Marcelo Ríos estaba feliz con su nueva vida como entrenador del joven chino Juncheng Shang, como se ve en la foto, quien con 17 años se ubicó en el puesto 190° del ranking luego de haber alcanzado dos finales de challenger con el chileno como coach.
Sin embargo la relación con Jerry, como es apodado el asiático, terminó porque fue despedido, algo que lo tomó de sorpresa al ex número uno del mundo. "A mí no me dieron ninguna razón por la que terminamos", señaló en una extensa entrevista concedida a La Tercera.
Agregó Ríos que "no me dijeron ni una hueá. Esto lo supe por mi agente, que me dice 'malas noticias, no vas a seguir con Jerry". Incluso confiesa que se los encontró en el aeropuerto, pero no supieron darle una explicación... o que no la entendió.
El Chino Ríos está convencido que el padre del deportista fue quien tomó esta determinación. "Yo creo que fue una decisión del papá, no de Jerry. Aparte la mamá y el papá se agarran todo el día y eso le hace mal al pendejo", manifestó.
Añadió que "no sé qué mierda hablarán, pero sé que la mamá estaba bien contenta. Le dije a Jerry que lo conocí súper poco y al papá que no podía ser que todo el día anduviera peleando. Se sale de sí, empieza a gritar o se va a la chucha. Es una cultura muy difícil".
"El tipo hizo dos finales (de challenger) y está 190°. Por resultados no pueden huevear. Que me echen y me digan ‘hicimos cuatro primeras rondas'. Pero da igual, a mí no me influye. La verdad, no lo estaba pasando bien con el viejo", ahondó en lo conflictiva que es la relación del tenista con su familia.
"Los papás metidos dentro de la cancha son de terror. Le hacen todo. Y lo peor es que habla en chino y no le entiendo ni raja. De repente lo putea, porque se entiende cuando están a los gritos. Yo tengo mi nombre igual y no estoy para un espectáculo cada vez que juegue Jerry", explicó sobre su salida.
De hecho, cuenta que una vez el papá retó a Ríos porque sentía que "lo apuraba", pues se le hacía fácil el juego. "Qué mierda estás hablando. Soy el único número uno en la historia que anda de entrenador en los challengers. Y si lo hago es porque yo quiero ayudarlo", respondió el Chino.
Ríos analizó que "el que haya subido del 380 al 190 es un paso grande. Es muy talentoso, juega muy bien, pero le falta mucho que aprender porque es muy pajero, es muy cómodo".
De toda formas, cree que si se pone las pilas puede ser un jugador importante en el circuito. "El pendejo es la raja, pero le falta cambiar esa mentalidad y ser un perro en la cancha. Si realmente se sacara la chucha, puede ser muy bueno", argumentó.
Finalmente contó cómo fue la despedida. "Le dije 'Jerry, te deseo lo mejor. Juegas muy bien, pero te falta mucho. Te falta mucho que aprender. Suerte en el futuro. Cualquier cosa que necesites, llámame'", contó.
Ahora no sabe si quiere seguir entrenando jugadores. "La experiencia que tuve no fue mala, pero entrenar a un tipo que esté 10 del mundo no me interesa, porque no le puedo cambiar nada. No me llama la atención", cerró Ríos.