El delantero francés Kylian Mbappé cree que nunca va a poder digerir la derrota en la final del Mundial de Qatar, pero afirmó estar centrado en su club, París Saint-Germain (PSG), y restó importancia a posibles polémicas por las celebraciones argentinas del título, especialmente las realizadas por el arrogante y torpe arquero Dibu Martínez que mostró un mono con la cara de Mbapeé. Y también se rió en los camarines del mismo goleador.
Lo singular es que Mbapeé le marco cuatro goles en la final al arrogante Martínez: tres en el partido y uno en la definición de penales.
"Pienso que nunca va a digerirse. Ahora, como he dicho al entrenador y a los compañeros de equipo, no hay ninguna razón para que mi club pague un fracaso en la selección", dijo el futbolista a la prensa francesa tras el encuentro liguero disputado ante Estrasburgo.
En sus primeras declaraciones tras el retorno del Mundial, Mbappé admitió que los últimos días fueron difíciles, pero dijo que le "hace bien" volver a jugar a su club.
"He intentado volver con la mejor energía posible", aseguró tras ser el héroe en la victoria por 2-1.
Consultado sobre si había hablado con su compañero de equipo pero rival en la final, Lionel Messi, y por las celebraciones argentinas de la victoria, Mbappé rechazó sumarse a cualquier polémica.
"Hablé un poco con él tras el partido. Le felicité porque era la búsqueda de una vida para él. Para mí también, pero yo fallé y hay que ser siempre buen jugador. Las celebraciones no son mi problema. No hay que perder energía en cosas tan inútiles", aseveró.