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Muere Bonini, le descubren cáncer a Berizzo, despiden a Bielsa y Chile no va al Mundial: qué más tiene que pasar

Lo único positivo ante tanta mufa es que Chile y Bielsa vuelvan a estar unidos en la adversidad. Él quiere a Chile y Chile lo quiere él. Hay química, buena onda y positivismo por mucho que los malos modales que mostró en 2010, cuando no quiso saludar al entonces presidente Sebastián Piñera, lo pusieran en el ojo de la tormenta. “Lo cortés no quita lo valiente”, dice el refrán.

Por Guillermo Arellano
 
Desde que Chile perdió la final de la Copa Confederaciones ante Alemania por 1 a 0 que la nube negra se posó sobre nosotros.
 
Anote: error de Marcelo Díaz que significó el gol de los germanos en dicho partido; el lío de Arturo Vidal en el casino Monticello antes del vital juego frente a Paraguay; el autogolazo del mismo volante en el 3 a 0 que nos propinaron los guaraníes; la eliminación del Mundial de Rusia 2018 luego de la goleada que sufrimos a manos de Brasil, el arreglo entre peruanos y colombianos, el fallo del TAS que en vez de favorecernos nos perjudicó y el cúmulo de fallas que protagonizaron el DT Juan Antonio Pizzi, las estrellas de la generación dorada, los dirigentes de la ANFP, la prensa poco especializada y los hinchas que fueron sancionados hasta la saciedad por la FIFA.
 
Murphy se ensañó con “La Roja”.
 
Aparte del bullying global que recorre toda América a través de memes y videos, lo que incluye ser consignados en un torneo de “picados” que quiere organizar Estados Unidos para financiar el pago de los derechos de transmisión del Mundial (su selección tampoco asiste al certamen planetario), el futuro se vislumbra oscuro.
 
Digámoslo con todas sus letras: no hay recambio. Después de Bravo (que a pesar de comerse el 1-0 ante Brasil y el 1-0 ante España en 2010 ganó el bicampeonato continental ante los argentinos), Medel, Vidal, Sánchez, Aránguiz, Valdivia y compañía solo vienen futbolistas normales, ningún crack, por ende, volveremos a jugar como podamos en vez de como queramos. Lo más cerca que tenemos es la Copa América de 2019, que a esta altura no le importa a nadie, y hasta clasificar el próximo Mundial de 2022 se ve como una quimera.
 
En suma, sueños derrumbados y la tragedia consumada. Y por extensión y una mala jugarreta del destino, fallece por cáncer a la piel Luis María Bonini, preparador físico de Marcelo Bielsa, quien más allá del “te quiero ver” que le gritó a “Chupete” Suazo antes del histórico empate frente a los pataduras uruguayos con don tantos del “Matador” Salas, fue parte de la revolución con la que el “loco” lindo rosarino nos sacó de la eterna mediocridad.
 
Si hubiera que condenar a Bielsa y a Bonini por algo, sería por hacernos creer que podemos y que es posible crecer y medirnos de igual a igual ante los mejores, pero que aun así algo pasa que nos quedamos afuera del podio mundialista. Por eso entristece la partida del “profe”, como también el cáncer prostático que le acaban de detectar a Eduardo Berizzo, asistente técnico de San Marcelo, campeón con O’Higgins y respetado entrenador en España.
 
 
Como los males nunca llegan solos, Bielsa fue despedido del Lille de Francia por bajo rendimiento. Obvio, no ganar siempre genera roces en el camarín, pérdida de confianza, inseguridad, miedo y rechazo. Pero lo más sádico de todo es que antes del sobre azul el estratega viajó a Chile para los funerales de su amigo Luis, por lo que fue suspendido por el club galo. Inhumanidad pura y dura digna de equipo chico.
 
Lo único positivo ante tanta mufa es que Chile y Bielsa vuelvan a estar unidos en la adversidad. Él quiere a Chile y Chile lo quiere él. Hay química, buena onda y positivismo por mucho que los feos modales que mostró en 2010, cuando no quiso saludar al entonces presidente Sebastián Piñera, lo pusieran en el ojo de la tormenta. “Lo cortés no quita lo valiente”, dice el refrán.
 
 
Es cierto, el balompié criollo sigue en manos de inescrupulosos accionistas que dependen de los excedentes del Canal del Fútbol para existir, los mismos que sabían todas las fechorías de Sergio Jadue cuando estuvo al mando de la ANFP y que ahora se hacen los ignorantes. Se sabe que eso no le gusta a Bielsa y que por eso se fue dejando de cobrar un millonario sueldo (nadie se imagina a un parlamentario haciendo un gesto así).
 
¿Y si retorna Harold Mayne-Nicholls, quien lo trajo al país y que fue víctima de la operación orquestada desde La Moneda por pedir que la repartición de gananciales del CDF fuera equitativa para todos y no solo beneficiosa para Colo-Colo, la “U” y la Católica?
 
En medio de la campaña de segunda vuelta presidencial, es un hecho que la otra campaña, que consiste en recuperar al fútbol chileno, tiene a uno de los actores principales sin trabajo y unido sentimental y profesionalmente con nosotros.
 
Como para que alguna vez en la vida nos pongamos serios y previsores y nos transformemos en el Ave Fénix que resurja para tapar bocas en todas las canchas del orbe. Puede que no haya tanto talento, pero por garra y ganas no nos quedamos, pero, claro, con el técnico adecuado y sin vendedores de pomada.