos? ¿Va a ser doloroso?' Una sensación muy, muy extraña. A veces estamos cerca de la muerte, estamos un poco asustados. Esta vez, la muerte para mí estuvo aquí -dijo gesticulando delante de su cara-. Lo llamé Benoit, no me preguntes por qué. Solo tenía que ponerle un nombre".

No sabe si ese momento le permitió recuperar, aclarar su mente y pensar en otra solución. Lo que sí ocurrió fue que pensó en sus tres hijos. "Y dije: 'No. No puedo morir hoy. Por mis niños, no puedo morir hoy'. Entonces empiezo a girar la cabeza, subo y giro mi cuerpo. Y funcionó", contó, pese a que para entonces, en medio del fuego, todavía no estaba a salvo ni había logrado salir del auto partido en dos. "Mi pie se atascó en el pedal. Y tuve que volver al auto, tirar lo más fuerte que pude de mi pierna izquierda, por lo que la bota se quedó donde estaba mi pie, y el pie salió", agregó.

"Luego pasé, el hombro pasó y supe en ese momento que el hombro había pasado el Halo. Iba a vivir", reconoció. Recién cuando se miró las manos y vio los guantes, que habían dejado de ser rojos para convertirse en negros por el fuego, pudo "sentir el dolor y la quemadura". 

"Salto sobre la barrera, luego siento a Ian (Roberts, delegado médico de la FIA) que se pone el mono y es una sensación extraordinaria. Cuando me tira, sé que hay alguien conmigo. Estoy vivo. Me siento boca arriba, me tocan y pensé: '¿Estoy en llamas?' Entonces Ian me habla y me dice: 'Siéntate, siéntate'. Le dije: '¡Háblame normalmente!' ¡Supongo que en ese momento supo que estaba bien!", concluyó.

Grosjean contó que fue Jean Todt, el presidente de la FIA, quien llamó a su esposa y puso el altavoz para que el piloto francés pudiera hablarle. "Yo digo, 'Mosquito' -como la llamo a Marion-, estoy aquí, estoy aquí'. Ella estalló en una carcajada y rompió en un llanto al mismo tiempo. Pero ella sabía que yo estaba vivo", comentó.