El expresidente uruguayo Tabaré Vázquez falleció a los 80 años.
Sufría de cáncer de pulmón, diagnosticado el año pasado.
"Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro querido padre Dr. Tabaré Vázquez, a la hora 3:00 por causas naturales de su enfermedad oncológica", indicó su familia en un comunicado.
La familia no realizará un velorio "dada la emergencia sanitaria a causa del COVID-19" y en respeto a "la permanente preocupación" del exmandatario "por la salud de todos los uruguayos, expresamos la voluntad de nuestra familia con respecto a los actos de su despedida", agregaron.
"Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro presidente de honor, Tabaré Vázquez. Su ejemplo de integridad política y compromiso inquebrantable con nuestro país y la gente nos impulsará a continuar su legado", indicó el Frente Amplio en Twitter.
"En nombre de la familia, queremos agradecer a todos los uruguayos el cariño recibido por él a lo largo de tantos años", dijo su hijo Álvaro Vázquez.
Tabaré Vázquez, oncólogo y exdirigente del club de fútbol local Progreso, fue el primer candidato de la coalición de izquierda Frente Amplio en llegar a la intendencia (gobernación) de Montevideo en 1989, y a la presidencia en 2005, con lo que rompió la hegemonía de los tradicionales Partido Colorado y Partido Nacional.
Líder junto a Mujica de la izquierda uruguaya
Nacido en 1940 en el seno de una familia humilde y numerosa, Vázquez estudió en escuelas públicas, aunque con importantes paréntesis que se vio obligado a hacer trabajando de cualquier cosa para garantizar el sustento de los suyos.
Su carrera política ha estado ligada desde sus inicios a los proyectos sociales. Con 18 años fundó el club social ‘El Arbolito’ en La Teja, un barrio humilde de Montevideo, que se convirtió en centro de peregrinaje de jóvenes y mayores para satisfacer todo tipo de necesidades, desde deportivas hasta médicas.
Una de las caras más amables de Vázquez es la que le muestra estrechamente vinculado al deporte. Aunque en su infancia solo pudo jugar con pelotas de trapo, tal y como él mismo ha relatado, presidió el Club Atlético Progreso y le lanzó hasta la primera división del fútbol uruguayo.
Sin embargo, este origen humilde no le impidió convertirse en un hombre cultivado. A pesar de su tardía entrada en la universidad, a los 23 años, Vázquez consiguió acabar sus estudios de Medicina como oncólogo, llegando a alcanzar puestos de responsabilidad en las instituciones sanitarias de Uruguay y cursando estudios en Europa.
Esta rara combinación de hombre del pueblo y de ciencia, hasta entonces impensable en un pequeño país deprimido por la dictadura militar, catapultó a Vázquez hasta la Alcaldía de Montevideo, siendo el primer político de izquierda en ocupar el Gobierno capitalino, lo que le consolidó como referente en el Frente Amplio (FA).
Vázquez fue escalando posiciones hasta liderar la coalición izquierdista intentando hasta en dos ocasiones llegar al Palacio de Suárez y Reyes, aunque sin éxito. Precisamente, fue su último periodo en la oposición lo que le colocó en el sillón de mando, gracias al diálogo constante que mantuvo con el Gobierno de Jorge Batlle para superar la crisis bancaria de 2002.
Ya en 2005, convertido en el primer presidente uruguayo de izquierda, Vázquez atrajo la atención internacional por sentar en el banquillo a los líderes de la dictadura militar sin derogar la llamada Ley de Caducidad, que garantiza la impunidad, gracias a un artificio jurídico que consistió en excluir determinados casos de desapariciones y torturas del ámbito de influencia de esta norma jurídica.
Su primer mandato se caracterizó por las políticas sociales, con las que señaló el camino para reducir la pobreza y el analfabetismo en Uruguay y para conseguir que todos los ciudadanos tuvieran una cobertura sanitaria básica garantizada por el Estado.
Pero también protagonizó fuertes debates, incluso en el seno del FA, por su ley contra el tabaco, pionera en prohibir la publicidad incitando al consumo de cigarrillos y en declarar libres de humo los espacios cerrados.
Tabaré Vázquez asumió un segundo mandato en 2015 bajo la sombra de su predecesor Mujica y culminó 15 años ininterrumpidos de dominio del Frente Amplio antes de ceder el bastón de mando a su sucesor conservador, Luis Lacalle Pou. El desgaste provocado por tres lustros de mandato, sumados a “errores” reconocidos por el propio expresidente Vázquez, como la mala gestión a la hora de mantener el respaldo de los sectores tradicionales de la izquierda uruguaya, motivaron el final de esa era.