El conjunto comandado por ex técnico de Palestino, Gustavo Costas supo sufrir y se quedó con la gloria. En el equipo argentino juega el arquero chileno, Gabriel Arias, que es capitán de Racing.
En la primera parte, La Academia dominó por completo al equipo brasileño desde lo táctico. El equipo argentino salió con una idea clara, ceder el control de la pelota y lastimar de contragolpe con las oportunidades que se presentaran.
Las cosas comenzaban de la mejor manera para Racing con el gol de Gastón Martirena en los 3 minutos, pero la tecnología le jugó una mala pasada. El árbitro decidió anular el tanto por una fuera de juego de Maxi Salas, pero aun con las línes que mostró la televisión, no queda claro si el delantero estaba en offside.
Para tranquilidad del equipo argentino, la fortuna jugó a su favor minutos más tarde. Martirena tiró un centro al área y la pelota se le metió por arriba a Cassio en el segundo palo para estampar el 1-0 a los 13 minutos.
Racing estiró diferencias a los 20 minutos. Salas desbordó por izquierda y metió un centro letal que Maravilla Martínez mandó adentro para desatar la locura de todos los presentes en la Nueva Olla.
A pesar de estar dos goles abajo, los comandados por Fernando Diniz controlaban la posesión de la pelota de forma categórica, pero no crean peligro para lastimar a su rival.
Recién sobre el final de la primera tuvo una claro, pero que Gabriel Arias se encargó de desactivar.
Esta estrategia que tuvo de todo el encuentro y le pasó factura a los 7 minutos del segundo tiempo cuando Kaio Jorge descontó.
Con el equipo brasileño jugado totalmente en ataque, Salas falló un gol increíble para sentenciar la final. Minutos más tarde, Roger Martínez no cometió el mismo error y puso el 3-1 definitivo.
De esta manera, Racing festejó un título internacional por primera vez en 36 años tras la obtención de la Supercopa Sudamericana de 1988 y frente al mismo rival.