La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Perú se llevará a cabo este domingo 6 junio. A lo largo de esta campaña, que empezó después de la primera vuelta del 11 de abril, las preferencias se movieron y se acortó la distancia entre la candidata de derecha, Keiko Fujimori, y el candidato de izquierda, Pedro Castillo.
El balotaje peruano de este año ha tenido como protagonistas a dos candidatos bastante polémicos. Por un lado, Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, es una candidata para quien la fiscalía ha pedido 30 años de cárcel por el delito de lavado de activos. Ella se enfrenta a Pedro Castillo, cuestionado por sus propuestas económicas, como restringir las importaciones, y candidato de un partido cuyo líder está condenado por corrupción.
Para entender la evolución de la campaña, según Jeffrey Radzinsky, analista político y director de Grupo Fides Perú, es necesario considerar que esta duró casi ocho semanas. “Es más de lo que suele durar la segunda vuelta en otros países de la región. Eso genera una campaña más prolongada y hace que las acciones tácticas [de los candidatos] sean distintas”, comenta Radzinsky. De acuerdo con el analista, otro tema que marcó la pauta de las estrategias de la contienda electoral es la obligatoriedad del voto en Perú.
Candidatos analizados
Según los sondeos publicados hasta el último domingo, Castillo tiene una ligera ventaja sobre Fujimori. No obstante, dado que esa diferencia es de dos puntos o menos según esas encuestas, los analistas coinciden en que hay un empate técnico entre los candidatos. Por ejemplo, el último simulacro de votación de Ipsos Perú le daba 51,1% de los votos válidos a Castillo y 48,9% a Keiko. En este contexto, ¿cómo llegan al día de la elección?
Alexandra Ames, jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico, sostiene que los candidatos están más cuajados a nivel político desde la primera vuelta. No obstante, Ames considera que todavía les cuesta convencer a los ciudadanos que planean votar en blanco o viciar su voto. De hecho, Castillo y Fujimori sumaron a penas 30% de los votos en la primera vuelta, un porcentaje muy bajo respecto a otras elecciones, donde los dos candidatos que pasaban al balotaje podían superar el 60% de los votos.
Por su lado, Radzinsky explica que ambas candidaturas llegan a la recta final de las elecciones con un antivoto muy fuerte y no entusiasman a las grandes mayorías. “Ganan votos por el respudio al adversario o a la adversaria”, señala. Para el analista, además, al haber un empate estadístico, la posibilidad de una victoria está abierta para los dos políticos.
Dado que la situación sanitaria de Perú ha mejorado en los últimos días, Radzinsky considera que el elevado ausentismo de los electores, gatillado en parte por la pandemia, no debería ser tan alto como en la primera vuelta. “Creo que el 29% de ausentismo [de la primera vuelta] va a bajar a alrededor de 20% o quizás un poco menos”, dice el director de Grupo Fides Perú. Para el analista, esa posible mayor participación podría inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.
Según Ames, los candidatos han seguido hablandole a los ciudadanos que ya decidideron su voto a favor de ellos. Por el contrario, la analista considera que no han logrado calar tanto en los votantes indecisos, a los cuales considera claves para el resultado final. “Por el tipo de candidatos que tenemos, los cuales tienen un rechazo muy alto, puede que el elector decida votar un día por uno y al otro día por su contrincante. Luego ese mismo elector puede optar por el voto viciado o volver a elegir al otro candidato”, señala Ames.
De hecho, Radzinsky resalta que alrededor de 15% de los votantes peruanos toma su decisión en la última semana antes de la elección. “Incluso, hay indecisos que definen su voto el mismo día”, concluye el analista.